Fue un enfrentamiento
político, económico, social,
militar, informativo e incluso
deportivo iniciado al finalizar la
Segunda Guerra Mundial, cuyo
origen se suele situar en 1945,
durante las tensiones de la
posguerra, y se prolongó hasta
la disolución de la Unión
Soviética. Las razones de este
enfrentamiento fueron
esencialmente ideológicas y
políticas.
La intervención estadounidense en
la guerra fría se fraguó a través de
apoyo político y económico a
gobiernos militares de muchos
países centro y sudamericanos, y
que eran en su seno económico y
político contrarios a los procesos
revolucionarios que apuntaban
hacia el socialismo. Un ejemplo de
esto lo encontramos en Chile, con el
Gobierno de Salvador Allende, la
Unidad Popular fue depuesta por el
general Augusto Pinochet.
El golpe de Estado en Chile del 11 de
septiembre de 1973 fue una acción
militar llevada a cabo por las Fuerzas
Armadas de Chile conformadas por la
Armada de Chile, la Fuerza Aérea de
Chile y el Ejército de Chile en
conjunto con Carabineros de Chile
para derrocar al presidente socialista
Salvador Allende Gossens y al
gobierno izquierdista de la Unidad
Popular.
La Guerra Fría tuvo su primer efecto en Chile durante 1947.
El alineamiento del Partido Comunista con las sucesivas
políticas impulsadas por la Unión Soviética, no sólo provocó
el creciente anticomunismo de amplios sectores de la
sociedad chilena, expresada en la fundación de la Acción
Chilena Anticomunista, (ACHA), la persecución a militantes
iniciada por el presidente Gabriel González Videla,
ejemplificada con la detención de cientos de dirigentes
comunistas en el campo de prisioneros de Pisagua; sino que
también generó un deterioro en la unidad de los partidos de
izquierda.