En 1469 se casaron Fernando e Isabel. Tras una guerra civil, en 1479 Isabel se impuso
como reina en Castilla. El mismo año, Fernando fue proclamado rey de Aragón.
La unión de los monarcas no significó la unificación de ambas coronas, sino que fue una unión dinástica,
acordada en la Concordia de Segovia (1475). De este modo, ambos reinos mantuvieron sus fronteras, su
moneda, su sistema fiscal y sus leyes e instituciones. Actuaron unidos en asuntos militares y en política exterior.
Los Reyes Católicos iniciaron la expansión territorial para unir bajo su Corona todos los territorios
peninsulares: conquistaron el reino nazarí de Granada (1492), impulsaron una política de enlaces
matrimoniales con Portugal y se anexionaron el reino de Navarra (1515).
Su política exterior siguió dos direcciones
La continuación de la política mediterránea del reino de Aragón: ocuparon el reino de Nápoles
(1504) y buscaron el dominio del Norte de África para frenar a los corsarios berberiscos.
La expansión hacia el Atlántico, con la consolidación de su soberanía sobre las islas Canarias (1496) y el
apoyo a Cristóbal Colón, que permitió la llegada a América (1492).
2. La construcción de la monarquía autoritaria
Los Reyes Católicos quisieron imponer la autoridad real en cada uno de sus territorios y sobre
todos los grupos sociales. En cada reino se nombró a un virrey como delegado del rey.
En Castilla, Isabel consiguió imponer su poder y se introdujeron
una serie de reformas para reforzarlo:
Se creó la Santa Hermandad, un cuerpo armado
que perseguía a los criminales, y un ejército
profesional permanente.ejercían funciones de
gobierno.
Se instauraron los Consejos para asesorar al rey y disminuir la influencia de la nobleza.
Se creó la Real Audiencia para controlar la justicia y hacerla más eficaz.
Se reforzó la recaudación de impuestos mediante la Contaduría Real de Hacienda.
Se nombraron corregidores en las ciudades, que ejercían funciones de gobierno
En la Corona de Aragón se mantuvieron las instituciones medievales, pero Fernando procuró reducir el
poder de las clases privilegiadas
Los Reyes Católicos pretendieron la uniformidad religiosa. Para ello, instituyeron el Tribunal de la
Inquisición e instaron a los judíos y musulmanes a convertirse.
3. La organización económica y social
La economía de Castilla se basaba en la ganadería ovina y en el comercio de la lana. La
monarquía protegió a los ganaderos (unidos en la Mesta) y todo lo que representaba la
exportación de lana, por lo que se impidió el desarrollo de la agricultura y de las manufacturas
textiles. Además, gracias al comercio con América, Castilla vivió una gran prosperidad.
La Corona de Aragón, debilitada por la crisis bajomedieval, inició su recuperación: en Cataluña se decretó la
Sentencia Arbitral de Guadalupe (1486), que abolía algunos derechos feudales, y se recuperó la actividad
artesanal; Valencia se revitalizó como centro comercial.
En cuanto a la sociedad, se continuó con el predominio social y económico de la
nobleza y el clero
En Castilla la nobleza perdió peso político pero aumentó su poder económico y social
gracias al mayorazgo (dejar todo el patrimonio al hijo mayor).
En la Corona de Aragó se frenaron ciertos abusos de las clases privilegiadas y se impulsó el crecimiento de
la burguesía urbana, dedicada al comercio y a la artesanía.
4. La difusión del Humanismo y del Renacimiento
El Humanismo y el Renacimiento se iniciaron en España durante el reinado de los Reyes Católicos, pero
alcanzaron su esplendor en el de Carlos I. Los principales humanistas fueron Antonio de Nebrija, un
destacado filólogo que escribió la primera gramática castellana; el cardenal Cisneros, fundador de la
Universidad de Alcalá de Henares; y Luis Vives, un pedagogo que impulsó la renovación de la enseñanza.
En arte, la época de los Reyes Católicos se caracterizó por el
mantenimiento de la tradición gótica y por la lenta penetración
del arte renacentista. La arquitectura renacentista no se
desarrolló hasta principios del siglo XVI, y lo hizo en tres fases
Estilo plateresco: se introdujeron nuevos elementos decorativos en edificios de estilo gótico
(fachada de la Universidad de Salamanca).
Estilo clasicista: utilizó los modelos arquitectónicos clásicos (Palacio de Carlos V en Granada).
Estilo herreriano: era una arquitectura desnuda, geométrica y sobria, que utilizaba líneas rectas y
volúmenes cúbicos (monasterio de El Escorial, de Juan de Herrera).
5. La escultura y la pintura renacentistas
La escultura renacentista española destacó por la intensidad con la que se plasmaban la espiritualidad y los
sentimientos religiosos, por encima de la belleza. Los retablos, monumentos funerarios e imágenes
religiosas estaban policromados. Destacaron los escultores Alonso Berruguete y Juan de Juni.
La pintura también estaba orientada a la religiosidad, y los temas
profanos y mitológicos fueron escasos. Sobresalieron Juan de
Borgoña, que tenía influencia flamenca; Pedro Berruguete, Juan de
Juanes y Luis de Morales, que mostraron influencias renacentistas
italianas; y Alonso Sánchez Coello, gran retratista de la corte.
El pintor renacentista más importante en España fue El Greco, que creó un estilo muy personal. Sus obras,
básicamente pinturas religiosas y retratos, se caracterizan por el uso de colores muy vivos, los contrastes de
luz y la complejidad de las composiciones, llenas de figuras alargadas que aportan espiritualidad.