HOY EN DIA CUANDO HABLAMOS DEL CANIBALISMO, JUZGAMOS
CON TODOS LOS PREJUICIOS QUE HAY EN LA SOCIEDAD ACTUAL,
PERO EL HOMBRE, EL VERDADERO HOMBRE DE LOS CAMPOS, EL
QUE VIVE EN LOS CAMPOS, AL PRINCIPIO DEL TERCER MILENIO
COMIENZA A VER LA ANTROPOFAGIA UNA PRACTICA BARBARA.
EN LA ANTIGÜEDAD EL FENOMENO CANIBAL NO
EXCLUYE NI SU ACTUALIDAD, NI SU
PERMANENCIA, DESCUBRIMOS, POR EJEMPLO,
ACTOS DE CANIBALISMO EN FRANCIA, EN 1789,
EN LOS PRIMEROS MOMENTOS DE LA
REVOLUCIÓN FRANCESA.
EN ESTE CASO, EN CAEN, NORMANDÍA, SE
ASESINA Y DECAPITA A UN JOVEN
PRESUNTUOSO, REPRESENTANTE DEL PODER
REAL, UNOS CUANTOS JUGARON AL BALÓN CON
SU CABEZA Y ASARON SU CARNE EN LA
PARRILLA. FINALMENTE, UNA MUJER, CUYO HIJO
LLEGARÍA A SER ALCALDE DE LA CIUDAD,
MADAME SOSSON, LE ARRANCÓ SU CORAZÓN
PARA COMÉRSELO.
TE COMO, LUEGO SOY
el canibalismo es un hecho cultural: los animales no se comen a sus
semejantes según reglas precisas de troceado, cocción y reparto, significantes
y simbólicas. Existe un género de gastronomía en la cocina antropofágica...
Solo los hombres introducen en el arte de comer a su prójimo un sentido descifrable. Por supuesto, las
razones difieren entre el canibalismo de violencia política o accidental y el canibalismo ritual. En el primer
caso, se practica la victimización sacrificial
para administrar un odio visceral y deshacerse de él; en el segundo, se
asegura la supervivencia y se niega la muerte que nos amenaza
transformándola en energía vital capaz de permitir la satisfacción de
necesidades naturales fundamentales, como alimentarse y disponer de
proteínas.
En el caso del canibalismo ritual y sagrado, los hombres escenifican
una teatralización precisa que supone la transmisión, dentro de la
tribu, de maneras de pensar y actuar. No se mata para comer, se
come al que está muerto.
Loa etnologos, ¿Qué concluyen? que el canibalismo celebra a su manera el culto que se debe a los
ancestros, que ase- gura la supervivencia del muerto y su utilidad en la comunidad. Comiendo al
difunto, se le da su lugar en la tribu, no se lo excluye del mundo de los vivos, se le asegura una
supervivencia real.
los pueblos que practican la antropofagia se sorprenderían
mucho al ver cómo nuestras civilizaciones ultramodernas
tratan a sus cadáveres: se aleja al muerto, no se muere en
el hogar sino en el hospital, ya no se llevan los cuerpos a
las casas, a los domicilios, se quedan en los depósitos,
expuestos en las salas anónimas donde se suceden sin
discontinuidad los cadáveres desconocidos de la víspera y
del día siguiente. Después, se encierra el cuerpo en una caja
de madera abandonada a la tierra fría y húmeda
esperando que los gusanos y los insectos pudran la carne,
y, posteriormente, la descompongan y transformen en
carroña.