La persona y su dignidad son reconocidas y valoradas en su integralidad de
unicidad, interioridad, corporeidad y esencial dimensión comunitaria,
interpersonal y social.
Esa integralidad la rescata en su racionalidad de la mera y reductora concepción animal. Es una
racionalidad que surge como expresión de varios principios integrados: la corporeidad en lo físico, la
mente en lo síquico, y el espíritu con su capacidad de inteligencia para conocer la verdad, con la voluntad
para buscarla y el amor como impulso vital y cooperación con los demás.
Esta integralidad se distribuye metodológicamente para el aprendizaje en la vertiente que
denominamos directamente más personal y en la vertiente social.
Como resumen de esta introducción, podemos hacer nuestra la aseveración de Paul
Ricoeur:
“La persona como fuente de dignidad y derechos humanos es el mejor candidato para
sostener los combates jurídicos, económicos y sociales desde el humanismo”. “Yo prefiero,
continua, decir persona, y no conciencia, sujeto o yo”. (Ricoeur).
La Asignatura de Humanismo Integral intenta abarcar
metodológicamente la totalidad de la persona, para lo cual se
consideran dos vertientes: la personal y la social.
En cuanto se refiere al aspecto personal, se desarrollará en la Unidad 1,
la dimensión sicofísica, que plantea la pregunta de si lo físico y síquico,
mente o cerebro, alma y cuerpo, son lo mismo o hay alguna diferencia
entre ellos, si bien están articulados en una misma unidad.
Esto se encuentra en relación directa con los temas que se desarrollan en la Unidad 2:
corporeidad y sexualidad, donde lo corpóreo participa de la dignidad del yo personal.
No se trata de que “tengo un cuerpo” como si fuera un objeto o instrumento. Soy un
cuerpo con toda su subjetividad o espiritualidad en una unidad.
En la Unidad 3 se desarrollará el tema de la libertad. Básicamente, la idea de que hay una
libertad interior que conlleva la capacidad de querer, y una libertad exterior o libertad de
hacer. La gran pregunta es, ¿con qué valores o experiencias se vincula la libertad?
En cuanto a la unidad 4 se refiere al sentido de la vida (Frankl, 2004), veremos que está
muy afectado hoy por el vacío existencial, como resalta V. Frank, surgido de la fuerte
erosión de lo ontológico, respecto al fundamento de la vida misma, de donde emergen
los brotes de relativismo y escepticismo que caracterizan la cultura contemporánea.
El programa de Humanismo Integral tiene carácter interdisciplinar
puesto que las temáticas y problemas son analizados desde diferentes
enfoques técnicos específicos y especializados.
El programa se mueve metodoló- gicamente en una dinámica teórico-
práctica, donde las situaciones de vida y los conceptos o categorías teóricas.
Se interrelacionan con miras a una resignificación y práctica de la realidad desde la perspectiva
humanista, de modo que el estudiante al avanzar en su propio desarrollo, haga a su vez
reversibles, como se ha indicado, lo negativo de los procesos socio-culturales, que son los que
inciden en la distorsión y deterioro de la integralidad y dignidad de la persona humana.
El programa busca actuar como dispositivo de potencia, cognitiva, emocional y práctica de
los estudiantes que lo siguen, para que se sientan estimulados a la acción que los lleve a ser
más (como personas y comunidad), para servir mejor.
En esta perspectiva podemos resaltar que el Humanismo Integral deviene en una
lógica de potenciación que libera las energías del estudiante, haciéndose sujeto de su
propio desarrollo, para ser más y tener la fuerza para serlo.