La formación de hueso sigue dos procesos diferentes:
Osificación intermembranosa:
La osificación intramembranosa es la que produce preferentemente huesos planos y,
como su nombre indica tiene lugar dentro de una membrana de tejido conjuntivo. En
este proceso, algunas de las células mesenquimatosas que forman las membranas de
tejido conjuntivo son transformadas en osteoblastos constituyendo un centro de
osificación alrededor del cual se va formando hueso. Se pueden distinguir los siguientes
pasos:
Las células mesenquimatosas se
agrupan en racimos en el centro de
osificación y se transforman
primero en células
osteoprogenitoras y luego en
osteoblastos
Los osteoblastos segregan
matriz ósea y fibrillas de
colágeno hasta que quedan
rodeados por completo
Cuando están rodeados
por completo por
matriz ósea, los
osteoblastos se
transforman en
osteocitos formando
lagunas y canalículos
entre ellos. Las fibras
de colágeno quedan
atrapadas en la
sustancia fundamental
El depósito de calcio y de sales
minerales endurece la matriz ósea al
cabo de unos días
Mientras se produce la calcificación de la matriz ósea
aparecen las trabéculas o espículas óseas que se
unen en una estructura en forma de malla dando
lugar al hueso esponjoso. La lámina central de hueso
esponjoso se recubre por cada uno de sus lados por
placas de tejido óseo compacto. Una vez formado, el
hueso plano crece de tamaño mediante la adición de
más hueso por sus bordes
Osificación
osteocondral
Casi todos los huesos del cuerpo se forman a partir de estructuras cartilaginosas en
las que la osificación se extiende desde el centro hasta los márgenes, un proceso
denominado crecimiento aposicional. Al mismo tiempo la división celular de los
condrocitos seguida de la secreción de sustancias que forman la matriz resulta en un
crecimiento intersticial. A partir de la 5 o 6 semanas de la destación el modelo
cartilaginoso del hueso largo está completamente formado
El modelo cartilaginoso desarrolla un periostio y, en el
centro se desarrolla un collar, en el que los
osteoblastos (que se han diferenciado a partir de
condrocitos) depositan hueso. Poco después de la
aparición del collar óseo, el cartílago comienza a
calcificarse
La diáfisis que una vez fué una masa sólida de cartílago hialino es sustituída por
hueso compacto en el centro del cual la cavidad medular se llena de médula ósea roja.
Cuando los vasos penetran en las epífisis, de forma un centro de osificación
secundario, a partir del cual el proceso de osificación es similar al producido en el
centro primario
Estos centros de osificación secundarios suelen aparecer en el momento del
nacimiento, con la diferencia de que se forma hueso esponjoso y no se desarrolla una
cavidad medular. En los extremos de las epífisis queda una porción remanente de
cartílago constituyendo el cartílago articular y entre las epífisis y la diáfisis se
mantiene la placa epifisaria, también cartilaginosa a partir de la cual el hueso irá
creciendo durante el desarrollo del niño hasta desaparecer en la edad adulta
La placa epifisaria constituye pues el lugar a partir del
cual el hueso puede crecer en longitud durante la
infancia y adolescencia. En ella se distinguen varios tipos
de estructuras o zonas que se extienden sin solución de
continuidad
Zona de cartílago en reposo: cerca
de la epífisis, consiste en
condrocitos dispersos que no
proliferan y que sirven de punto de
anclaje, uniendo las epífisis a la
diáfisis
Zona de cartílago en proliferación: es
una lámina formada por condrocitos,
algo mayores que los anteriores, que se
encuentran apilados y experimentando
una mitosis activa. Como consecuencia
de esta, la capa se espesa y toda la
placa crece longitudinalmente
Zona de cartílago hipertrófico o maduro:
consiste en condrocitos más grandes todavía
dispuestos de forma columnar. La división
celular es, igualmente, la responsable del
crecimiento de la placa, si bien en este área,
algunos de los condrocitos experimentan
cambios degenerativos asociados con
depósitos de calcio
Zona de cartílago calcificado: consiste en un
área de tan sólo algunas células de espesor
en la que las células han muerto o están
próximas a morir como consecuencia de que
la matriz alrededor de ellas se ha calcificado.
A medida que la calcificación progresa, este
área se vuelve frágil siendo invadido por
osteoblastos y capilares, quedando una capa
calcificada sólida entre la placa epifisaria y la
diáfisis.
La región entre la diáfisis y las epífisis en las
que la matriz calcificada es remplazada por
hueso, se denomina metáfisis
El crecimiento de la placa epifisaria está controlado por la hormona del crecimiento
producida por la pituitaria y por las hormonas sexuales. Durante el crecimiento, el
proceso de calcificación y sustitución por hueso hace que la diáfisis sea cada vez
más larga, permaneciendo constante la placa epifisaria. Si se produce una fractura
que afecte a esta placa (fractura epifisaria) la cicatrización de la misma inhibe
parcialmente el crecimiento del hueso resultando un hueso algo más corto que el
contralateral. Esto se debe a que al ser el cartílago un tejido avascular se consumen
proferentemente los recursos de reconstrucción quedando parcialmente marginado el
crecimiento óseo. En cambio, si la fractura afecta sólo al hueso, al estar este
vascularizado, su cicatrización no afecta a la función de la placa epifisaria.
formandose un centro de
osificación primario al penetrar un
vaso en el centro de la diáfisis.
Simultáneamente a la osificación
endocondral que avanza desde la
diáfisis hacia las epífisis de
forma la cavidad medular,
creciendo el hueso en longitud
El proceso mediante el cual se forma el hueso se denomina osificación. En el embrión, existe un
precursor del esqueleto formado por tejido cartilaginoso hialino y mesénquina embrionario que ya
tiene una forma característica a partir de las seis semanas.