El camino para triunfar en los exámenes puede parecer largo y arduo para muchos de nosotros. Sin embargo no debes desanimarte por el camino, concéntrate en cada pequeño paso. Sigue esta guía sobre cómo prepararte y mantenerte enfocado en el camino que tienes por delante. Si lo haces, serás recompensa con unos fantásticos resultados en los exámenes y habrás dividido el viaje en partes manejables. Una sugerencia antes de empezar; alcanzar buenos resultados en los exámenes nunca debe ser tu única motivación, debes tener tus propias motivaciones. Aunque sacar un 10 en todo es una sensación maravillosa y un logro increíble, debes tener otras razones por las que triunfar en los exámenes. Esta motivación subliminal es muy personal pero una vez que la has encontrado te guiará a través de los duros y oscuros caminos a lo largo de tu viaje. A pesar de que puede parecer ligeramente hiperbólico comparar los exámenes con un arduo viaje lleno de aventuras, ambos tienen muchas similitudes. ¡Especialmente si quieres llegar hasta el final! Prepararte es clave, tener la motivación y energía para levantarte y avanzar- aun cuando parezca imposible-es esencial, y lo más importante de todo es no perder de vista tu premio; la consecución de la meta, la llegada al destino, el examen. Adoptar tal mentalidad no solo convertirá el monótono negocio de estudiar en algo más emocionante sino que te permitirá celebrar pequeñas victorias a lo largo del camino. Mucha gente te dirá que les cuesta sentarse a estudiar; y aunque puede parecer así, ¡no lo es! Todos tenemos la capacidad de estudiar y absorber información; lo que nos pasa a todos es que tenemos una falta de motivación. Esta guía te dará consejos sobre cómo introducir prácticas de estudio que te ayudarán a mantenerte motivado y ¡ayudarte a triunfar!
El Camino por Delante
PASO 1: DEFINE Antes de emprender un viaje necesitas conocer tu destino y un mapa. Los exámenes no son diferentes. La mayoría lo sabemos más o menos cuándo serán los exámenes. Tanto si estás preparándote para las PAU o para los exámenes finales, siempre debes saber para qué fechas te estás preparando. Pero no solo es importante la fecha. Antes de empezar a contemplar empezar a estudiar debes considerar qué quieres conseguir. ¿Quieres sacar un 10 en todo? ¿Quién no?, ¿verdad? Sin embargo, de esta manera te arriesgas a avocarte al desastre. Ponte metas realistas; si sacaste un 5 en inglés el año pasado, aspira a un 7 este. Analiza tus fortalezas y debilidades de una manera realista. Puede que tengas un talento innato e interés en una o más asignaturas pero que odies las demás. Puede que te resulte más fácil empezar a estudiar por tus asignaturas favoritas pero pregúntate si esa estrategia es productiva. Si necesitas mejorar tus notas en las asignaturas que te gustan menos deberías dedicarles más tiempo a ellas. Antes de empezar a estudiar traza un sencillo plan sobre las notas que quieres sacar al final del año[1]. Los puntos clave para ayudarte a definir metas es hacerlas: Sencillas: Esto significa que tus metas están definidas claramente y que no son ambiguas. Un buen ejemplo podría ser: Al finalizar este año quiero haber sacado un 10. Un mal ejemplo sería: Quiero estar satisfecho con mis resultados en los exámenes. Medibles: Tener metas claramente establecidas significa que sabes cuándo las has alcanzado. En los ejemplos anteriores sabrías si has sacado un 10 o no. Sin embargo, el que estés o no contento con los resultados no está tan claro. Es importante tener metas medibles para que puedas saber cuándo están yendo bien las cosas y puedes celebrar tus victorias, pero además es crucial para saber cuándo no has llegado a tu meta y así saber que has de cambiar de estrategia o estudiar más duro. Alcanzables: Una meta puede estar bien definida y ser medible pero no tiene sentido tenerla si sabes que no puedes alcanzarla. Si has suspendido una materia el año pasado, no esperes sacar un 10 este. Tu ambición es admirable pero si a la larga ves que no estás progresando tanto como esperabas te desanimarás. Ten en cuenta que esto puede tener un efecto negativo en tu motivación y estudios. Relevantes: Las metas que te propones deben de tener un sentido. No tiene sentido dedicarle tiempo a plantearse metas si el alcanzarlas no significa nada. Oportunas: Para la mayoría de vosotros, tener como meta final los exámenes que vienen significará que tus metas están situadas en el tiempo. Este es un elemento importante de cualquier meta ya que proporciona impulso para la acción. Quiere decir que sabes cuánto debes estudiar cada día para alcanzar tus objetivos. Lo más importante al hacer planes es ser realista y honesto contigo mismo. Adoptar el plan, asignatura por asignatura, te ayudará inmensamente pero tener un profundo conocimiento de tus metas “más allá”-de tus asignaturas-te ayudará a contextualizar cada acción a partir de ahí. Te dará un barómetro con el que medir tus acciones y sabrás si lo que haces está en línea con tus metas o no. Este enfoque te dará un mapa de ruta que te guiará en tu andadura y será una herramienta importante para mantener tu motivación alta. [1] O una vez que hayas fijado tu “destino”. Además, toma nota sobre cualquier requerimiento mínimo del curso que debas alcanzar.
PASO 2: ORGANÍZATE Ahora que ya tienes tu plan definido necesitas aprovisionarte y prepararte para el viaje que tienes por delante. Aquí tienes 3 consejos básicos para arrancar: Nunca subestimes los beneficios de un cajón bien aprovisionado con artículos de papelería. Tener todas las herramientas que necesitas a mano te ahorrará mucho tiempo y hará tus estudios más eficientes. También es necesario tener un sistema de archive apropiado. Saber dónde tienes todo te puede ahorrar muchas horas al año. Y lo más importante, tener toda la información que necesitas a mano reducirá tu frustración, te hará más productivo y, por supuesto, te mantendrá motivado. Otro aspecto crucial de tu recorrido es la planificación. Crear un plan de estudio y seguirlo es el mejor consejo para triunfar en los exámenes. Tu plan u horario de estudio debe ser más específico y detallado que el plan que hemos comentado en el primer paso. Además debes detallar lo que harás cada día, tema por tema y asignatura por asignatura. Sin embargo, cuando crees un calendario de estudio, asegúrate de que incluyes tiempo libre para relajarte y para hacer vida social. También debes ser relativamente flexible para asegurarte de que, por ejemplo, si pierdes un día porque estás enfermo podrás recuperarlo más tarde. Crear un calendario de estudio tiene muchos beneficios: Tus estudios son más productivos cuando sabes exactamente qué y cuándo hacer las cosas y cuánto tiempo te llevará hacerlas. Conseguirás un mejor retorno sobre la inversión que si simplemente abres un libro y empiezas a estudiar un tema. Serás más productivo y tus estudios de más calidad. ¡Así siempre sales ganando! Implementar un horario antes de empezar tu andadura tiene numerosos beneficios psicológicos: No entrarás en pánico y te despertarás a mitad de la noche temiendo los exámenes porque sentirás que lo tienes todo controlado. Sabrás lo que has hecho y lo que necesitas saber. Y lo que es más importante, sabrás para cuándo necesitas tener estudiados los temas. Mientras sigas tu calendario de estudio, puedes dormir tranquilo. Esta sensación de calma te dará más confianza en cómo afrontas tus estudios. No te sentirás culpable por pasar tiempo con los amigos o viendo la TV porque sabrás que tienes has cubierto la materia del examen. Un pequeño inciso aquí. Para algunas personas encuentran los calendarios de estudio demasiado restrictivos y esto les lleva a abandonarlo todo. No debes hacer esto; si no te gustan los horarios proponte una serie de horas al día. Si estudias más un día puedes restarlo del siguiente o viceversa. Este enfoque puede ser beneficioso para algunos tipos de estudiantes. Lo importante es que haya algún tipo de plan en marcha. Otro consejo útil es usar los exámenes como piedras en las que apoyarte. Esto es especialmente válido para los exámenes parciales. Debes usar estos exámenes como un barómetro del progreso que estás haciendo. No debes desanimarte si un 6 no es aún un 8. Como mínimo has de mantenerte al mismo nivel o progresar. Si este no es el caso, entonces necesitas reevaluar tus patrones de estudio. Organizarse es el paso final antes de dar el primer paso en tu camino. Si has seguido los dos primeros pasos, ya estás bien encaminado de cara a triunfar en los exámenes y a llegar a tu destino.
PASO 3: CREA Cuando se trata de ponerse a estudiar no debes sentarte a leer un libro de texto de principio a fin de una tirada. Siempre debes de crear a la vez un recurso de estudio relacionado; algo que puedas consultar y repasar más tarde. Puede tratarse de uná página de resumen, un apunte, un conjunto de fichas, un mapa mental, acrónimos o cualquier otra herramienta que te ayude a estudiar. Cuando estás en clase tomar apuntes puede ser muy beneficioso. Sin embargo, dependiendo del tipo de estudiante que seas deberás afrontar las cosas de una manera diferente. A algunas personas les gusta anotar lo que dice el profesor palabra por palabra. Otras prefieren apuntarlo todo con sus propias palabras o sencillamente escuchar[1]. Debes saber qué estilo de aprendizaje se adapta a ti mejor para establecer un patrón de aprendizaje más productivo. Al leer un libro de texto no has de leerlo de manera pasiva. Debes reflexionar sobre lo que lees; subrayar palabras y frases, tomar apuntes en los márgenes de la página y luego expresar lo que has aprendido con tus propias palabras. Tomar estos sencillos pasos te ayudará a mejorar tu nivel de retención sobre el tema que acabas de estudiar. Es mejor estudiarse 5 páginas de una manera activa a leerse un capítulo entero de una manera pasiva. A la larga será más beneficioso. Ah, y un consejo a la hora de subrayar: no subrayes más de una frase por párrafo porque si subrayas demasiado se pierde el propósito de hacerlo-subrayar solo las partes más importantes. Redacta tus apuntes usando tus propias palabras. Si eres capaz de hacerlo querrá decir que has comprendido totalmente el concepto estudiado. Es muy útil cuando se trata de repasar ya que es más fácil recordar algo que has escrito usando tu propio lenguaje. Flashcards are perfect for memorizing vocab lists, definitions or formulas and can be used for a myriad of other topics. · Las fichas son perfectas para memorizar listas de vocabulario, definiciones o fórmulas o una larga lista de otros tipos de temas. Los mapas mentales pueden ser usados para representar tus apuntes de una manera visual pero también para hacer tormentas de ideas o preparar respuestas de tipo desarrollo. Representa cada párrafo en un nodo e incluye toda la información pertinente en los nodos relacionados. Los dispositivos mnemotécnicos son una manera fácil de aprenderse listas. Un famoso ejemplo es “VIAVANAR” que te proporciona la primera letra de cada color del espectro: violeta, índigo, azul, verde, amarillo, naranja y rojo. Aunque puede parecer más sencillo y productivo usar materiales de profesores u otros profesionales, generar tus propios recursos de estudio usando tus propias palabras y enfatizando lo que es importante te será de gran ayuda al estudiar o repasarlos luego cuando se acerque la fecha del examen. No dejar de lado la creación de recursos de estudio mientras estudias nuevos contenidos diariamente significará que tendrás que estudiar menos a la larga y ser más productivo con tus estudios en un tiempo. Esto resultará en una mejora en tus notas y resultados y en una mayor motivación. Crear diversos recursos de estudio sobre la marcha es el equivalente a dar un paso tras otro mientras avanzas en tu camino. No es glamuroso pero es lo que te puede llevar de un 10 a un 9… o en este caso ¡de un 9 aun 10! [1] Puede que este tipo de estudiantes quieran invertir en un dictáfono para ayudarles a recordar clases.
PASO 4: ESTUDIA En realidad has empezado a estudiar cuando te sentaste a crear tus recursos de estudio pero a lo que me estoy refiriendo con estudiar en este contexto es ligeramente distinto de la fase de creación. La creación o generación ha de suceder a lo largo del año; tras cada clase, cada semana debes estar compilando tus recursos de estudio. Cuando se trata de estudiar, sin embargo, estás más enfocado en prepararte para los exámenes, en vez de a documentar lo que has estudiado en clase. Debes volver a los recursos de estudio que creaste desde la semana 1. Estudiar consiste en coger el contenido que has aprendido en clase y aplicarlo a una situación de examen. Así que encaja tu contenido al estilo de tus exámenes. Si las preguntas en los exámenes son de opción múltiple, entonces practica usando ese formato. Si las preguntas de tus exámenes son de tipo desarrollo, practica con preguntas de ese tipo. Hay numerosas maneras de preparase para cada estilo de examen. Debes practicar cuanto más mejor. En los exámenes con tipos de preguntas cortas o de opción múltiple debes enfocarte en memorizar. En preguntas de desarrollo debes concentrarte en hacer conexiones; enfócate en los temas que es posible que salgan y ten una serie de hechos y citas que puedas aplicar a distintos contextos. No necesitas saberlo todo y no debes de entrar en pánico si no puedes saberte al dedillo un tema entero. Puedes haber cubierto un 80% del contenido del curso y ver que tardas el mismo tiempo en cubrir el 20% restante. Es algo bastante común. Si tienes muchas asignaturas o estás cubriendo varios temas es mejor parar una vez que has avanzado bastante. De esta manera no agotarás tus energías en intentar cubrir la parte final del contenido. Debes de pensar en el global. Un buen consejo relacionado con la estrategia para los exámenes puede ser descartar ciertos temas siempre que cubras bien el resto. Puede sonar un poco peligroso pero en realidad se trata de estudiar de una manera más inteligente. En cualquier caso, es muy importante que tengas varias opciones. Si sabes que tendrás que contestar preguntas sobre tres temas, estudia al menos cinco. El día del examen alguna pregunta puede estar formulada de una manera rara y puede que no puedas contestarla así que debes de tener opciones. Debes priorizar los temas dentro de tus asignaturas ordenandolas por la cantidad de conocimiento que tienes sobre ellas y formular tu plan a continuación. Todos tenemos debilidades por alguna asignatura así que debes de tratar de hacer una estrategia para poder dar las mejores respuestas. Puede que no siempre sea posible pero cuando lo sea, céntrate en tus fortalezas y disimula tus debilidades lo suficiente como para que no impacten tus notas finales. Los tests de práctica son clave para estudiar. Si tienes la suerte de tener exámenes pasados a mano, este ha de ser tu primer puerto de entrada. Si no tienes exámenes pasados con los que practicar, no dudes en pedir preguntas de ejemplo a los profesores o en preguntarles sobre la estructura del examen. Tener estos hechos claros es esencial para poder preparar bien los exámenes. Cuando empiezas a estudiar puedes ver tu destino en el horizonte. Está lejano pero está ya más cerca que antes. No debes temer al examen que se acerca sino aceptar este hecho con alegría como un viajero que se anima al empezar a ver su destino.
PASO 5: TRIUNFA Ya has planificado, creado y estudiado para llegar a este punto y los exámenes están a la vuelta de la esquina. Cuando se aproximan los exámenes el nivel de estrés empieza a subir. Es muy importante mantener la calma en este punto. No te agobies. Si has seguido el resto de los pasos debes de estar más que preparado para mantener el ritmo. Puede que quieras aumentar tus horas de estudio antes de los exámenes pero recuerda que siempre has de tener tiempo para relajarte. Haz lo que te apetezca y no tengas miedo de disfrutar de un poco de vida social. La importancia del buen descanso antes del examen es algo que me gustaría enfatizar porque la mayoría la obviamos. Dormir lo suficiente es siempre un problema pero cuanto más se acercan los exámenes, mayor es la tentación de mantenerte despierto hasta tarde y estudiar. Debes luchar contra este instinto todo lo que puedas. La media está entre 7 y 9 horas y los adolescentes son los que más duermen de todos los grupos de edades, así que asegúrate de que duermes lo suficiente. Haber descansado bien te proporcionará una sólida base sobre la que apoyarte a lo largo del día y hará que repasar sea más fructífero. También mantendrá tus niveles de estrés bajos, lo que hará que mantengas tus niveles de motivación altos. Es lo mismo con la dieta. Es un viejo dicho pero es verdad, el desayuno es la comida más importante del día. Sin él, tus niveles de concentración caerán y esto afectará a tu actividad de repaso. Cuando lleguen los exámenes ya debes tener una serie de palabras de “activación”. Estas palabras encapsulan un tema o área entera y cuando las veas activarán una parte de tu mente que hará que fluyan las ideas sin necesidad de recursos de estudio. Cuando esto ocurre de una manera natural, sabes que has estudiado un tema lo suficiente y que ya estás preparado para tus exámenes. En este punto estás ya a los pies de la montaña, el último obstáculo a superar antes de llegar a tu destino. No has de correr y cansarte antes de llegar a la meta. Mantén un ritmo calmado pero constante. Mantén tus niveles de motivación altos y ten confianza en el hecho de que puedes llegar a la meta.
EL GRAN DÍA Pocas cosas habrán cambiado en tu rutina el día del examen. Has de estar: Bien descansado, Bien alimentado, ¡Bien preparado!, Tener todo el material de papelería necesario Organízate para estar al menos media hora antes ya que esto reducirá tus niveles de estrés y evitará que llegues tarde. No querrás arruinar todo el duro trabajo que has llevado a cabo. Si estás estresado o en estado de pánico respira hondo un par de veces para calmarte. Debes estar tranquilo sabiendo que te has preparado, paso por paso, para esto, la parada final en tu camino hacia el éxito.
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El Viaje por Delante
Paso 1: Define
Paso 3: Crea
Paso 2: Organiza
Paso 4: Estudia
Paso 5: Triunfa
El Gran Día
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