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KANT 1. VIDA Inmanuel Kant, nació el 22 de Abril de 1724 en Königsberg (hoy Kaliningrado), de familia humilde. Su madre, mujer inteligente y piadosa, educó a sus once hijos en la secta protestante de los pietistas. En 1732 (8 años), entra en el "Colegium Fredoriciarum", también de orientación pietista. En 1740 (16 años), accede a la Universidad, donde recibe una instrucción filosófica basada en las teorías de Woolf, y es iniciado en la ciencia de Newton. A sus veintidós años (1746), escribe su primera obra, titulada "Pensamiento sobre la verdadera estimación de las fuerzas vivas", que fue publicada al año siguiente. Muerto su padre, y sin recursos económicos, trabaja como preceptor de varias familias prusianas. Frecuenta entonces, una sociedad elegante y educada, que le gustó, y en la que hizo buen papel. Esta ocupación, le dejaba tiempo libre para investigar. En 1745 (31 años), presenta su tesis doctoral en Filosofía (De igne), y su tesis de habilitación (nueva explicación de los primeros principios del conocimiento metafísico) por la que es nombrado Privat-Dozent. En 1770 (46 años), defiende la Dissertatio titulada: "De mundi sensibilis atque intelligibilis forma et principis" por la que es nombrado profesor titular (catedrático) de la Universidad de Königsberg. En esta obra, aparecen los primeros atisbos de lo que constituirá lo esencial de su filosofía: la idea crítica. En 1781 aparece su primera gran obra, "Crítica de la razón pura". Han pasado 11 años desde su obra anterior, y ya tiene diseñado su sistema filosófico. Las publicaciones (ver "OBRAS") se sucederán con rapidez. Desde 1775, (Privat-Dozent), ha estado enseñando en la Universidad de Königsberg, siempre con gran éxito entre los alumnos. Su lema docente fue: "No enseñar pensamientos, sino enseñar a pensar." Dictó cursos sobre las más variadas materias: matemáticas, geografía física, metafísica, moral, teología, derecho, etc... Junto con sus obras importantes, publicó artículos que tratan desde los terremotos a la industria del libro, o desde los volcanes de la Luna a las razas humanas, pasando por los vientos, la influencia de la Luna sobre el tiempo, etc... Kant, no se casó nunca, aunque tenía muchos amigos. De salud débil, aquejado de frecuentes jaquecas que le impedían trabajar, con un estricto régimen de comidas, su perseverancia en la labor intelectual tiene algo de heroico. Pidió la jubilación escolar a los 72 años. Comienza una revisión de su sistema que no pudo concluir y de la que nos han llegado notas sueltas. Murió a los 80 años, después de pasar 12 meses casi sin vista, y perdida la memoria. Sus funerales, constituyeron una manifestación pública de dolor de la ciudad de Königsberg, que le vio nacer, trabajar y morir. 2. OBRAS Podemos considerar dos períodos: A) PERIODO PRECRÍTICO (hasta 1770) 1746 Pensamientos sobre la verdadera estimación de las fuerzas vivas 1755 De igne, tesis doctoral 1755 Nueva explicación de los primeros principios del conocimiento metafísico 1770 Disertación sobre la forma y los principios del mundo sensible e inteligible B) PERIODO CRÍTICO 1781 Crítica de la razón pura 1783 Prolegómenos a toda metafísica futura como ciencia 1784 ¿Qué es la ilustración? 1785 Fundamentación de la metafísica de las costumbres 1787 Crítica de la razón pura. Revisión de la primera publicación del mismo título 1788 Crítica de la razón práctica 1790 Crítica del juicio 1793 La religión dentro de los límites de la mera razón 1795 La paz perpetua 3. CONTEXTO HISTÓRICO Y FILOSÓFICO El momento histórico en el que se desarrolla el pensamiento kantiano, es un período de transición de los tratamientos propios de la Ilustración hacia los nuevos presupuestos que concluirán en el Romanticismo. Kant, aunque critica algunos aspectos de la Ilustración, desarrolla su más profunda aspiración: conseguir un humanismo racional, basado en la autonomía del sujeto humano. Dirá refiriéndose a la Ilustración: "Esta es la salida de los hombres de una menoridad debida a ellos mismos. Menoridad es la incapacidad de servirse del propio entendimiento sin guía ajena. ¡Ten el valor de servirte de tu propio entendimiento!” (Qué es la Ilustración). Kant es hijo de su tiempo. Recibió la influencia de dos corrientes opuestas: · El racionalismo de Woolf fundamentalmente y también de Leibniz, que intentaban construir una filosofía con base en la sola razón, sin acudir a la experiencia. (A estos filósofos se refiere Kant, cuando habla de filosofías dogmáticas, metafísicas,...) · El empirismo de Locke y Hume que no admite más fuente de conocimiento que las impresiones sensibles. (Como hemos estudiado en Hume.) En un principio, Kant, presta su adhesión a ambas premisas, además de aceptar la concepción física y matemática de Newton. Kant, intenta superar la evidente oposición de estas dos corrientes de la Ilustración acudiendo a su examen riguroso de las posibilidades del conocimiento humano, de sus límites (actitud crítica). El resultado, no fue la unificación ni salvación de ambas posturas, sino la aparición de un nuevo sistema que podemos llamar idealismo trascendental, cuyas bases (subjetivismo y criticismo) estudiaremos. Kant, no consiguió lo que pretendía: establecer sobre bases sólidas una filosofía perfecta y acabada, de modo que fuera aceptada por todos, como las matemáticas o las ciencias; sin embargo, sí que consiguió un cambio de dirección en el pensamiento filosófico. Muy difícilmente, un filósofo post-kantiano se aventurará a construir una filosofía sin antes dilucidar el problema crítico, dando prioridad, como hacía Kant, al sujeto sobre el objeto, (subjetivismo). Esta línea filosófica, tenderá al antropocentrismo, instaurando una visión del mundo que coloca al yo subjetivo como centro del universo y a la persona humana como un ser autónomo independiente de otras instancias externas. 4. SU FILOSOFÍA I. IDEA GENERAL DEL KANTISMO Nos encontramos ante un enciclopedista, prácticamente dominador de todos los conocimientos de la época; por ello nos centraremos en los temas de su filosofía: la teoría del conocimiento y la ética. 1. Fuentes del kantismo Podemos reducirlas a cinco. a. Lutero: Acepta la doctrina luterana de que la fe es un acto de la voluntad (creo) sin ningún motivo intelectual. Influirá en su modo de llegar a afirmar la existencia de la libertad, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios, después de haber negado la posibilidad de demostrarlas e incluso de conocerlas. b. Woolf: Cuando Kant habla de metafísica, se refiere a la metafísica wolffiana, que es la que conoció. Para Kant, ésta metafísica era una "metafísica dogmática" porque: · no ha "criticado" previamente su instrumento para realizarla: la razón. · pretende conocer lo que son "las cosas en sí" por razón pura, independientemente de toda experiencia, es decir, intenta derivar desde los primeros principios que se encuentran en la razón todos los conocimientos en el ámbito de lo corporal, del alma y de Dios. c. Newton: La ciencia newtoniana es una realidad innegable: consigue explicar los fenómenos físicos. Para Kant es un paradigma, un modelo, por así decirlo, "funciona". ¿Cómo lo ha conseguido? Aplicando las matemáticas a la experiencia. En la ciencia newtoniana, la experiencia presenta hechos, datos dispersos; la mente humana los une mediante unas leyes necesarias que ella inventa. Este esquema de pensamiento, influirá decisivamente en la filosofía kantiana. Todo conocimiento, será la unión de una "materia" (los datos de experiencia que son dispersos y variados) y la "forma" que es un acto del sujeto, independiente y anterior ("a priori") de la experiencia y que unifica y confiere inteligibilidad a los hechos de experiencia. d. Hume: Empirista, encarna el escepticismo. Limita el poder del conocimiento a los fenómenos. En esto, Kant le da la razón. Pero por su crítica al principio de causalidad, arruina la ciencia que tiene que dar leyes necesarias. Y Kant, quiere hacer ciencia por lo que tendrá que superar el empirismo escéptico de Hume. e. Rousseau: Conserva de él, la idea de que la conciencia es un absoluto, regla única de acción, y de que la moralidad reside en la pureza de intención, sin referencias a los actos humanos. 2. El punto de partida kantiano A la doctrina kantiana se la suele llamar "criticismo". El "criticismo" kantiano, consiste en escapar del escepticismo de origen empirista, destruyendo a su vez, el dogmatismo de la filosofía racionalista que es quien da armas al escepticismo. El fruto, es un nuevo sistema: el idealismo trascendental o crítico. El punto de partida de Kant son dos hechos que para él, son absolutamente ciertos: el hecho de la ciencia y el hecho de la moral; existen conocimientos verdaderos y existen obligaciones morales. Kant no se pregunta si es posible la ciencia o la moral, sino cómo son posibles, es decir, qué principios o condiciones requieren para que se den. Al hecho de preguntarse por las condiciones de posibilidad, le llamamos "criticar". Por tanto, tendrá que hacer una crítica de la Razón pura que es la que produce la ciencia (¿Qué podemos saber?) para ver hasta qué niveles se puede decir que un conocimiento es científico. Y tendrá que hacer una Crítica de la Razón práctica, para ver cómo es posible la moral, y así encontrar lo que debemos hacer. II. EL PUNTO DE VISTA CRÍTICO Conviene aclarar, antes de comenzar con la crítica de la Razón pura, qué entendemos por punto de vista crítico. Será suficiente definir el problema que intenta resolver y el método que emplea. 1. El problema crítico El problema central de Kant, es la posibilidad de un conocimiento metafísico, con rango de conocimiento científico, es decir, cierto, estable, seguro, universal. Procedamos ordenadamente: a. Todo conocimiento empieza con la experiencia. El espíritu se pone en acción cuando los sentidos le proporcionan objetos. Pero los juicios universales y necesarios (científicos) no pueden estar basados en la experiencia porque ésta: · Nos proporciona hechos particulares y contingentes, nos dice que algo es así, pero no que no pueda ser de otra manera. · Nunca nos ofrece todos los casos posibles. Luego la necesidad y universalidad no provienen de la experiencia, sino que son "a priori", es decir, antes que la experiencia. b. Los juicios pueden ser analíticos o sintéticos (Kant considera que esto es uno de sus grandes hallazgos) · Juicios analíticos: Son aquellos en que el predicado está contenido, al menos confusa o implícitamente, en el sujeto. Por ejemplo: todos los cuerpos son extensos. Estos juicios no hacen avanzar el conocimiento, no lo amplían, porque ya teníamos en el sujeto (ejemplo: cuerpo) lo que hemos encontrado (extensión) al realizar el juicio (los cuerpos son extensos). · Juicios sintéticos: Un juicio es sintético cuando unimos a un sujeto un predicado que no estaba incluido en él. Por ejemplo: todos los cuerpos son pesados. El concepto peso, no está incluido en la definición de cuerpo. En estos juicios sí hay un avance, aumento, de conocimiento. c. Conclusión: Si queremos que una disciplina (por ejemplo la metafísica) sea científica y consiga progresar en su conocimiento, ha de proceder con juicios sintéticos "a priori". Así lo vemos en las ciencias como las matemáticas que tienen asegurado su estatuto científico. Por ejemplo: "... la línea recta es el camino más corto entre dos puntos." Es sintético, porque el concepto "recta" que es cualitativo, no incluye el concepto "más corto", que es cuantitativo. Y es "a priori", porque no necesitamos de la experiencia para formular ese juicio. La metafísica, será ciencia si emplea estos juicios sintéticos "a priori". ¿Cómo podemos saber si los puede emplear? Analicemos los juicios de ciencias como las matemáticas, la física, y descubramos en qué principios están fundadas y cómo se realizan. Y veremos en qué condiciones la metafísica puede realizarlos, si es que puede. Queda patente el interés de Kant por instaurar la metafísica como ciencia segura. Las críticas escépticas a la metafísica, influyeron claramente en el ánimo de Kant. 2. El método crítico El método que emplea para ver cómo son posibles los juicios sintéticos "a priori", y cuáles son los elementos que los explican, fundamentan, o de los cuales son derivados, lo llama análisis trascendental. Analizando estos dos términos, alcanzaremos en qué consiste el método. a. Trascendental: No tiene nada que ver con los trascendentales (propiedades del ser), ni con el concepto de trascendental de la filosofía clásica. Dirá Kant: "Llamo trascendental, a todo conocimiento, investigación o método que se ocupa, no de los objetos sino de nuestros conceptos o juicios a priori sobre los objetos." b. Análisis: El análisis consiste en remontarse de un hecho a sus causas. El hecho que tiene que analizar, son los juicios sintéticos a priori, que contienen las ciencias. Y el análisis, consistirá en encontrar los principios que explican o fundan estos juicios. El método de análisis trascendental, consistirá, por tanto, no en analizar las condiciones del objeto y del sujeto para que se pueda dar el conocimiento, sino en analizar las leyes del espíritu para dar ese conocimiento científico. Es pues, un análisis del sujeto cognoscente. Pero, no se trata de un análisis psicológico de los hechos que se dan en el espíritu, sino de un análisis crítico de un hecho: los juicios sintéticos a priori para encontrar los principios lógicamente exigidos para que puedan producirse. III. TEORÍA DEL CONOCIMIENTO. CRÍTICA DE LA RAZON PURA Kant distingue tres nivel es de conocimiento: A) La sensibilidad. La crítica de la sensibilidad la llama "estética trascendental". En este nivel de conocimiento, se funda la ciencia matemática. B) El entendimiento. La crítica del entendimiento es llamada "analítica trascendental". En este nivel, se funda la ciencia física. C) La razón. La crítica de la razón es llamada "dialéctica trascendental". En este nivel, se situará la metafísica que Kant juzgará imposible. (Hemos de tener en cuenta que Kant lo que tiene presente es la metafísica wolffiana.) En este último nivel, la razón es la que da nombre a toda la obra, "Crítica de la razón pura", que es texto fundamental para conocer su teoría de conocimiento. 1. Crítica de la sensibilidad o Estética trascendental El primer paso que da Kant es aislar la sensibilidad para determinar su valor o alcance. A) Las formas "A PRIORI" El objeto concreto es conocido por el sujeto por medio de una intuición, es decir, nos es dado inmediatamente. La intuición es la única operación que nos pone en contacto con el objeto. Además, para Kant, no hay más intuición que la intuición sensible. La sensibilidad es pura pasividad o receptividad, capacidad de recibir impresiones. La sensación será, por tanto, la impresión de un objeto sobre la facultad. Mediante ella tenemos la intuición de los objetos que Kant llama "intuición empírica". Todas las impresiones se dan en el espacio y en el tiempo, pues un objeto siempre aparece en un lugar determinado y en un tiempo dado. Kant nos dirá que en el conocimiento sensible hemos de distinguir dos elementos: a) la "materia" que consiste en las impresiones, las cualidades sensibles. b) la "forma", que es marco espacio-temporal en donde se sitúan estas cualidades. Para Kant, espacio y tiempo no son conceptos, (porque el concepto es abstracto, y el espacio y el tiempo son medios concretos en donde colocamos los objetos sensibles y es universal, es decir, aplicable a muchos y espacio y tiempo sólo hay uno). Además espacio y tiempo no pueden venir de la experiencia porque nosotros colocamos las experiencias en ese "marco" espacio-temporal, por lo tanto, espacio y tiempo han de ser anteriores a las experiencias sensibles es decir, "a priori" de la sensibilidad. Espacio y tiempo son "... formas a priori de la sensibilidad"; son leyes del sujeto con las cuales se construye su conocimiento sensible, teniendo como materia o contenido suministrado por la sensación. Estas formas, por pertenecer a la estructura del sujeto no son adquiridas. Kant dirá que tampoco son innatas, sino que se revelan en el acto de percibir. Podemos decir que son virtualmente innatas. B) El idealismo trascendental Con lo ya dicho tenemos puestas las bases para exponer los puntos principales del "idealismo trascendental". El espacio y el tiempo, no son entidades reales, ni propiedades de las cosas, sino leyes del propio sujeto, con las cuales conforma (da forma) a lo recibido de fuera. En consecuencia, sólo podemos percibir las cosas, en la medida en que están sometidas a las formas de nuestra sensibilidad. Por tanto, no podemos conocer las cosas en sí (los noúmenos), sino sus representaciones (fenómenos) que aparecen en mi conciencia, es decir, sometidas ya a "las formas a priori de la sensibilidad". Kant, considera necesaria que detrás de los fenómenos existan cosas en sí, aunque no las conozcamos, porque las impresiones que recibimos, suponen una causa exterior. Por tanto, para Kant, los fenómenos no serán apariencias ilusorias o puramente subjetivas. Son objetivos, en el sentido de que ha de existir fuera, algo que las haya causado, aunque ese algo no podemos conocerlo "en sí mismo". 2. Crítica del entendimiento o analítica trascendental a. Introducción La sensibilidad nos presenta los objetos; pero el que sintamos los objetos, no quiere decir que los conozcamos. La sensibilidad presenta los objetos; el entendimiento los piensa imponiendo a la diversidad que nos presenta la sensibilidad unos conceptos que tienen como misión, unificar esa diversidad, haciéndola inteligible. Pero, ambas funciones son necesarias para que haya conocimiento. Sin conceptos, la intuición sensible es "ciega", no se sabe literalmente, qué se ve; pero, sin intuición, los conceptos son "vanos", no se piensa en nada. La sensibilidad es, por tanto, algo pasivo; es receptividad. El entendimiento es activo, aplica los conceptos a las intuiciones, para hacerlas inteligibles. b. Los conceptos puros Ya hemos dicho anteriormente, que la única intuición que había, era la sensible; Kant niega que haya cualquier tipo de intuición intelectual por la que se pudiera alcanzar el ser más allá de los fenómenos. El conocimiento intelectual se hace por medio de conceptos. Consiste en alinear diversas representaciones sensibles bajo una representación común, o como dice Kant, "... subsumir lo diverso de la intuición sensible bajo conceptos", haciéndola así inteligible. Pongamos un ejemplo: Tengo una serie de representaciones sensibles o sensaciones que he recibido y que son múltiples y diversas, puedo darles una unidad mediante el concepto causa, que poseo y que puedo definirlo como "todo lo que sucede tiene una causa"; y formular el siguiente juicio: Tu empujón me ha provocado mi caída. O puedo unificar otras sensaciones bajo el concepto sustancia y decir: Esto es una sustancia (que también es un juicio). El modo de utilización que el entendimiento puede hacer de sus conceptos es juzgando. Por tanto, podemos definir el entendimiento como "el poder de juzgar". El pensamiento se reduce a juicio. ¿Cuántas funciones de síntesis tiene el entendimiento? Tantas como modos de juzgar. Son doce modos (en los que no entraremos). A estas funciones de síntesis las llama "conceptos puros" o "categorías": reglas según las cuales, el espíritu, unifica los fenómenos dados por la intuición sensible para comprenderlos. Por tanto, cuando yo reúno lo dado por la intuición sensible bajo el concepto causa, lo que tengo aplicado ahí, no es una ley de ser, sino una ley de nuestro espíritu. Por tanto, cuando el espíritu encuentra un orden y unas leyes en la naturaleza, es porque él ha reunido los fenómenos conforme a sus propias leyes o categorías. c. La deducción trascendental Hemos dicho que Kant funda la física en este nivel de conocimiento (la analítica trascendental). Kant tiene que solventar el problema de cómo categorías subjetivas de nuestro espíritu tienen valor objetivo y pueden fundar la ciencia física. Quiere demostrar que las categorías, son aplicables a la experiencia y que la misma experiencia sólo es posible gracias a las categorías. Propone la siguiente solución: Las categorías convierten a los fenómenos en "objetivos". Cuando un fenómeno no es sometible a las categorías es puramente subjetivo, porque sólo yo lo puedo percibir. Sin embargo, cuando es sometible a las categorías, entonces es objetivo, porque las categorías son leyes necesarias, comunes a todos los espíritus humanos. Por tanto, un fenómeno sometido a leyes es objetivo, porque vale para todo espíritu. Para Kant por tanto, objetividad significa validez universal. Así pues, las categorías hacen objetivos los fenómenos. De la unión de categoría y fenómeno nace el objeto. A la totalidad de fenómenos objetivos es a lo que llamamos experiencia (objeto del conocimiento científico). Quedan tres cuestiones pendientes es este tema. A) ¿Por qué el hombre está dotado de estas categorías y no otras? Kant, lo da como un hecho y dice que la crítica no llega más allá. B) ¿Cómo se llega a constituir un objeto, siendo varios los fenómenos y varias las categorías necesarias para constituirlo? Esta labor la realiza el yo trascendental (yo pienso, conciencia pura o percepción trascendental). El yo trascendental es el principio de unidad. Es un principio activo, que unifica los diversos fenómenos y las diversas categorías que entran en la constitución de un objeto. Este yo trascendental o conciencia trascendental no es un yo empírico o conciencia psicológica, que sería algo individual. Es una función individual unificadora, común a todos los hombres, universal. Es una función de unificación subjetiva, pero no subjetiva particular, sino subjetiva trascendental. C) ¿Cómo es posible la aplicación de las categorías (naturaleza intelectual) a los fenómenos (naturaleza sensible) siendo ambos de distinta naturaleza? La respuesta está en la teoría del "esquematismo trascendental". Los "esquemas" son producidos por la imaginación pero no son imágenes sino "procedimientos de la imaginación para dotar a un concepto de su imagen-esquema correspondiente a ese concepto" Cada concepto tendrá un esquema que es lo que nos permitirá determinar "a priori" bajo qué condiciones una categoría puede aplicarse a unos fenómenos concretos. Por ejemplo, el esquema de la causalidad es la sucesión irreversible de los fenómenos en el tiempo; el esquema de la sustancia es la permanencia de un fenómeno a lo largo de un lapsus de tiempo, mientras los demás cambian. Todos los esquemas son diversas determinaciones del tiempo. Este es el puente que permite la aplicación de la categoría al fenómeno; pues el tiempo es algo homogéneo con los fenómenos (todos ellos se dan en el tiempo) y tiene afinidad con las categorías, pues el tiempo es universal (se da en todo fenómeno posible). Y además, es " a priori" (los diversos esquemas no los hemos sacado de la experiencia). Þ Corolario Kant, nunca pensó que se pudiera hacer una física completa a priori; pero sí afirmo que existe una ciencia pura de la naturaleza, una física universal y general con juicios sintéticos a priori (independientes de la naturaleza). Por ejemplo, a priori, puedo dar la siguiente ley; todos los acontecimientos están causalmente determinados según leyes constantes. Y esto es posible, lógicamente, porque el objeto lo he constituido según las leyes "a priori" del pensamiento, por tanto, esas leyes "a priori" rigen la naturaleza del objeto y puedo formularlas "a priori". e. Conclusiones 1. De la unión de la sensibilidad (intuición sensible) y con el entendimiento (categorías) surge el conocimiento. 2. De la unión del fenómeno con las categorías surge el objeto. 3. Hace falta intuición y conceptos para que haya conocimiento. 4. El entendimiento no puede superar los límites de la sensibilidad, porque sólo hay intuición sensible. 5. Los conceptos (categorías) del entendimiento recaen sobre los fenómenos. El "noúmeno" (la cosa en sí) no es alcanzable por el entendimiento. Para conocerlo sería necesario una intuición intelectual que no poseemos. Por tanto, la cosa en sí, es incognoscible. 3. Crítica de la razón pura o Dialéctica trascendental Analizadas las condiciones de posibilidad, del conocimiento científico, Kant establece que la metafísica no cumple las condiciones de este conocimiento. Los conceptos claves de la metafísica (alma, mundo y Dios) no subsumen bajo sí ninguna intuición, faltándoles por tanto, uno de los dos elementos característicos de todo conocimiento científico. La función de la razón es razonar; vincula unos juicios con otros según la relación de principio o consecuencia. La razón procura irse remontando de condición a condición hasta un primer término absoluto o incondicionado (alma, mundo y Dios). El hombre de forma natural tiende a ir unificando todo lo que le va siendo dado. A estos principios unificados les llama Kant "ideas". La idea del alma unifica toda la experiencia interna; la idea del mundo unifica todos los fenómenos de la experiencia externa; y ambas esferas están unificadas por la idea de Dios. Esta tendencia de unificación (tendencia metafísica), es una disposición natural que tiene un uso correcto: el utilizar estos tres conceptos como reglas heurísticas del conocimiento. Incluso afirma que el hombre ha de actuar en orden al conocimiento como si existieran. Sin embargo, cuando atribuimos a esas "ideas" una existencia real o "en sí" y las hacemos funcionar como elementos determinantes de nuestro propio pensamiento, caemos en errores. Lo propio de la metafísica dogmática es dejarse engañar por esta ilusión natural de dar realidad a las ideas de la Razón. Los errores que produce esta ilusión son los siguientes: A) Paralogismos del alma: · "De la sustancialidad que consiste en pensar el alma como sustancia." · "De la simplicidad: pensar que es sustancia simple". · "De la personalidad: pensar en el alma como sujeto idéntico a través del tiempo." Todo ello es falso, pues no tenemos intuición sensible del alma, sí de los fenómenos que aparecen en ella pero no de ella misma. B) Antinomias del mundo: Si se considera al mundo como real se cae en contradicciones, tesis y antítesis, que son demostradas ambas por argumentos igualmente probatorios. Demos dos ejemplos: · El mundo está limitado en el tiempo y en el espacio, el mundo no tiene límites ni en el tiempo ni en el espacio. · En el mundo hay causalidad libre, todo sucede según leyes necesarias. Desde una perspectiva crítica no existen estos problemas: · A la primera: no hay intuición del mundo en su totalidad, luego no se puede conocer si es limitado o no. · A la segunda: ambas proposiciones son verdaderas; la tesis para el mundo de las cosas en sí; la antítesis para los fenómenos. C) Falsas demostraciones de la existencia de Dios. Kant suele llamar a la existencia de Dios el ideal de la razón. La crítica de Kant, consiste en mostrar que las pruebas que se han dado de la existencia de Dios, carecen de valor. a) Crítica de la prueba ontológica: Es paralela a la idea tomista. Del análisis de un concepto (Dios) no se puede sacar la existencia porque en el concepto están los caracteres esenciales, pero no la existencia. b) Crítica del argumento cosmológico (fundado en el principio de causalidad). Hay un abuso de la categoría de causalidad. Esta sirve dentro de los límites de la experiencia; cuando se supera este límite, queda sin experiencia sobre la que apoyar la categoría y por tanto, queda vacía. c) Crítica de la prueba fisicoteológica o por el orden del universo. No es válida porque emplea la categoría de finalidad en sentido trascendente. Además, llega a una inteligencia ordenadora, pero, no a un ser creador. Para Kant, Dios es un "ideal" del que no puede demostrarse su existencia ni su inexistencia. Þ COROLARIO ¿Queda condenada toda metafísica? Queda condenada por imposible la metafísica realista. La metafísica, quedará reducida al análisis del espíritu y sus categorías, al análisis de las leyes del pensamiento que serán, en los idealistas, las leyes del ser pensado, que es el único que existe para nosotros. IV. CRITICA DE LA RAZÓN PRÁCTICA: ÉTICA En la crítica de la razón práctica responde Kant a la pregunta ¿qué debemos hacer? 1. El deber La moral Kantiana es una "moral del deber". Hasta entonces, los filósofos pensaban que una acción era buena si se dirigía hacia su fin último, hacia el bien supremo. Kant dirá que este no puede ser el fundamento de la moral por dos motivos: a) Porque dirigirse hacia un bien es una tendencia egoísta (lo cual es entendible refiriéndose a los empiristas que ponen el bien supremo en el placer o el interés, pero, difícilmente aceptable en las morales racionales que sitúan al bien supremo en algo absoluto, y que trascienden lo sensible). c) Porque buscar el bien es un hecho que se presenta como una necesidad natural, por esa razón no puede ser una obligación moral. Hasta ese momento la bondad de un acto se fundaba sobre su objeto, sobre su "materia" dirá Kant. Si el acto que he realizado es matar injustificadamente, como esto es malo, mi acción es mala. Kant, dirá que la moralidad del acto depende de su forma", de la intención que lo anima. Instaura, por tanto, una moral "formal". Para que un acto sea bueno, no basta que sea "conforme a la ley" o legal, es necesario que lo haga "por respeto al deber". Un acto por más que esté conforme al deber, si la causa por la que lo he realizado es una inclinación o por conseguir algo, aunque sea bueno, y no por puro respeto al deber, carece de valor moral. Kant nos remite, por una parte, al respeto como principio subjetivo de moralidad, y al deber como principio objetivo. ¿Qué es el deber? Es una ley que proviene a priori de la razón y se impone por sí misma a todo ser racional. Esta ley se traduce en la conciencia en "el imperativo categórico". Este imperativo, que me da mi razón y que es lo que debo seguir para que mis acciones sean buenas, podemos enunciarlo así: "obra de tal manera que el principio (o máxima) de tu actuación pueda convertirse en ley universal". Una máxima es una regla subjetiva de actuación. Por ejemplo: No mentiré, es una máxima correcta porque puedo querer que sea ley para todos. Y el imperativo es un juicio sintético " a priori". A priori porque no viene de la experiencia y sintético porque hay un aumento de conocimiento, ya que enlaza la máxima de una voluntad (subjetiva) con un ser ley para todos. Es, por tanto, una ética formal y no material, ya que no nos da varios contenidos que debemos vivir, sino una regla para saber si nuestras acciones son buenas o malas. Además es una ética autónoma. Hasta entonces, dirá Kant, las éticas eran heterónomas, sometían la voluntad a unas normas que le venían dadas desde fuera. Su ética es autónoma pues la regla de actuación (el imperativo) se la ha dado ella a sí misma. Para Kant, la libertad radica aquí: ser libre es obrar sin estar determinado por causas extrañas, sino determinando uno mismo por la ley de su propia acción. Como la moralidad (el hecho moral) es algo que "de hecho" descubro en mí, que está ahí, necesariamente he de afirmar la libertad porque ésta es necesaria para que haya moralidad. Podemos afirmar que en Kant libertad y moralidad coinciden. La libertad la encuentro claramente al darme cuenta de que soy responsable de mis acciones. 2. Los postulados de la razón práctica El hecho moral que encuentro en mí, el hecho de "el deber " (debo hacer esto) que se me impone por sí mismo hace que deba afirmar la realidad de unos "postulados de la razón práctica" necesarios como condiciones para la vida moral. Estos postulados (libertad, inmortalidad, Dios) que no son susceptibles de justificación teórica, son exigidos por la razón práctica como condiciones de la vida moral. La afirmación de estos postulados, por carecer de justificación teórica, ha de realizarse por un acto de la fe práctica. a. Existencia de la libertad: Ya hemos dicho que moralidad y libertad se corresponden, por tanto, si la moralidad es un hecho, la libertad es un hecho indiscutible. Podemos añadir, que hablar de obligación sólo tiene sentido en un ser libre. Por tanto, para poder vivir moralmente estamos obligados a creernos libres. Podemos decir que la libertad es condición de la moralidad; y descubro en mí la libertad al conocerme responsable de mis acciones. Esta afirmación ¿no va en contra de los resultados obtenidos en la crítica de la razón pura? Kant dirá que no. El mundo de los fenómenos, o mundo sensible, está sometido a la necesidad de las leyes que el entendimiento le impone para percibirlo; pero, el mundo de las cosas en sí (noúmeno), del cual sólo sabemos que es fundamento del mundo sensible, no está sometido a las categorías y por tanto, nada nos impide afirmar que allí se da la libertad. De aquí se deriva la siguiente conclusión antropológica: el hombre, como fenómeno, es un elemento de la naturaleza y sus acciones están determinadas por causas. En cuanto "ser en sí" es capaz determinarse a sí mismo a obrar, puede empezar por sí mismo una acción que se traduce en el mundo sensible por una serie de fenómenos encadenados (necesidad). b. Inmortalidad del alma Kant dirá que el bien moral supremo es la conformidad perfecta de nuestras intenciones con el deber, es decir, ser perfectamente virtuoso o "santo". Kant considera que esta santidad no se puede alcanzar en la vida terrena. Pero al ser algo exigido por la razón práctica, ha de ser posible alcanzarla. No siendo posible durante la vida terrena, es necesario postular la persistencia de la persona después de la muerte, es decir, la inmortalidad. c. La existencia de Dios El hombre no puede pensar en un bien supremo que no integre en sí la felicidad. Kant entiende que la felicidad es "el estado que un ser racional a quien todo acontece en el mundo según el deseo de su voluntad". Pero, al no ser el hombre creador y señor del mundo no puede gobernarlo de forma que a la virtud le siga la felicidad. Hace falta que exista "una causa de la naturaleza entera, distinta de ella y que contenga el principio de moralidad". Como además ha de ser capaz de proporcionar la felicidad conforme a derecho, es decir, al más virtuoso, más felicidad, ha de dar la felicidad con un acto de voluntad, derivado del conocimiento. Este ser que dirige la naturaleza toda con la inteligencia y voluntad ha de ser Dios. Þ COROLARIO La conclusión a la que llega Kant es patente: Si bien no podemos tener conocimiento científico acerca de Dios, del alma, podemos postular su posibilidad desde la ética. "Tuve, pues, que anular la razón para dejar algo de sitio a la fe". Afirmar algo que no conozco es un acto de fe.
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