La autogestión en personas con capacidades diferentes
Dentro de los grupos de alta vulnerabilidad, se encuentran las personas con algún tipo de limitación, ya sea a nivel visual, psíquica o auditiva. Cuando hablamos de estos grupos, forzosamente hay que tener presente que sus circunstancias de aprendizaje son diferentes, y que, por lo tanto, se debe pensar en que las condiciones para promover el estudio autogestivo deben crearse considerando sus necesidades y características.
Esto implica no asumir que un estudiante con capacidades distintas podrá lograr su autogestión brindándole solamente herramientas o recursos.
Circunstancias que necesitamos entender de las PCD (personas con capacidades diferentes)
Para poder hablar de una autogestión en las personas con capacidades diferentes, tenemos que retomar 3 aspectos:
- Fortalecer cualidades personales como la autoconfianza, la seguridad en sí mismas y la capacidad de tomar decisiones.
- Proporcionar capacitación para la adquisición de habilidades blandas
- Identificar el papel que tienen las comunidades académicas, y en general el sistema de estudio en modalidades virtuales: estos actores requieren una mayor sensibilización en el sentido de no asumir a las PCD como dependientes o que no pueden valerse por sí mismas.
- Proporcionar contenidos y actividades didácticas comprensibles, adaptada a sus necesidades, incorporando tecnologías que permitan la inclusión y el total acceso a nuevas experiencias de aprendizaje.
La importancia de la autogestión en las PCD
Si reflexionamos acerca de cuán importante es la autogestión en el aprendizaje, diremos que es muy importante , pero si lo abordamos hacia grupos como las personas con capacidades diferentes, el tema se vuelve fundamental, porque en su caso, es necesario dejar de lado algunos paradigmas como el de la dependencia. Es crucial proveer no solamente de un ambiente didáctico pensado en sus características, sino también analizar de qué manera se pueden fortalecer algunos temas de índole personal, como el de la confianza en sí mismo, la resiliencia y otros más que sin duda trazarán el camino para lograr que nuestra gente con capacidades diferentes pueda concluir su formación académica.
Las acciones didácticas tienen que ir en dos rutas: primero, fortalecer el desarrollo de habilidades socioemocionales en el individuo que enfrenta una discapacidad, y, por otro lado, desarrollar ambientes de aprendizaje pensados y adaptados, las tecnologías inclusivas son una apuesta para ello.