Contexto
Apartado 4.
Europa, a la conquista del mundo.
El avance tecnológico de Europa, su capacidad de producción y un aumento demográfico hicieron que las economías industriales buscaran nuevas áreas de inversión y de negocio. Se inició la época del Imperialismo, que se caracterizó por la supremacía de unos países sobre otros.
Exploración y Conquista
A mediados del s. XIX gran parte de Asia, de África y de los océanos era prácticamente desconocida. La búsqueda de nuevos territorios para expandirse propició una serie de expediciones científicas y geográficas.
Las primeras expediciones fueron realizadas por ingleses y franceses. Destacaron los exploradores ingleses Stanley y Livingstone junto al francés Brazza. Entre los tres se cartografió toda África central.
Tras la exploración, la conquista se llevó a cabo rápidamente, pues los europeos aprovecharon las rivalidades entre las tribus indígenas para enfrentarlas entre sí y reclutar tropas para sus ejércitos.
Los enfrentamientos entre potencias coloniales
El Imperialismo del s. XIX se caracterizó por la gran abundancia de guerras. El choque de intereses entre las potencias por el reparto de África impulsó la convocatoria de la Conferencia de Berlín, a finales del s. XIX. En ella se establecieron unas normas para la repartición de África y se repartieron esos territorios. Aun así, el enfrentamiento de los intereses de las metrópolis fue inevitable y, en 1898, en Fachoda, un territorio al este del lago Chad, chocaron Francia e Inglaterra y casi estalla un conflicto.
Otro grave incidente fueron los conflictos anglo-boéres, a finales del s XIX y principios del s. XX. Estos enfrentaron a los colonos holandeses y a los británicos en la zona de Sudáfrica. Los holandeses se habían instalado allí en el s. XVI y habían fundado las repúblicas de Transvaal y el Estado libre de Orange. Los británicos pretendían invadir esos territorios porque se había extendido la noticia de que se habían encontrado importantes minas de oro en la zona de Transvaal. Tras tres años de intensa guerra, ambas colonias fueron anexionadas al Imperio Británico.
A su vez, gran parte del continente asiático fue ocupado por las grandes potencias europeas, por Francia, Inglaterra y Alemania, como por otros Imperios, tales como Estados Unidos, Rusia y Japón.
En China, las potencias colonialistas ansiaban entrar a un mercado que contaba con un gran número de población. Por medio de las Guerras del Opio (a mediados del s. XIX), entre China y el Imperio Británico se consiguió la entrada a ese mercado. La intromisión extranjera fue contestada con diversas revueltas sociales, como la de los bóxers en 1899.
La organización y explotación de las colonias
Los diferentes tipos de colonias que podemos encontrar son:
Colonias de explotación, dedicadas a la obtención de materias primas. Hay dos tipos:
Colonias, que dependían de la metrópoli de forma plena.
Protectorados, que tenían una mayor libertad a la hora de gobernar. Tenían un gobierno propio, que se regía bajo las normas de la metrópoli.
Colonias de poblamiento, a las que emigraban los habitantes de la metrópoli. Hay dos tipos según el imperio que las controlara:
Dominios, que son propias del Imperio Británico.
Territorios de Ultramar, que son propios del Imperio Francés.
Otros tipos de colonias:
Concesiones, que eran zonas cedidas a la metrópoli por un tiempo.
Enclaves estratégicos, que eran ciudades o territorios con una finalidad estratégica, tanto a nivel geográfico como bélico.