El origen, la base y la razón de ser de la Iglesia es, evidentemente, Jesús de Nazaret.
En la fundación de la Iglesia destacan varios acontecimientos como:
La experiencia de la resurrección de Jesús y la fuerza del Espíritu Santo:
La muerte de Jesús
La elección de los discípulos:
El anuncio del Reino de Dios:
Centro de la predicación y de la vida de Jesús, por lo que sus valores serán siempre el único modelo de la Iglesia.
Que Jesús reunió en torno a él para crear una comunidad de hermanos unidos por el amor, por el servicio y por la ayuda mutua.
Que hizo que creyeran por tierra las falsas esperanzas de los discípulos y seguidores dejó abierta la posibilidad de otras nuevas.
Que transformó radicalmente a los discípulos al hacerlos pasar el temor al valor, de la incredulidad a la fe y del individualismo a la convivencia fraterna.
El fundamento de la Iglesia:
Es el proyecto de Jesús de transformar el mundo en el Reino de Dios, que ofrece el programa libertador del Evangelio, frente a una sociedad que esclaviza al ser humano.
No se puede hablar de un momento concreto en el que Jesús declara fundada la Iglesia, ya que este fue un proceso de fundación sucesiva.