¿Qué debe cambiar en el salón de clases?

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Alan Gonzalez
Fluxograma por Alan Gonzalez, atualizado more than 1 year ago
Alan Gonzalez
Criado por Alan Gonzalez mais de 3 anos atrás
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Resumo de Recurso

Nós do fluxograma

  • ¿Qué debe cambiar en el salón de clases?
  • Cusa y efecto
  • Por último, una alumna. Ella, igual que sus compañeros, se detiene frente al pizarrón para analizar lo que debe hacer, sin embargo, cuando aún no ha transcurrido ni la mitad del tiempo de quienes la antecedieron, el profesor exclama: “¡Ay, las mujeres siempre tan tardadas!”. Ese comentario provoca que ella se apresure en su respuesta. La estudiante se enreda en el problema y, con la presión de las risas resonando a sus espaldas, no logra concluir con éxito la tarea que le encomendaron. 
  • Comparación y contraste
  • Esto es parte de lo que sucede en las aulas. La educación que recibimos las mujeres está construida con mensajes que sentencian que las oportunidades de aprendizaje no son las mismas para nosotras: las diferencias de género se vuelven jerarquías para el aprendizaje.
  • Secuencia temporal
  • Esta idea no es nueva. En el siglo XVIII, cuando Rousseau escribió Emilio, o De la Educación, dedicó la quinta sección a la educación de las mujeres: “Justificad siempre las tareas que impongáis a las niñas, pero imponérselas continuamente… Es preciso acostumbrarlas a la sujeción cuanto antes, con el fin de que nunca les sea violenta; a resistir todos sus caprichos, para sujetarlos a las voluntades ajenas… desde muy temprano debe aprender a padecer hasta la injusticia y a soportar los agravios de su marido sin quejarse; debe ser flexible, y no por él, sino por ella”. Para el ilustrado Rousseau, la educación de las mujeres se entendía como una órbita alrededor de la centralidad de los varones.
  • Por fortuna, muchas cosas han cambiado desde Emilio. En los últimos veinte años, según The Global Gender Gap Report (WEF, 2020), México ha cerrado casi por completo la brecha de género en acceso a la educación primaria y secundaria. Sin embargo, esto no significa igualdad en las oportunidades educativas. No es suficiente el acceso igualitario de niñas y niños. En la escuela, además de aprendizajes y conocimientos, se reproduce y transmite un conjunto de valores, creencias y actitudes que refleja la ética pública vigente en nuestra sociedad. Esta ética, construida mediante libros de texto, materiales, infraestructura, currículo y formación docente, nos dice que hombres y mujeres no somos iguales y, por lo tanto, no tenemos las mismas oportunidades para aprender.
  • Enumeración descriptiva 
  • Las prácticas de empoderamiento al estudiantado, que ocurren con muy baja frecuencia, otorgan a las niñas y las jóvenes acciones relacionadas con ser auxiliares o cuidadoras de las actividades de clase. Esto se aleja de la idea de elección de tareas, de impulsar la confianza en sí mismas y de asumir la responsabilidad de su propio aprendizaje. En cuanto al lenguaje utilizado en las aulas, asociado al reflejo y reproducción de las expectativas hacia los estudiantes, enfrentamos grandes retos: deconstruir estereotipos de género; modificar las formas de expresión que sobrevaloran lo masculino a costa de lo femenino; que las y los docentes transmitan mensajes explícitos sobre la igualdad de los géneros e intercalar el femenino genérico. Sin embargo, esto no siempre sucede. En el bachillerato, esto se logra únicamente en el 5 % de las clases con docentes hombres.
  • Desde otra perspectiva, algunas investigaciones han resaltado cómo, en el ámbito escolar, los estudiantes (niños y adolescentes) perturban y denigran a las niñas a través de lenguaje sexualmente abusivo o de acoso físico (levantan sus faldas, golpean sus senos, etcétera). Estas acciones generalmente son descartadas por docentes y directivos bajo el argumento de “juegos” o “bromas”, lo que invalida y subestima las experiencias de violencia hacia las niñas y adolescentes. Así, los varones aprenden desde la escuela que no hay problema ni castigo por violentar a una mujer.
  • Problema/solución
  • Es preciso que la lucha por la igualdad de género ocurra desde el sistema educativo y no sólo a partir de la transformación individual. Necesitamos un enfoque sostenido para identificar (porque las hay) formas innovadoras hacia el cambio y aprender de los docentes hacia reformas —en el ámbito local, regional y nacional— que garanticen oportunidades educativas que sean significativas para los géneros. Aquí algunas propuestas: • Analizar y replantear el papel de la mujer en los libros de texto, materiales educativos y en el currículo, en camino hacia una nueva etapa en donde la figura masculina no tenga, por hegemonía, la centralidad. • Impulsar la formación docente para sensibilizar sobre las cosas que suceden en el aula y que podrían reforzar y reproducir estereotipos: acercarles estrategias para una educación incluyente y con igualdad de oportunidades para todos los géneros. • Revisar las normas y reglamentos escolares que limitan o restringen las libertades de acuerdo con el género: los uniformes escolares, las conductas esperadas, etcétera. • La igualdad también se percibe en las instalaciones educativas: revisar y diagnosticar los elementos de infraestructura, sobre todo en los sanitarios, que pueden generar espacios de exclusión o riesgo para las mujeres.
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  • ¿Qué debe cambiar en el salón de clases? . Ana Razo. Nexos (s. f.). Recuperado 6 de mayo de 2021, de https://www.nexos.com.mx/?p=47505

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