Una vez que ha difundido de los alvéolos a la sangre pulmonar, el oxígeno se
transporta, principalmente combinado con la hemoglobina, a los capilares
tisulares, donde se libera para ser utilizado por las células. En las células de los
tejidos, el oxígeno reacciona con diversos nutrientes para formar grandes
cantidades de dióxido de carbono, el cual a su vez entra en los capilares tisulares y
es transportado de nuevo a los pulmones. El dióxido de carbono, como el oxígeno,
también se combina con sustancias químicas en la sangre de dióxido de carbono.
Los gases pueden moverse desde un punto a otro por difusión, este movimiento
se da siempre por una diferencia de presión. Por tanto, el oxígeno difunde de los
alvéolos a la sangre capilar pulmonar, debido a que la presión del oxígeno en los
alvéolos es superior a la presión del oxígeno en la sangre pulmonar. Después, en
los tejidos, una POxígeno más elevada en la sangre capilar que en los tejidos hace
que difunde a las células circundantes
El oxígeno es transportado en la sangre unido pigmentos respiratorios, que en los vertebrados es la
hemoglobina, situada dentro de los glóbulos rojos, que aumenta en 70 veces la capacidad de
transporte de Oxígeno (O2) en la sangre.
El CO2 es más soluble que el O2 en el plasma; así se transporta en parte y el resto en forma de ácido
carbónico y de ion bicarbonato
Cuando la sangre llega a los pulmones se libera CO2 al interior de los alvéolos. Cuando la sangre llega
a los tejidos se excreta CO2 a la sangre.