La personalidad está formada por la
interacción de las características de la
constitución biológica y las fuerzas
culturales
La forma en que el adulto responda (recompensa o castigo) a la
dotación constitucional permite o limita el desarrollo máximo de sus
capacidades potenciales.
Si estas tareas se abarcan bien se desarrolla una
personalidad con capacidad productiva, si por el
contrario no es así se sufre una interferencia en la
personalidad y se distorsiona las relaciones
interpersonales
La biología del niño y la cultura formulan tareas psicológicas, que deben
experimentar con éxito a fin de desarrollar una sólida base de
funcionamiento maduro en la personalidad adulta.
3. Dependencia y deseos de
dependencia en enfermería.
La dependencia exige poder identificar lo
que se desea, luchar por comunicarlo y
sentirse libre de hacer uso de la asistencia
que se ofrece para resolver el problema.
Un deseo de dependencia
opera como una insaciable
necesidad que da por
supuesto que los demás sabe
lo que se necesita, sin
comunicación o negando la
ayuda.
La enfermera tiene dos
responsabilidades en su
relación con los pacientes
que presentan deseos de
dependencia:
Ayudar al paciente a conocer que se puede
contar con su ayuda cuando es necesaria;
este aprendizaje se produce mediante la
muestra de interés.
Ayudar al paciente a cobrar
consciencia de sus deseos y
mejorar su forma de expresar
estos deseos.
2. La primera tarea: aprender a contar con los demás.
Las tareas psicológicas intervienen en la infacia como un aspecto de la
formación y desarrollo de la personalidad.
Un bebé utiliza los instrumentos de
comunicación que estén al alcance de su
esfuerzo y los emplea para conseguir la
satisfacción de sus necesidades y deseos.
La madre puede
entonces
responder de una
forma
incondicional o
condicional.
Cuando es incondicional el niño
entiende que sus necesidades son
válidas y atendidas, así más puede
desarrollar y afinar sus
instrumentos de comunicación Esto
conduce a un movimiento positivo
hacia la socialización
Aprende de forma clara y confortable que
depende de los demás para la consecución de
sus deseos y se logra diferenciar de los demás
y cuenta con ellos.
Surge la ansiedad y de ahí “la
retirada negativa”, donde el
niño abandona la lucha por
satisfacer sus necesidades.
Se refuerza su receptividad pasiva, se crea frustración,
no hay diferenciación del otro, puede abandonar su
meta o puede reforzarse su retraimiento negativo.
Se desarrolla un insaciable deseo de dependencia, esto
por rechazo o sobreprotección de parte de la madre.