Tomás de Aquino nació a finales de 1224 en el castillo de Roccasecca en la
provincia de Nápoles, hijo y nieto de la nobleza guerrera.
Retomó el pensamiento filosófico de Aristóteles y le dio un
enfoque claramente cristiano, creando un binomio de base
filosófica estudiado en la actualidad y conocido como
pensamiento aristotélico-tomista.
Según santo Tomás, la ley natural comparte la razón y no puede ser
reducida con exclusividad a la voluntad de Dios.
Las acciones que manda o que prohíbe son intrínsecamente buenas o malas,
pero no sólo como resultado de haber sido ordenadas o prohibidas por Él.
Para santo Tomás
El alma humana es la más débil de las sustancias intelectuales;
todo el conocimiento del hombre se origina en los sentidos y se
obtiene mediante la abstracción de cosas sensibles.
La base de su pensamiento es la noción aristótelica de
naturaleza. Para él, más que los demás animales, el hombre es
un ser político y social
Toda violación de los preceptos de Dios, dice santo Tomás, revela, más que
una desviación de la razón, una simple falta de buen gusto:
Lleva la huella de una ofensa contra el Ser Supremo, dador y garante de la
ley natural que, además de la pérdida de esos bienes internos —como la
felicidad y la virtud, de las que el pecador se priva a sí mismo—, inflige
sanciones externas, de acuerdo con la gravedad del hecho.
Sus preceptos más universales forman el objeto de un hábito especial que
santo Tomás de Aquino llama conciencia o, más exactamente sindéresis.
Que corre paralela al hábito de las premisas primeras y más evidentes de las
cuales proceden todas las demostraciones en el orden especulativo.
Aristóteles
Transición de Grecia a Roma, el ius
Gentium y el surgimiento del periodo
feudal
De la muerte de Aristóteles surgiría un fenómeno social:
Aparecería la teología cristiana, y con ella una serie de
transformaciones jurídicas y morales que se habrían de concretar
con el Acuerdo de Turín.
En el cual Constantino reconoce la validez de la Iglesia
cristiana; sin embargo, desde antes podríamos ver un
fenómeno interesante en Roma, que era el surgimiento
del ius gentium.
El derecho tradicional de la ciudad de Roma fue llamado ius quiritium o ius
civile, en el sentido de derecho de la ciudad y aplicable para quien era de la
ciudad.
La otra gran transición proviene de la teología cristiana, cuando ésta fue
reconocida por Constantino I:
Ante los ojos de la teología cristiana todos éramos iguales.
Con esta transformación se empezó a hacer una relectura
del pensamiento expresado por Platón y Aristóteles
Surgiendo una escuela filosófica denominada escolástica,
cuyos máximos representantes son Agustín de Hippona y
Tomás de Aquino.
En Roma, un ser humano tenía lo que se denomina plenitud de derechos, si
reunía tres condiciones:
Ser libre (no esclavo).
Ser ciudadano romano.
Ser sui iuris, es decir, no hallarse tutelado por otro.
Cuando la ciudad-estado se convirtió en un imperio, los romanos no trataron
de imponer el derecho de su ciudad a todos los pueblos o comunidades que
llegaron a formar parte de él:
Sino que limitaron esta imposición a lo que les parecía
imprescindible y dejaron en vigor, al menos parcialmente,
las costumbres y normas jurídicas de las comunidades
políticamente dominadas.
Filósofo nació en Estagira en el 384 a.C. y murió
en Calcis en el 322 a.C.; además
Fue hijo de Nicómaco, médico del rey macedonio
Amintas II.
Desde los 18 años se trasladó a Atenas para continuar
su formación e ingresó en la Academia de Platón,
donde permaneció unos 20 años hasta el fallecimiento
del maestro.
Decidió abandonar Atenas para vivir en una comunidad
platónica organizada en Asso y de ahí se marcho a
Mitelene.
En esta ciudad recibió la llamada de Filipo de
Macedonia para educar a su hijo, Alejandro.
Una vez que Alejandro Magno accedió al trono
macedonio, el Estagirita regresó a Atenas, donde
fundaría una escuela cercana al templo de Apolo Licio,
de donde tomó el nombre de Liceo.
También se llamaría escuela peripatética, ya que el
maestro impartía algunas lecciones paseando.
En dos obras de Aristóteles se concentra la mayor parte
en la ciencia práctica de la felicidad humana:
La Ética nicomaquea: muestra la forma y el estilo de
vida necesarios para la felicidad.
La política: indica el modo particular de constitución y el
conjunto de instituciones que es necesario
salvaguardar en esta forma de vida.
Para Aristóteles
El bien se define desde el principio en función de la meta que nos proponemos,
el propósito o el fin al que se encamina una persona o cosa; por consiguiente
como hay muchas actividades y metas debe haber bastantes bienes.
La felicidad es la meta o propósito final, el bien, lo cual resulta de considerar
dos propiedades decisivas que debe poseer cualquier cosa que nos proponemos
como meta final que nos lleve a la felicidad de manera efectiva.
La felicidad es el bien supremo, aunque esta idea de felicidad va acompañada
del firme sentimiento de virtud.
Distingue entre la justicia distributiva (equidad) y la
justicia correctiva implicada en la reparación de un daño
causado, y define a la justicia distributiva en función del
justo medio:
“Cometer una injusticia es tener más de lo que se debe y
padecerla es tener menos de lo que se debe”.
Transición de la pre
modernidad a la modernidad
Siguiendo a Hobsbawn, Perry Anderson y Habermas, tres núcleos
fundacionales y otros dos procesos, que le dan algunos de sus aspectos
definitivos a las sociedades modernas.
Jürgen Habermas, ubica tres elementos fundadores de la modernidad: el
Renacimiento, la conquista de América y la reforma protestante.
Agrega que, a partir de fines del siglo XV, tres
nociones básicas resultaron fundamentales para
la formación de la mentalidad moderna
occidental: el concepto de lo profano, la idea del
cambio necesario hacia algo mejor y la
renovación permanente.
Llegadas las décadas de los sesenta y los setenta, comenzó una transformación
radical en las formas de pensar y de actuar de las personas, que promovieron
revueltas contra la situación de angustia e infelicidad en que se encontraba la
humanidad.
El avance de la pobreza, la desigualdad, la destrucción y la
muerte acechaban bajo la efigie de la bipolaridad y la
posibilidad de una guerra nuclear.
Para la tercera década del siglo XX, las vanguardias artísticas (el expresionismo, el
surrealismo, el cubismo, etc) junto con algunas corrientes y escuelas filosóficas
develaron la máscara que encubría el sufrimiento humano que había resultado de
la práctica de una mentalidad y de unos valores que llevaron a la humanidad al
atentado más grande cometido en la historia:
El holocausto judío en la Alemania nazi.
Robert Nisbet, en su magistral obra Historia de la idea del progreso,
coincide en los elementos fundacionales que menciona Habermas.
Pone de relieve cinco elementos más que, como
consecuencia del pensamiento desarrollado en el
Renacimiento, influyeron en Occidente:
El uso del método científico.
La idea cíclica de la historia
El nacionalismo y el surgimiento
de los nuevos Estados nacionales.
La Reforma protestante.
El retorno al platonicismo.
Ética de san
Agustín
San Agustín nació en Hipona en el
354 d.C. y murió en el 430 d.C.
Su pensamiento se sustenta en su mayoría en las ideas de Platón, la forma
como se acerca a Platón no es por medio de las obras, sino mediante
autores islámicos.
El obispo de Hipona tiene acceso a los diálogos del filósofo ateniense de
manera limitada, así como de la versión romana y estoicizada de esa
filosofía, como se encuentra en De republica y en De legibus de Cicerón y,
en menor grado, en los tratados De natura deorum y De divinatione.
Para san Agustín
El hombre es por naturaleza un animal social, el único dotado del habla,
por medio de la cual puede comunicarse y entablar diversas relaciones
con otros hombres.
Las Sagradas Escrituras, de acuerdo con san Agustín, enseñan que esta
armonía fue rota por el pecado.
El hombre fue creado para la salvación, por lo que se encuentra
predestinado a ella.
Define la sociedad civil o la república como “una reunión de hombres
asociada por un reconocimiento común del derecho y por una
comunidad de interés”.
Ética en
Platón
Platón concluye que quien puede gobernar mejor en una sociedad es el
filósofo, quien es el único ser que puede comprender las formas ideales
y saber distinguirlas de los sentidos, sin importar que los beneficios
puedan derivarse o no de la acción justa.
Ante la respuesta estructurada de Sócrates, Calícles decidió
modificar su proposición nuevamente y aseveró que si bien
no es el más fuerte, sí es el más inteligente, buscando
retomar la idea de la retórica expuesta por Polo.
Tal idea busca de forma inmediata ser
contestada por Sócrates con el mito de
Hércules
Platón define el bien como algo especificable en reglas que puedan
gobernar la conducta, en las que un hombre no ordenado dejaría de
participar como agente.
Se entiende el mal como aquella
persona que no puede compartir la
vida social.
El hombre con deseos limitados fue una idea que
le pareció errónea a Sócrates
Él creía que era como ver al hombre como un
recipiente y que para encontrar una ubicación en la
vida debe estar limitado.
Entonces un hombre con deseos ilimitados no
puede encontrar una determinación de lo que
puede y no puede ser.
Platón nació en Atenas
probablemente en 427 a.C.
Pertenecía a una familia noble y eran ilustres tanto los
ascendientes de sus padres como los de su madre.
Poco tiempo después se habría de incorporar en la escuela de
Sócrates.
Recibió la educación física intelectual de los jóvenes de su época
y es posible que haya seguido las lecciones del heraclitano
Cratilo.
Murió aproximadamente en el año
347 a.C., su obra se concentra en
los denominados Diálogos:
El diálogo de Gorgias busca comprender cómo deriva o
se aplica el poder.
La discusión inicia cuando Polo empieza a discutir sobre
cómo se distribuye y controla el poder, y asevera que éste
surge solamente con la persuasión, entendida como una
forma de seducir a la contraparte y convencerla.
Es una conexión entre lo que se hace y lo que se espera de
su acción.
En el diálogo con Polo, la discusión acerca de cómo
la retórica es una manera de adquirir poder no es
del total agrado de otro sofista
Calícles, otro invitado en el diálogo, quien asegura que el
bien supremo consiste en satisfacer todos los deseos.
La búsqueda por la satisfacción de lo que cada uno
aspira es la clave para encontrar la felicidad y para
justificar la vida.
Instituciones
El obispo de Hipona sostiene que la existencia de las
instituciones que genera la sociedad civil no es un
recordatorio de la condición caída del hombre.
Nada de ello fue parte del plan original de la creación y
todo ello es deseable sólo como medio para contener la
inclinación del hombre al mal.
San Agustín empieza su análisis de la ley en el libro I del tratado
De libre albedrío, en el cual distingue claramente entre la ley
eterna, que es la norma suprema de justicia, y la ley temporal o
humana, que adapta los principios comunes de la ley eterna a
las necesidades cambiantes de sociedades particulares.
La ley eterna es definida de manera muy general como la ley
“en virtud de la cual es justo que todas las cosas estén
perfectamente ordenadas”.
La ley temporal sólo prescribe y prohíbe actos externos. No se
extiende a los motivos ocultos de estos actos y aún menos le
preocupan los actos puramente internos, como el deseo de
cometer asesinato o adulterio.
San Agustín advirtió en contra de una excesiva severidad al castigar a
los delincuentes y sostuvo que los castigos debían ser mitigados a
favor de todo aquel a quien pudiese convencerse de que abjurara sus
errores.