Siglo XlX Transformaciones y Agonia del Regimen Colonial (1795-1821)
La Revolución francesa iniciada en 1789, con su transformación burguesa de la sociedad y la
declaración de los Derechos Humanos, repercutieron extraordinariamente sobre los eventos tanto en
las demás naciones europeas como en las colonias francesa y española de Santo Domingo.
En el Saint Domingue francés se inició una sangrienta guerra social con insurrecciones de mulatos que
siguió con los levantamientos de las masas de esclavos contra el predominio de los colonos europeos.
Más tarde, cuando España e Inglaterra le declararon la guerra a la República Francesa, aún siendo estas
potencias esclavistas, apoyaron a los esclavos de la parte occidental de la isla levantandos contra sus
amos.
Pero la Francia Revolucionaria venció a sus enemigos en Europa y aquí ofreció la libertad y posiciones
militares a los negros alzados encabezados por Toussaint L'Overture, que pasaron a sus filas, y con
ayuda venció a españoles e ingleses. España cedió nuestro territorio a Francia en virtud del Tratado de
Basilea en 1795.
El régimen republicano francés, siempre en guerra y agobiado de conflictos internos, no tomó posesión
de la parte española de la isla hasta que Toussaint, autoproclamado gobernador de ésta, ocupó
nuestro territorio en 1800 a nombre de Francia, eliminó la esclavcitud y trató para suplantar a las
haciendas esclavistas francesas.
En 1802 Napoleón envió un poderoso cuerpo expedicionario encabezado por su cuñado el general
Leclere, que derrotó a Toussaint de la isla, pero éste fue arrojado de la parte occidental ante de los dos
años por los antiguos esclavos bajo el liderazgo de Dessalines, quienes declararon la independencia de
Haití al iniciarse el año del 1804.
Pero Francia retuvo la parte española de isla gracias a la decisión de general francés Ferrand de
permanecer en nuestro territorio, quien con la ayuda de los criollos bajo el mando de Juan Barón logró
rechazar una invasión de Dessalines al año siguiente con el propósito de integrar la totalidad de la isla
a su dominación. La llegada de un flota francesa para defender la sitiada plaza de Santo Domingo
precipitó la retirada de los haitianos, quienes quemaron ciudades, mataron muchos habitantes y se
llevaron otros como rehenes, creando así una barrera de odio de aún afecta las relaciones entre estos
pueblos vecinos.
La parte española de la isla, en virtud de las ejecutorias del general Fernand, se reorganizó, inició el
corte sistemático de maderas preciosas y reinició la tarea de crear las condiciones para desarrollar en
el país una economía basada en la agricultura de productos de exportación. Para ello Ferrand auspició
el retroceso histórico de restablecer la esclavitud y llegó a incursionar en el país vecino y hacer
prisioneros para someterlos a ese yugo. También protegió el comercio con Francia.
Esa política de protección a la agricultura y de la burguesía francesa despertó la oposición de los
hateros, quienes en 1808 encabezados por Juan Sánchez Ramírez y con el apoyo del gobernador
español en Puerto Rico y de una flota inglesa, derrotaron a los franceses y restablecieron la colonia
española en nombre del derrocado rey Fernando VII, quien también servía de símbolo en la lucha que
libraba el pueblo español contra el régimen afrancesado de José Bonaparte.
Después del triunfo de los criollos sobre Ferrand en la batalla de Palo Hincado y establecido el sitio
militar de Santo Domingo, Sánchez Ramírez convocó a una junta de representativos de todo el país que
se celebró en Bondillo para determinar su destino. Allí se plantearon como alternativas la
independencia y la unión con Haití, pero predominó con Sánchez Ramírez el retorno al colonalismo,
mientras en el resto de América Latina se iniciaba el proceso de independencia frente a la metrópoli.
El restablecimiento de la soberanía española en el país, en un período en que metrópoli empobrecida
no sólo enfrentaba graves luchas internas, sino que habría de realizar un gran esfuerzo militar en las
guerras de independencia que se libraron en el continente americano, hizo aún más ineficaz esa
administración, que fue denominada justificadamente de "España Boba". En éste la producción y el
comercio llegaron a sus más bajos niveles, retornándose al simple trueque de artículos como forma de
intercambio económico generalizado.