Desarrollo Cognitivo Durante Los
Primeros Dos Años
Descrição
Ciclo de Vida: Infancia y Adolescencia (Psicología del Desarrollo) Mapa Mental sobre Desarrollo Cognitivo Durante Los
Primeros Dos Años, criado por Paola Michel em 02-10-2013.
Desarrollo Cognitivo Durante
Los Primeros Dos Años
Piaget mostró a los bebés como activos exploradores de la realidad y como incansables constructores de su
propia inteligencia en integración con los objetos de su entorno. En las décadas de 1980 y 1990 se produjo un
gran avance en el análisis de las capacidades cognitivas de los más pequeños, que resultaban ser mucho más
competentes que los que Piaget había previsto y desde mucho antes de lo que él había imaginado.
INTELIGENCIA
SENSORIOMOTORA
Piaget
Inteligencia sensoriomotora: tipo de
inteligencia basada en la percepción de la
realidad y la acción motriz sobre ella.
Subestadio 6 (18 – 24 meses): interiorización de las
acciones, aparición de los primeros símbolos,
conservación del objeto incluso con desplazamientos
invisibles, imitación diferida.
Subestadio 5 (12 – 18 meses): movilidad de los
esquemas, experimentación activa, reacciones circulares
terciarias, conservación del objeto, casualidad objetiva,
imitación precisa de modelos presentes.
Subestadio 4 (8 – 12 meses): coordinación de
esquemas secundarios, conducta intencional y
relaciones medios-fines, progresos en la
imitación, error del subestadio 4.
Subestadio 1 (0 – 1 mes): adaptaciones
innatas, ejercicio de los reflejos.
PERCEPCIÓN Y ATENCIÓN:
DESARROLLO TEMPRANO
Piaget: la inteligencia es anterior al lenguaje y es el resultado de intercambios
constructivos entre el sujeto y los objetos que lo rodean. Piaget dependía de lo que veía
a simple vista: acciones motrices claras, situaciones cotidianas, fueran naturales o
provocadas.
Desarrollo temprano de las
capacidades perceptivas
Los diferentes sentidos que permiten al bebé entrar en contacto con el medio que le rodea
comienza su maduración durante la vida prenatal, de tal forma que, para cuando se produce
el nacimiento, todos los órganos sensoriales están en funcionamiento. La percepción tiene
algo de selectivo, algo que nos orienta a unos rasgos del entorno más que a otros: aquellos
rasgos que son muy importantes y significativos para nuestra especie.
Sensibilidad visual: Ha sido el más estudiado. Niños y niñas recién
nacidos pueden ver y, si se les presenta de manera adecuada, pueden
seguir con la mirada un estimulo que se mueve ante sus ojos. Tanto el
ojo como las estructuras cerebrales encargadas de la visión tienen que
madurar bastante después del nacimiento.
Sensibilidad auditiva: Los recién nacidos no solamente oyen,
sino que son capaces de hacer varias discriminaciones auditivas
de una cierta precisión. Son capaces de discriminar desde
pronto entre sonidos muy semejantes y de hacerlo a veces con
mayor eficacia que los niños mayores o los adultos. Las
habilidades de percepción auditiva deben verse como una
forma de exploración del entorno.
Sensibilidad táctil: Está también bastante desarrollada en el momento del
nacimiento, aunque debe perfeccionarse en los meses siguientes. Lo bebes son
sensibles al dolor producido por golpes, pinchazos, etc.; así como también a las
caricias. El tacto es importante por ser desde muy pronto un útil instrumento de
exploración de los objetos del entorno que se dejan manipular por el bebé.
Sensibilidad olfativa: También se desarrolla
durante la vida fetal, estando presente en los
recién nacidos. Esa sensibilidad olfativa presente
en el momento del nacimiento se desarrolla luego
durante los primeros días de vida.
Sensibilidad gustativa: Las papilas gustativas de la lengua maduran antes
del nacimiento, de forma que cuando los bebes nacen tienen ya una
sensibilidad a diferentes sabores, mostrando agrado ante unos y desagrado
ante otros. Además de esta preferencias innatas, los bebes pequeñitos
muestran una gran capacidad para desarrollar preferencias condicionadas
por ciertos sabores frente a otros.
La atención temprana y
sus determinantes
Los bebes humanos nacen con ciertas preferencias
atencionales, es decir, con una mayor predisposición a
atender a unos estímulos frente a otros. Además, se sienten
atraídos por objetos en movimiento más que por estímulos
estáticos.
Atención cautiva: se refiere al hecho de que el bebe se
siente irremediablemente atraído por los estímulos que
contienen los rasgos que más llaman su atención.
Atención voluntaria: consecuencia de la experiencia y los aprendizajes. Una
prueba de la capacidad de aprendizaje que los bebés muestran desde muy
temprana edad en un hábito relacionado con la atención que tiene que ver
con las experiencias que se forma, así como con la consecuente orientación
de sus procesos atencionales.
EL CONOCIMIENTO DE LA REALIDAD Y LOS
ORIGENES DE LA REPRESENTACIÓN
Los bebés parecen disponer desde muy pronto de capacidades representacionales, formándose luego poco
a poco un repertorio representacional variado, organizado y crecientemente complejo. Existen evidencias
(conservación de objetos, imitación diferida, formación de categorías), que nos hablan de una capacidad de
representación manifiesta a lo largo del primer año de vida, capacidad que consiste no solo en representarse
mentalmente un objeto o una situación determinada, sino que implica además la formación de categorías
mentales. Puesto que estas capacidades representacionales se están desarrollando al mismo tiempo que
se realizan progresos en la inteligencia sensomotora, no parece que la representación sea la culminación de
este tipo de inteligencia, sino que se desarrolla en paralelo con ella.
DESARROLLO DE LA MEMORIA EN
LOS DOS PRIMEROS AÑOS
Sin lugar a dudas los bebes tienen memoria, la cual es frágil, se refiere a
acontecimientos y a situaciones muy sencillas, y la duración de la huella
amnésica está lejos de poder compararse con la que habrá tan solo un par
de años después. Aunque en forma rudimentaria e insipiente, los bebés
disponen de un repertorio cognitivo temprano que contiene de forma
organizada los elementos y herramientas fundamentales de la inteligencia
humana, incluidas las habilidades iníciales de comunicación y lenguaje.
EL YO
Wallon (1932): la conciencia en sí mismo no es algo que exista en nosotros
desde el principio; aunque empieza a formarse muy pronto, necesita de un
largo proceso para consolidarse.
Las relaciones interpersonales se hacen más complejas a partir del establecimiento del apego a comienzos
del segundo semestre del primer año de vida. Un poco antes de su primer año los bebés empiezan a mostrar
signos de autorreconocimiento. Después aparecen otras evidencias que prueban que la conciencia de sí
mismo que había ido surgiendo en los meses anteriores está ya afianzada. Niños y niñas disponen no solo
del “yo existencial” que les hace sentirse distintos a los demás, sino también de un “yo categorial”, definido
por las capacidades, actitudes y valores que se van conformando alrededor de la conciencia de sí mismos y
como parte de ella.