Los doce cuentos de
este libro fueron
escritos en el curso
de los últimos
dieciocho años.
La primera idea se me ocurrió a
principios de la década de los
setenta, a propósito de un sueño
esclarecedor que tuve después de
cinco años de vivir en Barcelona.
«Eres el único que no puede irse», me
dijo. Sólo entonces comprendí que
morir es no estar nunca más con los
amigos.
el esfuerzo de escribir un cuento
corto es tan intenso como
empezar una novela.
Pues en el primer párrafo de una
novela hay que definir todo:
estructura, tono, estilo, ritmo,
longitud, y a veces hasta el
carácter de algún personaje.
«Un buen escritor se aprecia
mejor por lo que rompe que
por lo que publica».
la colaboración simultánea con cinco creadores diversos me
sugirió otro método para escribir los cuentos: empezaba
uno cuando tenía el tiempo libre, lo abandonaba cuando me
sentía cansado, o cuando surgía algún proyecto imprevisto
En poco más de un año, seis de los
dieciocho temas se fueron al cesto
de los papeles,