Tema 4 y 5: Desarrollo
socioemocional.Búsqueda de la identidad.
Desarrollosexual. Sexualidad
Búsqueda de identidad
La búsqueda de la identidad —según Erikson, una concepción coherente del yo formada por metas, valores y creencias
con los que la persona se compromete de manera firme— se enfoca durante los años adolescentes. El desarrollo
cognitivo de los adolescentes ahora les permite construir una “teoría del yo”. Sin embargo, es raro que la crisis de
identidad se resuelva por completo durante la adolescencia; las cuestiones relacionadas con la identidad surgen una y
otra vez a lo largo de la adultez.
Erikson: identidad versus confusión de
identidad
La tarea principal de la adolescencia, dijo
Erikson (1968), es enfrentarse a la crisis de
identidad versus confusión de identidad (o de
identidad versus confusión de rol) a fin de
convertirse en un adulto único con un sentido
coherente del yo y un papel valorado dentro
de la sociedad. Su concepto de crisis de
identidad se fundamentaba, en parte, en su
propia experiencia vital.
Según Erikson, la identidad se forma a medida que los
jóvenes resuelven tres cuestiones principales: la elección de
una ocupación, la adopción de los valores con los que vivirán y
el desarrollo de una identidad sexual satisfactoria.
Según Erikson, la moratoria psicosocial, el periodo de libertad que
proporciona la adolescencia, les permite a los jóvenes buscar
compromisos a los que pueden ser fieles.
De acuerdo con Erikson, los adolescentes que resuelven la crisis de identidad de
manera satisfactoria desarrollan la virtud de la fidelidad: lealtad sostenida,
esperanza o una sensación de pertenecer a una persona amada o a los amigos y
compañeros. La fidelidad también puede significar una identificación con un
conjunto de valores, una ideología, una religión, un movimiento político, un
interés creativo o un grupo étnico. La fidelidad es una extensión de la confianza.
Marcia: estado de identidad
(crisis y compromiso)
Cuatro diferentes estados de
identidad, estados de desarrollo del
yo (self). Las cuatro categorías
difieren según la presencia o ausencia
de crisis y compromiso, los dos
elementos que Erikson consideraba
como esenciales para la formación de
la identidad. Marcia define la crisis
como un periodo de toma de
decisiones conscientes y el
compromiso como inversión personal
en una ocupación o ideología (sistema
de creencias).
Logro de identidad (crisis que conduce a un
compromiso). Estado de identidad que se caracteriza
por el compromiso con las elecciones tomadas
después de una crisis, un periodo enfocado a
explorar las alternativas.
Exclusión (compromiso sin crisis). Estado de la identidad en el
que una persona que no se ha tomado un tiempo para
considerar alternativas (es decir, no ha estado en crisis), está
comprometida con los planes de otras personas para su vida.
Moratoria (crisis sin que aún haya compromiso).
Estado de identidad en el que una persona
considera alternativas (en crisis) y parece dirigirse
al compromiso.
Difusión de identidad (sin compromiso, sin
crisis). Estado de identidad que se caracteriza
por ausencia de compromiso y falta de
consideración seria de las alternativas.
Diferencias de género en la
formación de la identidad
Algunos científicos del desarrollo cuestionan qué tan distintos en realidad son
los caminos masculino y femenino hacia la identidad —en especial en la
actualidad— y sugieren que es posible que las diferencias individuales sean más
importantes que las diferencias de género. De hecho, Marcia argumenta que la
tensión constante entre independencia y conectividad representa el núcleo de
todas las etapas psicosociales de Erikson tanto para mujeres como para
hombres. La autoestima masculina parece vincularse con los esfuerzos por los
logros individuales, mientras que la autoestima femenina depende más de las
conexiones con los demás. Una preponderancia de evidencia parece sugerir que
las muchachas adolescentes tienen una menor autoestima, en promedio, que
los muchachos adolescentes, aunque este hallazgo ha resultado polémico.
Factores étnicos en la formación
de la identidad
Para muchos jóvenes provenientes de grupos minoritarios, su raza u origen étnico es esencial en la
formación de su identidad. La identidad racial/étnica puede servir como barrera contra tendencias hacia una
disminución de calificaciones y conexión con la escuela durante la transición de la educación media a la
media superior. El término socialización cultural se refiere a las prácticas de crianza infantil que enseñan a
los niños acerca de su herencia racial o étnica, promueven costumbres y tradiciones culturales e inspiran el
orgullo racial/étnico y cultural. Los adolescentes que han experimentado una socialización cultural tienen
una identidad étnica más poderosa y positiva que aquellos individuos que no la han experimentado.
Sexualidad
Conducta sexual
Toma de riesgos sexuales
Dos preocupaciones graves relacionadas con la actividad sexual adolescente son el riesgo de contraer
enfermedades de transmisión sexual (ETS) y, en el caso de la actividad heterosexual, el embarazo. Aquellos
que se encuentran en mayor riesgo son los jóvenes que inician su actividad sexual de manera temprana, que
tienen parejas múltiples, que no usan métodos anticonceptivos de manera regular y que cuentan con una
información inadecuada —o errónea— acerca del sexo. Otros factores de riesgo incluyen
vivir en una comunidad de NSE bajo, uso de sustancias, conducta antisocial y asociación con pares con
comportamiento desviado. La supervisión parental puede ayudar a reducir estos riesgos.
Los adolescentes que tienen una relación cercana y cálida con sus madres están en mayores
probabilidades de demorar su actividad sexual. Lo mismo sucede con aquellos que perciben
que sus madres desaprueban ese tipo de actividad. Otras razones por las que los
adolescentes se abstienen de tener relaciones sexuales son: que está en contra de su moral
o religión y que no quieren arriesgarse a un embarazo
Uso de anticonceptivos
Los adolescentes que durante su primera relación emocional demoran el momento para
sostener relaciones sexuales, discuten la contracepción antes de iniciar su actividad
sexual o utilizan más de un método anticonceptivo, y tienen mayores probabilidades de
utilizar contraceptivos de manera consistente a lo largo de la relación.
La mejor defensa para los adolescentes sexualmente activos es el
uso regular de condones, que dan cierta protección contra las ETS,
así como contra el embarazo. Los adolescentes que empiezan a
utilizar anticonceptivos recetados, a menudo dejan de utilizar
condones, no dándose cuenta de que quedan desprotegidos contra
las ETS.
Verse a uno mismo como ser sexual,
reconocer la propia orientación sexual,
lidiar con los impulsos sexuales y formar
vínculos emocionales o sexuales son, todos,
parte del logro de la identidad sexual. La
conciencia de la sexualidad es un aspecto
importante de la formación de la identidad
y afecta la autoimagen y las relaciones de
manera profunda.
Orientación sexual e identidad
Aunque se encuentra presente en niños más pequeños, es durante la
adolescencia, por lo general, que la orientación sexual de una persona se
convierte en un aspecto apremiante: que una persona se sienta sexualmente
atraída de manera consistente a personas del sexo opuesto (heterosexual), del
mismo sexo (homosexual) o de ambos sexos (bisexual). La heterosexualidad
predomina en casi todas las culturas conocidas a lo largo del planeta. La
prevalencia de la orientación homosexual varía ampliamente, según se defina y
mida. Ya sea que se mida de acuerdo con la atracción o excitación sexual o
romántica, según la conducta sexual o según la identidad sexual.
Desarrollo de la identidad homosexual y bisexual
A pesar de la creciente aceptación de la homosexualidad en Estados Unidos, muchos adolescentes que se identifican
abiertamente como gay, lesbianas o bisexuales se sienten aislados en un ambiente hostil. Pueden verse sujetos a la
discriminación e incluso a la violencia. Otros pueden sentirse reacios a declarar su orientación sexual, incluso ante
sus padres, por temor a una fuerte desaprobación o a una ruptura en la familia. Un modelo del desarrollo de la
identidad sexual gay o lésbica propone la siguiente secuencia: 1) concienciación de atracción hacia el mismo sexo
(iniciándose entre los ocho y 11 años de edad); 2) conductas sexuales homosexuales (12 a 15 años de edad); 3)
identificación como gay o lesbiana (15 a 18 años de edad); 4) revelarse ante los demás (17 a 19 años de edad) y 5)
desarrollo de relaciones románticas con personas del mismo sexo (18 a 20 años de edad).
Sin embargo, es posible que este modelo no refleje de manera fiel la experiencia de
hombres gay más jóvenes, muchos de los cuales pueden sentirse más libres que en el
pasado de declarar su orientación sexual en forma abierta; de mujeres lesbianas o
bisexuales, cuyo desarrollo de la identidad sexual puede ser más lento, más flexible y más
asociado con factores emocionales y situacionales que el de los varones gay