Tomás y teresa habían vendido el coche, el televisor, la
radio, sólo para comprar una casita pequeña con un
jardín a un agricultor que se había ido a vivir a la ciudad
Teresa era feliz por haber abandonado la
ciudad,con los clientes borrachos del bar y las
mujeres desconocidas que le dejaban a
Tomás en el pelo el perfume de su sexo
Tomás se convirtió en conductor del camión
que llevaba a los campesinos al campo o
transportaba las herramientas
Teresa tenía que llevar al ganado a los montes de los
alrededores con Karenin llevaba siempre algún libro en la mano
y lo abría para leerlo en los prados
Un día mientras corre karenin por los prados descubren
un bulto en una pata trasera, Tomás lo lleva al
veterinario en donde le practica una cirugía al aprecer
salió bien pero algunas semanas karenin ya estaba muy
mal y deciden darle una muerte digna y enterrara en un
lugar que había destinado teresa
Daban pasos de baile al sonido del piano y el violín, y Teresa
apoyaba la cabeza en su hombro. sentía ahora la misma
extraña felicidad y la misma extraña tristeza que una ocasión
esa tristeza se llama la última estación
Tomás recibia cartas de su hijo y Teresa le
reclamó al saber que eran de su hijo le dio
un poco de verguenza
La tristeza era la forma y la felicidad, el contenido. La
felicidad llenaba el espacio de la tristeza.