La familia es el grupo humano primario más
importante en la vida del hombre, la
institución más estable de la historia de la
humanidad. El hombre vive en familia,
aquella en la que nace, y, posteriormente, la
que el mismo crea. Es innegable que, cada
hombre o mujer, al unirse como pareja,
aportan a la familia recién creada su manera
de pensar, sus valores y actitudes; trasmiten
luego a sus hijos los modos de actuar con los
objetos, formas de relación con las personas,
normas de comportamiento social, que
reflejan mucho de lo que ellos mismos en su
temprana niñez y durante toda la vida,
aprendieron e hicieron suyos en sus
respectivas familias, para así crear un ciclo
que vuelve a repetirse.
La educación familiar es una tarea particular de cada familia que tiene que cuestionarse cómo
educa a sus hijos, cómo son sus prácticas educativas y descubrir si éstas son las más adecuadas
dadas las características y singularidad de los hijos
La indiscutible importancia de las edades
comprendidas entre 0 y 6 años para todo el
desarrollo integral del niño hace que en las políticas
educativas de los diferentes países se haya entrado
seriamente a valorar cómo, por qué vías sería
posible estimular el desarrollo general del niño:
emocional, intelectual, físico, motriz, social. En
algunos lugares se crean nuevas instituciones
infantiles a las que acuden los pequeños a partir del
tercero o cuarto año de vida, pero no son
suficientes, no abarcan a todos los niños de estas
edades y ¿qué pasa con los que tienen edades
inferiores? ¿se deja a la espontaneidad, se espera a
que crezcan y existan instalaciones educativas para
ellos y mientras quedan zonas “apagadas” de su
cerebro? Una rotunda negativa es la respuesta a
esta interrogante. En las edades, en las cuales más
se necesita la estimulación hay que procurarla y
para ello existen programas de educación no
formal, que mediante materiales educativos de fácil
comprensión orientan a los
La educación inicial trabaja directamente con las
familias como primer entorno de socialización del
niño. Ese entorno debe estar caracterizado por
relaciones de profundo afecto, de aprendizajes para
comunicarse, para cumplir con ciertas pautas de
comportamiento y practicar normas y valores, a
respetarse a sí mismo y a los demás.
La pedagogía debe tomar en cuenta
que la familia, como sistema abierto,
tiene múltiples intercambios con otras
instituciones sociales, entre ellas la
institución educacional la cual actúa
sobre las “entradas” del sistema
familiar, tanto a través de la educación
que le dan al hijo, como por la
influencia que ejercen de manera
directa sobre los padres. El sistema
familiar actúa sobre la escuela en la
medida en que el hijo es portador de
valores y conductas que reflejan su
medio familiar. También los padres
promueven vínculos con aquella, al
estar motivados por la educación de
su descendencia.
La perspectiva holística, integral y sistemática del diseño curricular del nivel
inicial incorpora la transversalidad, orientada a las áreas de desarrollo,
aspectos de primordial consideración en los años de la vida, caracterizados
por cambios vertiginosos, a través de los cuales el niño conoce el mundo que
lo rodea, afianza su propia personalidad y establece actitudes sociales de
comunicación, cooperación y respeto por el otro.