La justicia no es el dar o repartir cosas a la
humanidad, sino el saber decidir a quien le
pertenece esa cosa por derecho. La justicia es
ética, equidad y honestidad. Es la voluntad
constante de dar a cada uno lo que le
corresponde.
Puede entenderse a la justicia como lo que
debe hacerse de acuerdo a lo razonable, lo
equitativo o lo indicado por el derecho.
La dignidad humana es un valor y un derecho innato,
inviolable e intangible de la persona, es un derecho
fundamental y es el valor inherente al ser humano porque es
un ser racional que posee libertad y es capaz de crear cosas.
Consiste esencialmente en el profundo respeto
hacia sí mismo y hacia los demás.
Estas definiciones se relacionan por ser Derechos Humanos y fundamentales que pertenecen a
todas las personas por el mero hecho de ser seres humanos, al margen de nacionalidad, lugar de
residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, idioma o cualquier otra condición. Se
basan en la certeza de que sin ellos, una persona no puede vivir con dignidad. Estos derechos son
unas normas mínimas que nos permiten construir nuestras vidas de acuerdo con ellos y garantizan,
en concreto, la igualdad de todas las personas, su integridad, su intimidad, sus libertades
personales, y la satisfacción de sus necesidades básicas tanto existenciales como sociales.
La solidaridad es un valor humano que
consiste en ayudar a otra persona de manera
desinteresada, es decir, sin esperar nada a
cambio y sin ningún interés de por medio.
Una persona solidaria es aquella que brinda
un apoyo a otra solo por empatía, al
reconocer que el otro tiene una necesidad
que en esos momentos no puede cubrir.