Desarrollar una depresión depende de un amplio grupo
de factores de riesgo.
La investigación de los factores de riesgo de la depresión cuenta con algunas limitaciones:
primero, es difícil establecer diferencias entre los factores que influyen en el inicio y/o el
mantenimiento de la depresión; segundo, muchos de los factores de riesgo interactúan de tal
manera que podrían ser causas o consecuencias de la misma. Además, pocos estudios han
valorado su grado de influencia
Las variables que incrementan el riesgo de depresión se pueden clasificar en factores personales,
sociales, cognitivos, familiares y genéticos.
Factores sociales y personales
La prevalencia e incidencia de los trastornos depresivos es mayor en mujeres que en hombres. Se
ha estimado que la carga de la depresión es 50% más alta en las mujeres que en los hombres.
Las enfermedades crónicas, tanto físicas como mentales.
El consumo de alcohol y tabaco también son factores de riesgo importantes.
Los rasgos neuróticos de la personalidad se asocian con una mayor incidencia de casos y recaídas
de depresión mayor.
Se ha descrito una asociación entre migraña y depresión
La presencia de enfermedad cardiaca y diversas patologías endocrinas, como la diabetes, el
hipo o hipertiroidismo, el síndrome de Cushing, la enfermedad de Addisson y la amenorrea
hiperprolactinémica, parecen aumentar el riesgo de depresión.
Las personas en desempleo y baja laboral
presentan depresiones con mayor
frecuencia
El estado civil (estar soltero, divorciado o
viudo) y el estrés crónico parecen relacionarse
con una mayor probabilidad de desarrollar
depresión
El bajo nivel de recursos económicos
Factores cognitivos
La investigación se ha guiado
predominantemente por el
modelo de Beck
Los esquemas negativos, pensamientos automáticos, distorsiones cognitiva,
creencias disfuncionales, la reactividad cognitiva hacia los eventos negativos,
el estilo rumiativo de respuesta y los sesgos atencionales se consideran
claves en el desarrollo y mantenimiento de la depresión.
Factores familiares y genéticos
Los descendientes de pacientes con depresión constituyen un grupo de
riesgo tanto para enfermedades somáticas como para trastornos
mentales
Los familiares de primer grado de pacientes con trastorno
depresivo mayor tienen el doble de posibilidades de
presentar depresión que la población general
Uno de los acercamientos más frecuentes en la
investigación de los genes implicados en el desarrollo de
la depresión es el análisis del papel de las monoaminas
De entre todas las variantes genéticas, un factor que
podría influir es la presencia de un polimorfismo del
gen que codifica el transportador de la serotonina, lo
que produciría una disminución del transporte de este
neurotransmisor. Este gen podría ser un predictor de
la respuesta al tratamiento antidepresivo
Riesgo de suicidio
La depresión es uno de los factores más asociados a la conducta suicida.
Se ha estimado que el riesgo de suicidio es cuatro veces mayor en las personas con depresión en
comparación con la población general, y 20 veces mayor en el caso de la depresión grave
La conducta suicida es el resultado de la confluencia de distintas situaciones y factores que se
combinan entre sí para generar un abanico que iría desde la ideación hasta el suicidio
consumado.
Algunos de los factores que se han asociado con mayor riesgo de suicidio en pacientes con
depresión son: sexo masculino, historia familiar de trastorno mental, intento de suicidio previo,
niveles más graves de depresión, presencia de desesperanza, trastornos comórbidos,
especialmente ansiedad y abuso de alcohol, el trastorno límite de la personalidad y niveles altos de
impulsividad y agresividad
Diagnóstico
Criterios diagnósticos
Clasificación Internacional de Enfermedades, décima revisión (CIE-10)
La CIE-10 clasifica la depresión mayor dentro los trastornos del humor o afectivos (F30- F39).
– F32.0 Episodio depresivo leve – F32.1 Episodio depresivo moderado – F32.2 Episodio depresivo
grave sin síntomas psicóticos – F32.3 Episodio depresivo grave con síntomas psicóticos – F32.8
Otros episodios depresivos – F32.9 Episodio depresivo, no especificado
En cualquiera de los casos, el episodio depresivo debe tener una duración de al menos dos
semanas y siempre deben estar presentes como mínimo dos de los tres síntomas considerados
típicos de la depresión (tabla 1): – ánimo depresivo – pérdida de interés y de la capacidad para
disfrutar – aumento de la fatigabilidad
Criterios diagnósticos
Clasificación de la American Psychiatric Association, quinta edición (DSM-5)
La característica esencial continúa siendo un período de al menos 2 semanas consecutivas en el
que la persona manifiesta un mínimo de 5 síntomas de los cuales al menos 1 tiene que ser estado
de ánimo depresivo y/o disminución del interés o placer por todas o casi todas las actividades.
El cuadro depresivo mayor puede dividirse en leve, moderado o grave, con códigos específicos
para la remisión parcial, total o no especificada.
Del resto de los criterios que conforman el diagnóstico de trastorno depresivo mayor, los
principales cambios son:
– Una reacción o proceso de duelo no excluye la existencia de un episodio depresivo mayor,
indicando la conveniencia de valorar la presencia de depresión mayor además de la respuesta
normal a una pérdida significativa.
– Se introduce el especificador “con características mixtas” que identifica los cuadros en los que
coexisten síntomas depresivos con al menos 3 síntomas maníacos/hipomaníacos de un listado de 7. No
obstante, las personas cuyos síntomas reúnan los criterios de manía o hipomanía, tendrán el
diagnóstico de trastorno bipolar I o trastorno bipolar II, respectivamente.
– Otro especificador nuevo hace referencia a los cuadros de depresión mayor que cursan con síntomas
ansiosos, en este caso la presencia de al menos 2 síntomas de ansiedad de un listado de 5 hacen a la
persona tributaria del especificador “con ansiedad”.
– Se cambia la especificación “de inicio en el postparto” por la de
“con inicio en el periparto” ampliándose la posible presencia de un
cuadro de depresión mayor a la etapa de embarazo, además de las
primeras 4 semanas del postparto contempladas anteriormente.
– Se traslada la especificación de “crónico” del trastorno depresivo mayor a los trastornos
depresivos persistentes (distimia), de modo que, además de la distimia, se contempla la
posibilidad de un trastorno depresivo mayor crónico o con episodios intermitentes,
excluyéndose la exigencia que planteaba el DSM-IV-TR de que la persona no hubiese
sufrido un episodio depresivo mayor durante los 2 primeros años de la alteración.
Diagnóstico diferencial
El diagnostico diferencial del episodio depresivo debe orientarse a constatar si la etiología es
idiopática o puede estar relacionada con otra patología médica, trastorno mental, consumo de
drogas o alguna medicación prescrita.
Trastorno Angustia/ Ansiedad
Trastorno Obsesivo Compulsivo
Trastorno Bipolar
Distimia
Trastornos Adaptativos
Sintomas negativos de la Esquizofrenia
Consumos de Tóxicos
Además, existen drogas y fármacos que pueden causar sintomatología depresiva, por lo que
también deberían tenerse en cuenta a la hora de realizar el diagnóstico diferencial.