Carga de trabajo: Cuando los empleados tienen más trabajo del que pueden manejar dentro de un
tiempo razonable, puede llevar al estrés. Esto puede deberse a plazos ajustados, falta de recursos
adecuados o expectativas poco realistas.
Ambiente laboral: Un entorno de trabajo negativo, conflictivo o poco colaborativo puede contribuir
significativamente al estrés. Esto incluye relaciones interpersonales difíciles, falta de apoyo de los
colegas o superiores, o incluso acoso laboral.
Control y autonomía: Sentirse sin control sobre las tareas, métodos de trabajo o decisiones
relacionadas con el trabajo puede aumentar el estrés. La autonomía limitada puede hacer que los
empleados se sientan atrapados o sin capacidad de influir en su propio entorno laboral.
Inseguridad laboral: La incertidumbre sobre el empleo futuro, la estabilidad de la empresa o los
cambios organizativos constantes pueden generar estrés entre los empleados.
Desbalance entre vida laboral y personal: Cuando el trabajo demanda tanto tiempo y energía que
afecta negativamente la vida personal, como el tiempo con la familia, hobbies o descanso, puede
surgir estrés.
El estrés laboral es un fenómeno complejo que puede tener múltiples aspectos clave asociados. Aquí
te menciono algunos de los más significativos:
Falta de desarrollo profesional: La falta de oportunidades para aprender nuevas habilidades, crecer
profesionalmente o avanzar en la carrera puede llevar a la insatisfacción y el estrés.
Demandas emocionales: Algunos trabajos requieren manejar emociones fuertes o lidiar con
situaciones estresantes de manera regular, lo cual puede agotar emocionalmente a los empleados.
Falta de apoyo y reconocimiento: La falta de reconocimiento por el trabajo realizado o de apoyo
emocional por parte de los superiores puede contribuir al estrés laboral.
Falta de claridad en roles y expectativas: Cuando los empleados no tienen una comprensión clara de
lo que se espera de ellos en términos de roles, responsabilidades y metas, puede aumentar la
ansiedad y la inseguridad.
Condiciones físicas: Un entorno de trabajo físicamente incómodo, inseguro o insalubre también
puede contribuir al estrés, ya sea por la ergonomía inadecuada, el ruido, la temperatura o la
iluminación.
El estrés laboral se refiere a la respuesta física, emocional y mental negativa que experimentan los
individuos cuando las demandas del trabajo superan sus capacidades, recursos o necesidades.
Existen modelos que nos permiten manejar componentes salutogenicos que permiten crear procesos
que permitan controlar el estres laboral en una organizacion,como son: el modelo Demandas - Control
del Trabajo; el modelo Apoyo social – Recompensa y el modelo de Estrés de National Institute for
Occupational Safety and Health (NIOSH).
El modelo de demanda-control, también conocido como el modelo de Karasek, es una teoría
ampliamente utilizada para entender y estudiar el estrés laboral. Fue desarrollado por los sociólogos
Robert Karasek y Tores Theorell en la década de 1970. Este modelo propone que el nivel de estrés en el
trabajo está determinado por dos factores principales: Demanda del trabajo : Este factor
se refiere a la cantidad y la dificultad de las tareas que un empleado debe enfrentar en su trabajo.
Incluye elementos como la carga de trabajo, los plazos ajustados, la complejidad de las tareas y la
presión temporal. Control sobre el trabajo : Este factor se refiere al grado en que un
empleado tiene autonomía y control sobre cómo realiza sus tareas y decisiones en el trabajo. Incluye
elementos como la libertad para tomar decisiones, la posibilidad de utilizar habilidades y
conocimientos, y la capacidad de influir en el proceso de trabajo.
El modelo de estrés desarrollado por el National Institute for Occupational Safety and Health (NIOSH) de
Estados Unidos es una herramienta conceptual utilizada para comprender los factores que contribuyen
al estrés laboral y cómo estos afectan la salud y el bienestar de los trabajadores. Este modelo se enfoca
en cinco dimensiones principales que interactúan entre sí: Demandas del trabajo: Incluye la carga de
trabajo, los plazos ajustados, las tareas complejas y cualquier otro aspecto del trabajo que requiera
esfuerzo físico o mental. Control sobre el trabajo: Se refiere al grado en que los trabajadores tienen
autonomía y control sobre cómo realizan sus tareas, toman decisiones y manejan su entorno laboral.
Apoyo social en el trabajo: Es el apoyo emocional, instrumental y de información que los empleados
reciben de sus colegas, supervisores y la organización en general. Conflicto de roles: Ocurre cuando las
demandas laborales son inconsistentes o contradictorias, lo que puede causar
El modelo de apoyo social-recompensa es otra teoría que se utiliza para entender el estrés laboral y sus
efectos en los empleados. Este modelo se centra en dos aspectos clave del entorno laboral que pueden
influir significativamente en el bienestar de los trabajadores: Apoyo social: Se refiere al grado en que los
empleados perciben que reciben apoyo emocional, instrumental y social de sus compañeros de trabajo,
supervisores y la organización en general. Este apoyo puede manifestarse en forma de relaciones
positivas, colaboración efectiva, retroalimentación constructiva y un ambiente de trabajo solidario.
Recompensas laborales: Este factor abarca las recompensas tangibles e intangibles que los empleados
reciben como resultado de su trabajo. Incluye aspectos como el salario y beneficios económicos,
reconocimiento y el sentido de logro, oportunidades de desarrollo profesional, seguridad laboral y
condiciones de trabajo satisfactorias.
El modelo de apoyo social-recompensa sugiere que la combinación de un alto nivel de apoyo social y
recompensas adecuadas en el trabajo puede actuar como un amortiguador contra el estrés laboral. Por
el contrario, la falta de apoyo social y recompensas insuficientes puede aumentar la percepción de
estrés y afectar negativamente la salud y el bienestar de los empleados.
Para combatir el estres laboral se debe tener en cuenta algunos puntos como lo son: 1)
1)Evaluación y reconocimiento de riesgos de estrés: realizar evaluaciones periódicas para identificar
factores de estrés en el entorno laboral, utilizando herramientas como encuestas, entrevistas y
grupos focales. Esto ayuda a comprender mejor las necesidades y preocupaciones de los empleados.
2)Promoción de la salud mental: Implementar programas de promoción de la salud mental que
incluyan talleres, charlas informativas y sesiones de concienciación sobre el estrés, la gestión
emocional y la resiliencia.
3)Formación en gestión del estrés: Ofrecer programas de formación en habilidades para gestionar el
estrés, que incluyan técnicas de respiración, meditación, mindfulness, y estrategias de manejo del
tiempo y organización. 4)Flexibilidad laboral y equilibrio trabajo-vida personal: Fomentar políticas que
promuevan la flexibilidad laboral, como horarios de trabajo flexibles, teletrabajo o días de descanso
flexibles. Esto ayuda a los empleados a equilibrar mejor las demandas laborales con las
responsabilidades personales y familiares.
5)Apoyo social en el trabajo: Promover un ambiente de trabajo colaborativo y de apoyo, fomentando la
comunicación abierta, el trabajo en equipo y el reconocimiento del trabajo bien hecho. Esto puede
reducir el aislamiento y mejorar el bienestar emocional. 6)Políticas de gestión de conflictos:
Implementar políticas efectivas para manejar y resolver conflictos interpersonales en el lugar de
trabajo de manera constructiva y rápida.
9)Comunicación clara y transparente: Fomentar una comunicación abierta y transparente en la
organización sobre cambios, expectativas y oportunidades de desarrollo. Esto ayuda a reducir la
incertidumbre y la ansiedad entre los empleados. 10) Evaluación continua y ajuste de estrategias:
Realizar evaluaciones periódicas de la efectividad de las estrategias implementadas y ajustarlas
según sea necesario para abordar las necesidades cambiantes de los empleados y del entorno
laboral.
7)Revisión de las cargas de trabajo y distribución equitativa: Evaluar y ajustar las cargas de trabajo para
evitar el agotamiento y la sobrecarga de los empleados. Distribuir equitativamente las
responsabilidades y establecer plazos realistas puede reducir el estrés relacionado con la presión
laboral. 8)Recursos y apoyo para los empleados: Proporcionar acceso a recursos de apoyo, como
asesoramiento psicológico, servicios de asistencia al empleado y programas de bienestar financiero.
Estos recursos pueden ayudar a los empleados a gestionar mejor el estrés y enfrentar desafíos
personales.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS: 1) Bucci, N. y Luna, M. (2012). Contrastación entre los modelos de estudio
del estrés como soporte para la evaluación de los riesgos psicosociales en el trabajo. Revista Digital de
Investigación y Postgrado, 2(1), pp. 21-38. 2) Biron, C., Burke, R. y Cooper, C. (2014). Creating Healthy
Workplaces: Stress reduction, improved well-being and organizational effectiveness. Surrey, Inglaterra:
Gower Publishing Company, pp. 321-326.