Los componentes de este sistema son: amígdala, tálamo, hipotálamo,
hipófisis, hipocampo, el área septal (compuesta por el fórnix, cuerpo
calloso y fibras de asociación), la corteza orbitofrontal y la
circunvolución del cíngulo.
El papel de la amígdala como centro de procesamiento de las
emociones es hoy incuestionable. Pacientes con la amígdala
lesionada ya no son capaces de reconocer la expresión de un
rostro o si una persona está contenta o triste.
El sistema límbico está en constante interacción con
la corteza cerebral. Una transmisión de señales de
alta velocidad permite que el sistema límbico y el
neocórtex trabajen juntos, y esto es lo que explica que
podamos tener control sobre nuestras emociones.
El sistema límbico es un complejo conjunto de estructuras que se hallan por encima y alrededor del
tálamo, y justo bajo la corteza. Incluye el hipotálamo, el hipocampo, la amigdala, y muchas otras
áreas cercanas. Parece ser el principal responsable de nuestra vida emocional, y tiene mucho que
ver con la formación de memorias.
es un sistema formado por varias
estructuras cerebrales que
gestionan respuestas fisiológicas
ante estímulos emocionales.
Está relacionado con la
memoria, atención,
instintos sexuales,
emociones (por ejemplo
placer, miedo, agresividad),
personalidad y la conducta.
Es el responsable principal de la vida afectiva, y
es partícipe en la formación de memoria, en las
que participan el hipotálamo, el hipocampo, la
amígdala y cuatro áreas relacionadas.
Las funciones principales del
sistema límbico son la motivación
por la preservación del organismo y
la especie, la integración de la
información genética y ambiental a
través del aprendizaje, y la tarea de
integrar nuestro medio interno con
el externo antes de realizar una
conducta.
El sistema límbico, también llamado cerebro
medio, es la porción del cerebro situada
inmediatamente debajo de la corteza cerebral, y
que comprende centros importantes como el
tálamo, hipotálamo, el hipocampo, la amígdala
cerebral
Estos centros ya funcionan en los
mamíferos, siendo el asiento de
movimientos emocionales como el temor o
la agresión.
En el ser humano, estos son los
centros de la afectividad, es aquí
donde se procesan las distintas
emociones y el hombre experimenta
penas, angustias y alegrías intensas