Este concepto fue inicialmente acuñado por Sigmund Freud, aunque fue su hija, Anna Freud, quien
desarrolló y definió los diferentes tipos de mecanismos.
Freud determinó los mecanismos de defensa, como las técnicas del inconsciente, encargadas de
minimizar las consecuencias de eventos demasiado intenso, para que el individuo pueda continuar
con sus funciones. Dichos mecanismos de defensa, permiten el mantenimiento del balance
psicológico.
El individuo está compuesto por una serie
de fuerzas que deben mantenerse en
equilibrio, como las características
instintivas, las genéticas, los factores del
desarrollo (medio ambiente, formación,
experiencia). Una de las maneras de
resguardar este equilibrio es mediante los
mecanismos de defensa.
Los mecanismos de defensa, son
mecanismos inconscientes que se
encargan de minimizar las
consecuencias de un evento demasiado
intenso, para que el individuo pueda
seguir funcionando normalmente.
Los mecanismos de defensa son formas inconscientes de actuar o de pensar para protegernos o
defendernos de pensamientos, deseos, emociones o comportamientos demasiado amenazantes para
la conservación de nuestra integridad. Es decir, los mecanismos de defensa se encargan de disfrazar
aquello que es demasiado difícil de aceptar para convertirlo en algo más tolerable para nuestra mente.
Estas estrategias inconscientes pueden ser adaptativas,
especialmente a corto plazo, para manejar situaciones
demasiado traumáticas, dolorosas o estresantes.
Estas estrategias inconscientes pueden ser adaptativas,
especialmente a corto plazo, para manejar situaciones
demasiado traumáticas, dolorosas o estresantes.
Cuando estas técnicas no son suficientes, se experimentan desequilibrios como estrés
y respuestas neuróticas como ansiedad y/o depresión, que frecuentemente son
acompañadas por disfunciones biológicas, pérdida de sueño o apetito, enfermedades
psicosomáticas como úlceras, etc. También pueden presentarse otras conductas más
graves como el suicidio y los trastornos delirantes. Estos son mecanismos de defensa
propios de trastornos como el delirio, la esquizofrenia, los trastornos de personalidad.
Los mecanismos de defensa:
Represión
Hace referencia a la
acción de rechazar
recuerdos,
pensamientos, ideas,
deseos, etc. de nuestra
consciencia. Como
consecuencia, estos
elementos terminan
almacenados en nuestro
inconsciente. Es decir,
no desaparecen del
todo, van a la papelera
pero siguen en el
ordenador.
Este mecanismo de defensa crea en nosotros la
ilusión de que nos hemos olvidado del contenido
molesto. Esto se da especialmente después de
una experiencia traumática. Sin embargo, al igual
que la consciencia, el inconsciente también tiene
sus propias formas de expresión, aunque éstas
sean más sutiles o simbólicas (menos visibles).
Los contenidos reprimidos se manifiestan en el lenguaje no verbal
o cuerpo (movimientos, posturas, reacciones fisiológicas, mirada,
etc.), a nivel emocional, y en los sueños.
No es tan fácil deshacernos de ellos, son como fantasmas que
nos persiguen, y pueden entorpecer muchas áreas de nuestra
vida sin que nos demos cuenta a veces. Por eso es tan
importante realizar una psicoterapia cuando sentimos que
algunos patrones disfuncionales se repiten en nuestra vida.
Negación
Es el acto de negarse a
aceptar la realidad o
algún suceso. La persona
actúa como si no tuviera
un problema o como si
una vivencia dolorosa no
hubiera ocurrido nunca.
Se considera como uno
de los mecanismos de
defensa más primitivos
porque es característico
de la etapa de desarrollo
de la niñez temprana.
Algunas personas utilizan esta estrategia en su vida
cotidiana, cada vez que no quieren hacer frente a
un sentimiento que les provoque demasiado dolor.
Las personas con problemas de adicción también
suelen recurrir a este tipo de mecanismo.
Proyección
Tiene que ver con proyectar o
colocar en otra persona lo que
somos incapaces de asumir como
propio porque entra en conflicto
con la idea que tenemos de
nosotros mismos. Este tipo de
mecanismo de defensa se
caracteriza por una reacción
emocional de rechazo hacia otra
persona que es injustificada y/o
desproporcionada y suele
manifestarse en forma de crítica.
Lo que ocurre es que:
1. Esa persona se
permite actuar o ser
de una manera que
nosotros no nos
permitiríamos, 2. Nos
recuerda a una
persona con la que
existe un conflicto no
resuelto, o 3. En
realidad envidiamos
alguna característica o
aspecto de la vida de
esa persona pero
preferimos buscarle
un defecto que
reconocer esa
emoción en nosotros.
Racionalización
Este mecanismo es muy común entre la gente.
Hace referencia al uso de explicaciones
racionales para tapar inseguridades o
comportamientos de los que uno no se siente
orgulloso. A menudo se atribuye la culpa a otra
persona o a las circunstancias para no tener
que desvelar partes de si mismo que
supondrían un auto-cuestionamiento.
A veces también utilizamos este
mecanismo para auto-convencernos de que
en realidad no deseabamos aquello que no
hemos conseguido. Son excusas falsas pero
plausibles y que encajan con la situación.
Disociación
Está ahí
físicamente pero
sus pensamientos
están en otro lugar.
Otras veces, la
persona tiene la
sensación de no ser
ella misma, de
haber desarrollado
dos o varias
identidades que no
son congruentes
entre sí.
En situaciones más graves, la
disociación es una manera de
desconectarse de una experiencia
actual que se vive como intolerable,
como puede ocurrir durante una
violación por ejemplo Se produce un
bloqueo del afecto (emociones) y la
persona tiene la impresión de estar
separada de su cuerpo o de que la
realidad está alterada. Cuando se
utiliza este mecanismo con frecuencia,
la persona desarrolla una visión
discontinua de si misma o del tiempo.
Desplazamiento
Con este
mecanismo,
descargamos
nuestro enfado,
impulsos o
frustraciones
experimentados
internamente con
un individuo en
otra persona u
objeto que en
principio no tiene
nada que ver con
ello.
Generalmente sentimos la
necesidad de desviar
nuestros impulsos cuando la
persona que ha originado
esos sentimientos es una
figura de autoridad o
alguien con la que no nos
sentimos en confianza para
expresar libremente nuestro
descontento.
Formación reactiva
Este mecanismo convierte
pensamientos, emociones
o impulsos indeseables en
su opuesto para aliviar la
ansiedad que provocan.
Imagina que sientes una
fuerte (y secreta)
atracción hacia alguien
pero sabes que esa
persona no te conviene.
Como no quieres admitir
esos sentimientos,
decides expresar lo
contrario de lo que
sientes, de forma que tu
deseo termina por
transformarse en un
aparente odio.
TEST PROYECTIVOS
Los test proyectivos podríamos definirlos como unos test en los que el sujeto o
paciente puede proyectar tanto elementos de su personalidad como conflictos
inconscientes que le pueden resultar desconocidos y, a su vez, proyecta elementos
conscientes sobre sí mismo pero de forma inconsciente.
Este tipo de test tienen una base psicoanalítica, ya que durante la fase del psicodiagnóstico se suelene
utilizar estos test para conocer qué tipo de estructura psíquica tiene el paciente y qué material
inconsciente puede aportarnos para poder comenzar a realizar un trabajo terapéutico posterior.
Hay dos tipos de test proyectivos:
verbales
Los test verbales consisten en la presentación de una
serie de láminas (variarán en función del tipo de test
y la edad), ante las cuales el sujeto debe de
describirlas, decir lo que ve o inventar una historia.
gráficos
test proyectivos gráficos que consisten en que el sujeto
dibuje aquello que se le ha indicado de forma libre, como
él quiera.
Ambos tipos de test nos permitirán conocer
elementos inconscientes porque en esta
creatividad y sentir, el sujeto está poniendo
elementos de su propia existencia
En gran parte de los test proyectivos al participante se le muestra una imagen
ambigua, es decir, que puede ser interpretada de varias maneras y es ahí donde cada
uno pone parte de sí mismo, de qué es lo que ve y qué le hace sentir
Se le pide que dé la primera respuesta que le viene a la mente. De acuerdo con la teoría al
proporcionar un estímulo poco claro a la persona se le puede incitar a definir cuestiones que tienen
soterradas de forma inconsciente
TEST PROYECTIVOS MÁS CONOCIDOS
TEST PROYECTIVOS GRÁFICOS
Este tipo de test hace referencia a aquellos en los que se indica al sujeto-paciente que dibuje algo en
concreto. Los dibujos siempre son libres pero con una sencilla indicación en la que se le pide que
dibuje un árbol, una familia, una persona, etc. Todo dependerá de qué es lo que queremos saber y
qué tipo de paciente tenemos ante nosotros.
os test gráficos suelen ir siempre acompañados de otros tipo de batería de test y, por supuesto, con
las entrevistas iniciales que nos permitirán poder interpretarlos en función de la historia del
paciente.
Por ello, cualquier tipo de test no ha de tomarse a la ligera, puesto que requiere de un contexto para
poder interpretarlo de la manera adecuada y con la mayor concreción posible, adecuando la
interpretación a la persona y su historia
Algunos de los test gráficos más importantes son:
HTP (casa, árbol, persona)
Test de la figura humana
Test de la familia
Test de la persona bajo la lluvia
Test de las dos personas o test de la pareja
TEST DE RORSCHACH
El test de Rorschach es uno de los test más famosos y también de
los más complejos de interpretar. Este test es conocido como el test
de las manchas de tintas a nivel popular, ya que consiste en la
presentación de una serie de láminas que se definen por presentar
diferentes formas y algunas en colores
El sujeto debe de decir qué es lo que ve en esa lámina, debe
describirlo y el psicólogo lo transcribirá literalmente, tal y como lo va
definiendo. A su vez, también se escribirá algunos detalles del
lenguaje no verbal como las reacciones, tono de voz, etc. y los
comentarios que realice al ver cada una de las láminas.
TEST DE APERCEPCIÓN TEMÁTICA (TAT)
A la hora de aplicar este test tenemos que tener en cuenta tanto la edad del sujeto como su género,
ya que pasaremos diferentes láminas en función de si es hombre-mujer, niño o niña.
stá formado por veinte láminas en blanco y negro, que presentan diferentes escenas. Como no hay
un antes y un después, será el propio sujeto el que proyecte sus sentimientos y pensamientos sobre
qué es lo que ha ocurrido o qué es lo que ve en la escena, cómo se sienten los personajes y cómo
termina la historia.