Centros en los que se educaba a los jóvenes del pueblo, a partir de los 15 años, para servir a su
comunidad y para la guerra. Desde la madrugada comenzaban las extenuantes actividades. El día
iniciaba con un helado baño, seguido de una comida frugal y muy controlada. Solían memorizar los
cantares con los hechos relevantes de sus mayores y las alabanzas de sus dioses, además de
aprender y ejercitarse en el manejo de las armas como el atlátl, instrumento utilizado para lanzar
flechas, y el ma-úahuitl, la curiosa espada de madera con filos de obsidiana.
Especialmente se buscaba su resistencia al dolor mediante prácticas de autosacrificio. Los alumnos
ociosos o incorrectos eran castigados severamente, por ejemplo, la embriaguez se penalizaba con la
muerte. Si alguno de los alumnos sobresalía por su habilidad y valor en las guerras de conquista,
algún día podría llegar a ser ciudadano distinguido a quien se premiaba y rendían honores. Cuando
alcanzaban la edad requerida para casarse, finalizaba su instrucción en el telpochcalli.
Cuicacalli
Amantes de la poesía, los antiguos mexicanos se preocuparon por enseñarla y difundirla. Ingresaban
los niños a la edad de 12 años.
Poetas de renombre, músicos y danzantes distinguidos eran los encargados de organizar el
Cuicacalli; recibían su paga del rey en persona, siempre atento al buen funcionamiento de las casas
de canto.
La función del Cuicacalli iba más allá de ofrecer enseñanza artística; tenía, al igual que el Calmécac,
la función básica de transmitir y elaborar la lengua culta.
Calmecac
Era la escuela para los hijos de los nobles aztecas.
En esta escuela se les entrenaba para ser sacerdotes, guerreros de la élite, jueces, senadores,
maestros o gobernantes, educándolos en historia, astronomía y otras ciencias, la medición del
tiempo, música y filosofía, religión, hábitos de limpieza, cuestiones de economía y gobierno, y sobre
todo, disciplina y valores morales. Habían maestros especiales que les enseñaban la tradición, y leían
y aprendían de memoria las historias ilustradas en los códices.
La escuela funcionaba como un internado, donde los jóvenes vivían, dormían y comían. Con los
aspirantes a sacerdotes su educación se enfocaba en la religión, e incluía rituales, cantos a los dioses
e interpretación de los sueños. Los aspirantes a guerreros de la élite o a gobernantes recibían más
entrenamiento militar y sobre asuntos de economía y gobierno.
Su educación variaba de acuerdo a la edad, pero cuando eran adolescentes iniciaba su
entrenamiento militar, y cuando eran jóvenes adultos, se les llevaba a la guerra.
Ichpochcalli
Los Ichpochcalli eran las escuelas a las que asistían las niñas y las jóvenes. En ellas recibían una
educación semejante a las de los Telpochcalli, aunque en lo correspondiente a su ser femenino.