La producción literaria de Ana María Matute pertenece a lo que se denomina "generación de la posguerra", cuyo inicio se da en los años 40. Puesto que su producción literaria es más prolífica en los años 50, la crítica la encasilla en la llamada "Generación de los 50". Con el incio de esta década se producen notables transformaciones socioeconómicas, nace un principio de liberación intelectual y España empieza a moverse hacia una relativa apertura política tras el aislamiento de los años 30 y 40. Otros autores de esta generación son José Agustín Goytisolo, Juan Marsé, Carmen Laforet, Gloria Fuertes (entre muchos otros). Todos ellos nacen entre 1924 y 1936, y se consideran víctimas de la guerra por haber sufrido sus consecuencias de forma directa durante su infancia y adolescencia, lo cual les influyó en su visión del mundo y en su producción literaria. Entre otras varias otras características (que no nombramos en este resumen por no ser pertinentes al tema que nos ocupa), la producción de los autores de esta generación tiene en común un intento de reflejar la sociedad de forma crítica. Este movimiento o tendencia se ha denominado como "realismo histórico", "realismo testimonial" o "realismo social". Ana María Matute, aunque pertenezca a esta generación, desarrolló un estilo sumamente personal en el que mezcla crítica social con su propio mundo lírico y sensorial. Sus cuentos, relatos cortos y novelas destacan por la tremenda imaginación de la autora, su fuerza narrativa y estilo inconfundiblemente personal. Estas características hacen que Ana María Matute se distance de sus coetáneos y sea difícil clasificarla en una u otra categoría.
Para realizar este breve resumen nos hemos basado en la información provista en la siguiente publicación: Matute, A.M, (1956), Los niños tontos, Barcelona, España, Ed Planeta.
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