Dominio Propio

La importancia del dominio propio en mi vida

En lo personal, desde niño he tenido conflicto entre hacer lo que quiero y lo que es correcto, y más aún al decidir entregarle mi vida a Jesús el estándar de lo bueno se elevó significativamente, pero a la vez entendí que él mismo nos dio un espíritu que tiene la capacidad de ejercer el dominio propio (2 Timoteo 1:7) https://www.biblegateway.com/passage/?search=2+timoteo+1%3A7&version=NVI. Sin el dominio propio, sería un esclavo de mis emociones y mis instintos naturales, no podría tener límites para comer lo que se me antoje, solamente pensaría en hacer aquellas cosas que me producen placer o cosas que no me demanden un esfuerzo o disciplina. No tendría que contenerme para responder de forma abusiva a quienes me ofenden o agreden, ni podría dejar de gastar el dinero que no tengo para satisfacer mis deseos, o usar las redes sociales para publicar cosas ofensivas o que no convienen. Sin dominio propio sería imposible ser fiel a una pareja, ser un padre digno de ser imitado, un trabajador confiable, un buen vecino o un ciudadano modelo, convirtiéndome en un hombre vulnerable como lo dice Pr 25:28 https://www.biblegateway.com/passage/?search=pro+25%3A28&version=NVI.

La Biblia nos enseña en uno de los proverbios, que es mejor dominarse a uno mismo que conquistar ciudades (Pr 16:32) https://www.biblegateway.com/passage/?search=Proverbios+16%3A32&version=NVI, porque la clave del liderazgo y éxito personal consiste en liderarse primero a si mismo, antes de querer gobernar una familia, un grupo social, un equipo de trabajo, una empresa, un gremio o una nación. Si no lo hacemos de esa forma no tendremos la autoridad moral para dirigir a otros.

El dominio propio es una fuerza, autoridad o control que ejerce una persona sobre sí misma para hablar o accionar, y como cristiano me siento obligado a ejercitar y fortalecer esta virtud como se entrena un músculo, ya que el apóstol Pablo nos exhora a añadir al entendimiento dominio propio, y al dominio propio constancia (Pe 2:5-7) https://www.biblegateway.com/passage/?search=2+pe+1%3A5-7&version=NVI. Se necesita del dominio propio para cumplir los mandamientos de Dios y las enseñanzas de Jesús, porque requieren renunciar a nuestros deseos carnales, por ejemplo para ayunar, hacer vigilias de oración, leer las escrituras, perdonar, amar al enemigo, dar al pobre y a la iglesia, etc. De igual forma me da fuerza para no ceder ante las tendencias sociales corruptas o la presión de grupo para el pecado, ya que Dios se asegura que siempre podamos resistir (1 Co 10:13) https://www.biblegateway.com/passage/?search=1+co+10%3A13&version=NVI. El dominio propio me ayuda también a cuidar mi cuerpo como templo del Espíritu Santo, apartándome de los vicios, abusos, y me ayuda a disciplinarme para alimentarme sanamente, descansar adecuadamente y ejercitarme pero sin caer en excesos.

En lo laboral tener dominio propio me ayuda a ser confiable, ya que me permite ser puntual, cumplido con mis asignaciones, obediente a las normas de la empresa, respetuoso con las autoridades y ha lograr buenas relaciones con los clientes, aún cuando sea objeto de reclamos y faltas de respeto (Pro 12:16) https://www.biblegateway.com/passage/?search=pro+12%3A16&version=NVI. De igual forma me ayuda para el crecimiento profesional, ayudándome a asumir nuevos retos académicos y realizarlos con excelencia.

En lo familiar el dominio propio me permite fomentar un ambiente de respeto y armonía, brindando a mis seres amados la atención y tiempo de calidad que se merecen sin distraerme en los dispositivos electrónicos o la televisión, así como también aportar lo necesario para sus necesidades, haciendo buen uso de los recursos y cumpliendo con un presupuesto, así como la búsqueda diligente de Dios y el crecimiento espiritual de cada uno de los miembros. Las consecuencias negativas de actuar por impulso sin medir las consecuencias, y no con dominio propio serían peleas, discordias, división, deudas, rencores, frustración, ira, angustia, remordimiento, culpabilidad, desesperación, tristeza y odio. Ahora bien como cristianos debemos demostrar en nuestra vida los frutos del Espíritu Santo que son: amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio (Gal 5:22-23) https://www.biblegateway.com/passage/?search=gal+5%3A22-23&version=NVI.