Criado por Eduardo Cantú
aproximadamente 8 anos atrás
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Toda sociedad humana produce conocimiento y utiliza técnicas para resolver sus problemas y desde hace tiempo han tenido grandes cambios debido al entorno en el que se euncuentra, los recursos que tenga y la situacion global en la que se desarrolla. La ciencia es el saber conceptual oficial de una sociedad, el cual es utilizado para comprender el mundo, para suministrar explicaciones, relatos coherentes, clasificaciones lo más organizadas posibles de los seres, los objetos, los acontecimientos de la vida humana. La ciencia nace como una parte especializada del lenguaje verbal en la cual ese lenguaje se vuelve más preciso y coherente que el lenguaje de uso diario. La técnica es un saber hacer relacionado con objetos inanimados. Está relacionada con el desarrollo y uso de artefactos (objetos que son producto de la acción humana). Esos artefactos pueden ser para uso directo (vestido, adorno, techo); o pueden ser herramientas, utensilios, objetos útiles en la consecución de fines directos; o pueden ser herramientas para fabricar herramientas y así sucesivamente en progresivos grados de elaboración.
A medida que aumenta el número de utensilios y dispositivos técnicos, se van haciendo evidentes unos principios técnicos básicos, unos procedimientos básicos, unos materiales fundamentales que se combinan de muchas formas diferentes para dar origen a diferentes productos. Esos elementos básicos caracterizan el desarrollo técnico de una sociedad y por eso las primeras comunidades humanas se clasifican por los materiales que usaban en Edad de Piedra, Edad del Bronce, Edad del Hierro. Una vez se descubra un principio técnico, este se tratará de aplicar de muchas formas. Se descubren técnicas que se vuelven básicas para el desarrollo de otras técnicas, como puede ser el caso de las técnicas de medición de longitudes, de volúmenes, de pesos o el uso del dibujo técnico para representar lo que se va a construir o fabricar. Aparecen artefactos para desarrollar artefactos y conjuntos integrados de varios artefactos. Este tipo de articulación de las técnicas es lo que se denomina la tecnología de una sociedad. O sea que tecnología es simplemente un conjunto más o menos articulado de técnicas. El repertorio técnico y tecnológico que necesita - y que a su vez es capaz de usar - una sociedad depende mucho de su forma de vida. El grado de desarrollo tecnológico de una sociedad se puede dimensionar contando el número de artefactos (hechos por los humanos), el nivel de elaboración e interrelación de esos artefactos, el número máximo de elementos que puede tener un dispositivo, la cantidad de diferentes materiales que se usan, la cantidad de diferentes técnicas de fabricación.
El saber técnico tuvo un cambio cualitativo cuando el ser humano inventó la aldea y el modo de vivir sedentario. Cuando esa aldea se hizo más estable y se convirtió en ciudad la posibilidad de guardar muchos utensilios se hizo inmensa y empezaron a aparecer más y mejores materiales. Además la ciudad llevó a una mayor especialización en el trabajo, empezaron a aparecer especialistas en cada una de las actividades, lo cual facilitó el descubrimiento de más procedimientos básicos y más principios técnicos. Obviamente no solo hubo un gran salto técnico y tecnológico al aparecer la ciudad. Las relaciones humanas se volvieron mucho más complejas, el lenguaje se hizo más elaborado. Fue necesario que el humano fuera consciente de la organización social que se daba a sí mismo, por lo que surgió la política y el derecho. El derecho con su serie de normas y preceptos dio además un primer modelo para interpretar la realidad. La naturaleza también debía seguir leyes. El derecho fue por lo tanto predecesor de la ciencia. En resumen, la invención de la ciudad fue uno de los mayores descubrimientos de la humanidad. No en vano muchos autores afirman que las dos invenciones principales de la humanidad, que nos separan del resto de primates, son el lenguaje verbal y la ciudad.
La ciudad más antigua de que se tenga registro arqueológico, es Jericó, sus vestigios tienen 12.000 años de antigüedad, aproximadamente. Con la aparición de las primeras ciudades en Asia y Europa se desarrollaron las edades de los metales, del cobre, el oro y el bronce primero y luego, del hierro. Las primeras grandes civilizaciones coincidieron con el paso de la Edad de Bronce a la Edad del Hierro aproximadamente unos 3.000 años antes de nuestra era. Hace 2.000 años ya existía una ciudad (Roma) con un millón de habitantes. El desarrollo de la ciencia y la tecnología en Roma, en las demás ciudades del imperio romano y en toda el área de influencia de esta red de ciudades, fue muy grande. La sociedad urbana romana se extendió por Europa y sus alrededores constituyéndose en un sistema interconectado que articuló grandes áreas y fue el sistema social, político, económico, tecnológico, cultural y militar más grande y complejo de la antigüedad. Tanto la ciencia como el saber técnico son patrimonios de toda la sociedad que las crea y existe una parte de esos saberes que es compartida por un amplio número de sus integrantes. Sin embargo, en la medida en que la especialización de labores avanza, se forman núcleos más o menos cerrados dentro de los cuales se tiene un dominio más amplio de esos saberes. Los sacerdotes primero y los filósofos después van haciéndose dueños del saber conceptual teórico, del conocimiento oficial avanzado de la ciencia. Los artesanos primero y luego el conjunto de técnicos, constructores, tejedores, ceramistas, ferreros, van apropiándose del saber práctico que aprovechan otros especialistas en otras labores como los pastores, los agricultores o los soldados. En las sociedades urbanas de la antigüedad se tenían ya redes sociales complejas que manejaban los dos tipos de saberes. En Roma se dio una especialización avanzada en la cual existían filósofos, escribanos, legisladores, políticos, historiadores, sacerdotes y adivinos, astrónomos y naturalistas, que manejaban todos ellos el saber verbal conceptual.Por otra parte estaban los que hacían el trabajo físico, que básicamente eran esclavos, o en todo caso, no eran ciudadanos romanos. Sólo aquellos más sobresalientes en su oficio, en su arte, en su técnica podían aumentar su fortuna, su importancia social e incluso convertirse en ciudadanos romanos como muchos gladiadores, soldados y constructores famosos. Tal es el caso de Vitruvius eminente arquitecto romano del siglo I al que se atribuye el acueducto romano y quien escribió diez volúmenes en latín sobre las técnicas de construcción y sobre el arte de la arquitectura, que luego pasaron a la posteridad como la primera enciclopedia técnica del mundo. En Europa fue necesaria la caída del Imperio Romano y el auge de los pueblos provenientes del norte (francos, germanos, normandos y posteriormente los pueblos escandinavos como los vikingos) para que el conocimiento técnico y el científico empezaran a acercarse y se diera un gran impulso al desarrollo de la tecnología. En los países donde la cultura latina y la cultura proveniente de esos pueblos (los llamados bárbaros en tiempos del imperio romano) se pudieron fundir, surgieron los maestros artesanos medievales con cada vez mayor inteligencia práctica, lo que finalmente produjo en el siglo 18 en Europa lo que terminó llamándose la Revolución Industrial, ese desarrollo de "dedos inteligentes y cabezas duras".
Tiempo despues surgieron los científicos con espíritu cada vez más práctico, desde Francis Bacon hasta James Watt que se fueron acercando cada vez más a los problemas de la producción propios del saber técnico, aportando ideas y nuevos principios que desarrollaron la metalurgia, la construcción de máquinas, el desarrollo de instrumentos de medición y dieron bases matemáticas y geométricas a la precisión en la construcción de obras civiles y en la fabricación de todo tipo de artefactos. Científicos prácticos que precedieron a los Faraday y a los Pasteur que posteriormente darían lugar a los científicos empresarios o emprendedores como Thomas Alva Edison a principios del siglo XX o Bill Gates en sus finales. La tecnología cada vez más elaborada y compleja dio a su vez un renovado empuje a la ciencia, realimentándose mutuamente.
Solo al término de la Edad Media algunos científicos europeos comenzaron a romper con ese criterio y postularon la comprobación experimental mediante medición y uso del lenguaje geométrico y matemático como el criterio para sostener su autoridad. Esa ruptura fue posible por contar con utensilios de una técnica refinada como relojes y telescopios. El éxito de la física estableció el modelo matemático- experimental como paradigma en la ciencia; luego la química empezó a realizar mediciones del aire, del agua en todos sus estados, del calor y la presión y establecer leyes matemáticas para predecir el resultado de otras mediciones en otras condiciones. Los siglos XIX y XX han presenciado el cada vez mayor acercamiento entre los saberes de la ciencia, de las técnicas, de la medicina y la biología, el comercio, las finanzas, la publicidad, la sicología y la sociología hasta producir la paradójica situación actual. Surge la tecnociencia como una fusión del saber práctico y el teórico y se generaliza el surgimiento de saberes locales que tiene que articularse con un lenguaje universal. Sin embargo todavía la humanidad está muy lejos de haber logrado esas síntesis, como se ilustra muy bien en la dificultad aún hoy existente de integrar el desarrollo científico- tecnológico europeo, hoy extendido en todo el mundo.En cualquier caso en la sociedad mundial seguirán subsistiendo técnicas individuales, técnicas locales, técnicas de un grupo de personas, como siguen subsistiendo interpretaciones divergentes del conocimiento oficial de la sociedad, más o menos estructuradas y organizadas. Sería totalmente inconcebible pensar que ya no existe ninguna diferencia entre técnicas, tecnología y ciencia y que todos estos desarrollos se van a fundir en una sola cosa. El ser humano vive cada día más en un mundo construido por él mismo, el cual puede en buena medida diseñar y controlar pero nunca debe aspirar a conocer y controlar completamente el planeta y las fuerzas grandes y pequeñas de la naturaleza. Además, aún le queda a la especie una tarea gigantesca que desarrollar, que es conocer y aprender a actuar adecuadamente sobre el mundo de la vida, sobre el mundo del individuo humano y sobre la sociedad humana. Aún queda mucho trabajo muy importante por hacer.
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