La filosofía nace en Grecia en el siglo V a. C.
La filosofía abandona las explicaciones sobrenaturales y busca las causas naturales de los sucesos.
En el punto de partida de la reflexión filosófica se encuentra la aceptación de que existe algún tipo de realidad “objetiva” a la cual ha de ceñirse el conocimiento.
La actitud mítica implica considerar el mundo más como un cosmos que como un caos.
El relativismo permite llegar a un acuerdo en cuanto a lo que se puede considerar como verdadero.
El pensamiento filosófico surge tras las soluciones a la búsqueda de un origen común para la naturaleza.
La filosofía presocrática se preocupó primero del estudio del hombre y después de cuestiones cosmológicas.
Los sofistas se preocuparon más por problemas relativos a la esfera del hombre que por el estudio de la Naturaleza y del arjé.
Los presocráticos, en el paso del mito al logos, dieron explicaciones materialistas y por ello negaron la existencia de las almas y de los dioses.
Los sofistas defendieron el intelectualismo moral.
El objetivo de la mayéutica es alcanzar definiciones o conceptos universales.
La esencia hace mención a lo que tiene de común un objeto con otros objetos.
En Grecia, la actitud mítica es posterior a la actitud racional.
El tema de la filosofía presocrática fue el tema de la Naturaleza.
El arjé designa el elemento último del que se compone toda la realidad.
La actitud mítica utiliza en igual medida la imaginación y la razón para explicar el mundo.
La práctica democrática no influyó en la aparición de grupos dedicados a enseñar el uso de la palabra.
El relativismo defiende la posibilidad de encontrar un criterio universal de la verdad que permita el conocimiento objetivo.
Los pitagóricos entendían la filosofía como un arte de vivir, explicando las cosas apelando a la forma.
Para Anaxímenes el arjé es el fuego.
El mito es la explicación alegórica acerca del mundo, los hombres y los dioses.
El relativismo considera que es verdadero lo que a uno le parece verdadero.
El filósofo presocrático descubre que las cosas del mundo están ordenadas siguiendo leyes naturales.
Para los sofistas el diálogo era la mejor forma de alcanzar la verdad.
La frase "sobre gustos no hay nada escrito" expresa claramente el pensamiento socrático.