La proposición falsa es:

Existen en la naturaleza muchos procesos que poseen un alto grado de unidad y de direccionalidad, tanto en su punto de partida, como en su término y en su desarrollo. Los procesos racionales se caracterizan por:

Los procesos naturales se desarrollan de un modo direccional (1), y conducen a resultados que poseen un alto grado de organización (2): aunque no son racionales en sentido estricto (3), manifiestan una cierta racionalidad en sus resultados (4) y en el modo de conseguirlos (5). Las características que poseen los procesos naturales, son:

Nuestro conocimiento de las pautas dinámicas se representa mediante leyes que equivalen a programas de actuación. En este sentido, las leyes contienen una información sobre el posible curso de los procesos. El concepto de información suele utilizarse en tres contextos que, si bien están relacionados, son diferentes. El sentido del término <<información>> que interesa a la Cosmología es:

Un electrón «sabe» que se encuentra dentro de un campo electromagnético, «conoce» que el campo tiene unas determinadas características y, en consecuencia, sus posibles modos de comportamiento; asimismo, cuando una partícula llega hasta un átomo con una determinada energía, el átomo la detecta, «conoce» sus características y reacciona de acuerdo con las pautas correspondientes. En este contexto, sobre todo cuando se piensa en las señales, los códigos, la comunicación y la interpretación de la información, es difícil evitar el uso de conceptos antropomórficos. Se trata de:

Para representar fielmente los procesos naturales, es preciso considerar las pautas específicas que guían su desarrollo y sus resultados: las denominaremos pautas dinámicas, para distinguirlas de las pautas que se refieren a las configuraciones espaciales. Cualquier pauta dinámica corresponde al despliegue de una información almacenada estructuralmente; por tanto, puede denominarse «pauta informacional». Sin embargo, podemos distinguir dos grandes tipos de pautas dinámicas: las leyes dinámicas y las pautas informacionales en sentido más estricto. Un ejemplo de este segundo tipo es:

Los aspectos dinámicos de la naturaleza suelen designarse mediante términos que, si bien están relacionados entre sí, tienen significados diferentes. Se suele hablar de «devenir» para expresar:

Al estudiar las entidades naturales, ya hemos aludido a la distinción de dos tipos de cambios: el accidental y el substancial. Entre estos cambios existe un orden, el más profundo descontando el cambio substancial, es:

Aristóteles intentó reconciliar las exigencias de la razón y de los sentidos, afirmando la realidad del cambio tal como se presenta en la experiencia e intentando explicar racionalmente cómo es posible. Su explicación del devenir se basa en los conceptos de potencia y acto. En este contexto, la proposición falsa, es:

El progreso científico más reciente ha puesto de relieve que los procesos naturales poseen una unidad todavía mayor de lo que puede observarse en la experiencia ordinaria, y este hecho se encuentra en la base del resurgimiento actual de la filosofía de la naturaleza. Varios tipos de procesos unitarios ponen de relieve la conexión entre los diferentes niveles de la naturaleza. El sistema nervioso (la red de comunicación que permite al organismo interaccionar de manera apropiada con el entorno), es un ejemplo de: