La ética puede definirse como la ciencia de la rectitud de los actos humanos.
La ética en el ser humano no se puede justificar ya que dependen de su subconsciente.
Es la inteligencia quien advierte de modo natural la bondad o maldad de los actos libres.
La ética estudia los actos humanos, conscientes y voluntarios, no los actos del hombres inconscientes e involuntarios, en los cuales no hay libertad de decidir y actuar.
La ética profesional pretende regular las actividades que se realizan en el marco de una profesión.
La ética profesional es una rama en general, por lo tanto no hay guía específica para cada profesión, y no se podría aplicar a cualquiera de éstas.
La profesión es independiente de la realización humana de cada persona, pues tienen diversos fines.
La ética profesional debe cumplir con dos normas básicas: no abusar o engañar a las personas y hablar siempre con la verdad.
De acuerdo al principio de beneficiencia el profesional está obligado a buscar el bien para sí mismo utilizando todos sus conocimientos, y después el bien de los demás, pues es secundario.
De acuerdo al principio de autonomía, el cliente paciente, usuario o estudiante no tiene derecho a ejercer coerción sobre el profesionista, ni éste sobre aquél.