Criado por Valeria Torres
aproximadamente 9 anos atrás
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Corporaciones y fueros.
A finales del siglo XVIII, la población novohispana aumento el 50% respecto a cincuenta años antes. Mientras que en 1742 se han calculado al rededor de 3,300,000 novohispano, en 1810 había poco mas de seis millones; 60% de ellos eran indios, tanto que 20% restante estaba compuesto por esclavos.
Las diferencias sociales eran reconocida por la ley. En la sociedad novohispano no había un sistema jurídico para todos. Las corporaciones eran el modo en que se organizaba la sociedad virreinal. La iglesia era otra de las grandes corporaciones, pero también los comerciantes se asociaban en una corporación llamada consulado. Cada grupo o corporación tenia sus propias reglas y en algunos casos su propio tribunal de justicia y sus carceles especiales.
Durante los siglos XVI, XVII y buena parte del XVIII, la iglesia episcopal, las ordenes mendicantes y el consulado de comerciantes fueron lo mas significativos grupos de poder que gozaron de fuero y de privilegios. Con la aplicación de las reformas borbónicas la autoridad real disminuyo o canceló los fueros de estas corporaciones pero, al mismo tiempo, promovido nuevos privilegios.
Las tenciones sociales de la cuidades
Las disposiciones oficiales separaban la población india de la española, la realidad cotidiana donde convivían grupos diversas estratos sociales. Tanto en las plazas y los comercios, como en las iglesias, las peluquerías, el teatro, las callejuelas y las fuentes de las ciudades novohispanas, confluían indios jornaleros, de repartimiento, artesanos y trabajadores mineros.
En las ciudades también habían mercaderes que comprobaban y vendían diversos productos al menudeo, desde frutos y granos, hasta pajaros patos, ropa y sombreros, muchos de ellos provenientes de los pueblos y barrios aledaños. También iban y bencina por las ciudades indios huidos de sus comunidades, esclavos y librertos, hombres y mujeres africanas o sus descendientes, sirvientes domésticos, trabajadores de obrajes o fugitivos en busca de ocupación y refugio; clérigos sin parroquia, de sotanas largas y pies descalzos; trabajadores sexuales, vagabundos, picaron y léperos quien hurtaban, estafaban ys ganaban la vida d maneras diversas.
La gente pobre en las ciudades novohispanas, que era la mayoría, era calificada por las autoridades civiles o eclesiásticos y los grandes comerciantes, con un adjetivo que los funda a todos una sola y amenazante multitud "la PLEBE". En 1795 el viajero Alexander von Humboldt calculo entre veinte y treiítamil vagos o léperos que habitaban la capital del Virreinato.
"El crecimiento de las haciendas y los conflictos rurales"
Después de la conquista, las tierras de pueblos indos fueron cedidas o vendida por la Corona a españoles que incrementaron sus propiedades hasta conformar grandes haciendas herederas. Las empresas agrícolas fueron dotadas de trabajadores que provenían de la comunidades de las comunidades cercanas.
Pueblos y comunidades lucharon para defender sus tierras ante el avance de las haciendas. Estos conflictos se intesificaron con el repunte de la población india en el centro de Nueva España a partir del siglo XVII. Durante el siglo XVIII las haciendas se multiplicaron en regiones económicas organizadas en función de la producción minera.
El periodo 1785-1786 fue conocido como "el año del hambre", debido a las malas cosechas, combinadas con el azote de epidemias, provocaron al rededor de 300,000 muertes