La participación en el bien común. La calidad de la vida social depende del espíritu de servicio y de cooperación de cada uno. La solidaridad la aprende el alumno a través del ejemplo.
En cuanto a la organización social, hay que hacer comprender a los niños que cada cuerpo social tiene un papel al servicio del hombre y que ellos tienen un rol en cada grupo, empezando por la familia, más adelante el colegio, la comunidad, la ciudad, el país y el mundo.
El trabajo como oportunidad para darle sentido a la vida. Conviene que el niño comprenda muy pronto el valor de tener un oficio que le permita aportar a los demás y sentirse satisfecho y productivo.
El proceso de aprendizaje es su primer trabajo, el estudiante aprende a responsabilizarse y a ser autónomo a lo largo de su formación escolar, es una actividad demandante y exigente que requiere esfuerzo y compromiso.
La amistad y el amor verdadero que son la base de una sana convivencia. Amar es dar todo y darse uno mismo. El niño en la vida social descubre al otro, aprende a aceptarlo, a reconocerlo y a quererlo.