Con respecto al trastorno delirante, la novela nos muestra hacia el final que Alice ya no sostiene sus ideas delirantes con respecto a la investigación solicitada por García del Olmo y estar secuestrada legalmente.
Sin embargo, debido a que se describe como un diagnóstico estable (DSM V) y a que existe un trastorno narcisista subyacente, consideramos que sin un tratamiento que atienda de forma integral estas condiciones específicas, es probable que en futuras ocasiones, en las que perciba una amenaza a su concepto de sí misma, Alice pueda construir nuevas ideas delirantes. Además, sin un tratamiento de este tipo, se reduce la posibilidad para que ella asuma la existencia de su propio padecimiento, siempre y cuando ella acceda a un tratamiento direccionado a atender el trastorno narcisista de personalidad, y no solo la emergencia del trastorno delirante.