El diagnóstico de Alice Gould

Los diagnósticos presentados en la novela

Donadío Paranoia pura (provisional)   Ruipérez  Paranoia pura sin mezcla de otros síndromes. César Arellano:  Su primera impresión es que podría ser un caso de paranoia o uno de simulación. Para el final de la obra describe a Alice como un «caso de paranoia provocada en la cual, desaparecida la causa, desaparecerán los efectos».   José Muescas: Alice Gould finge su cuadro delirante para eludir un proceso frente a la justicia, no solo por los intentos de envenenamiento sino también por la supuesta falsificación de papeles legales. El Dr. Rosellini concuerda con este diagnóstico. César Alvar:  Caso conjunto de paranoia y simulación. «Caso singularísimo de una auténtica paranoica (que, como todas, ignora que lo está) que finge una falsa paranoia puesta al servicio de su verdadero delirio». La interpretación delirante se genera al momento en que Alice se ve amenazada de acabar en un sanatorio mental.  

Alice (binary/octet-stream)

Análisis

Según el DSM-V: El diagnóstico mencionado por el doctor Alvar en la novela es conocido en el DSM-IV —vigente en la época en que fue escrita la obra— como «Trastorno delirante de tipo persecutorio».

Entre los diversos diagnósticos propuestos, el que nos parece más acertado es considerar que Alice Gould vive en un doble delirio paranoico, siendo el primero simulado y que sirve de base para el segundo, que es verdadero. 

Trastorno delirante de tipo persecutorio

Ideas delirantes no extrañas de por lo menos un mes de duración. El delirio de Alice no es para nada extraño; replicaba en su delirio situaciones que podrían haber sucedido en la vida real: estar legalmente secuestrada, debido a que le han tendido una trampa.    Excepto por el impacto directo de las ideas delirantes o sus ramificaciones, la actividad psicosocial no está deteriorada de forma significativa y el comportamiento no es raro ni extraño. Notamos la gran capacidad de Alice para establecer amistad tanto con psiquiatras y pacientes del hospital psiquiátrico; las pocas veces que se podría constatar la presencia de actividad psicosocial deteriorada, encontramos que tal actividad está relacionada con sus ideas delirantes (en particular, las referentes al doctor Alvar). 

La alteración no es debida a los efectos fisiológicos directos de alguna sustancia (p. ej., una droga o un medicamento) o a enfermedad médica.   Alice Gould no presenta alucinaciones y lenguaje desorganizado (Criterio A para la esquizofrenia).

Nuestro diagnóstico

Tras un análisis del caso, y de acuerdo a criterios del DSM-V concluimos que Alice Gould presenta trastorno delirante (297. 1), el cual aparece tras un episodio breve de trastorno disruptivo de la conducta (312.9). Adicionalmente observamos comorbilidad con un subyacente trastorno de la personalidad narcicista (301.81). 

Con respecto al trastorno delirante, el caso de Alice Gould se caracteriza por:  Presencia de uno (o más) delirios de un mes o más de duración, sin alucinaciones  Su funcionamiento no está muy alterado, su comportamiento no es manifiestamente extravagante o extraño, aparte del impacto del delirio o sus ramificaciones El trastorno no puede atribuirse a efectos fisiológicos inducidos por sustancias o afecciones médicas No cumple con criterios que relacionan al cuadro clínico con esquizofrenia    

Además se pueden reconocer, en un primer momento un delirio de grandeza, concretizado en la convicción que sostiene Alice de poseer talentos y conocimientos superiores a quienes la rodean, así como una posición diferencial y una relación especial con el director de la institución; en un segundo momento este delirio de grandeza se modifica a uno de tipo persecutorio al momento en el que su veracidad se ve cuestionada por el Dr. Alvar, lo cual genera en Alice la creencia de que están conspirando en su contra, que la engañan y impiden que consiga objetivos a largo plazo; como respuesta la paciente busca la forma de desquitarse mediante acciones legales y legislativas de la propia institución.

Trastorno delirante

Alice Gould presenta las siguientes características: Un patrón dominante de grandeza (en la fantasía o en el comportamiento), necesidad de admiración y falta de empatía, que podemos inferir se ha manifestado en las primeras etapas de la vida adulta y se presenta en diversos contextos, y que se manifiesta en los siguientes hechos:  Tiene sentimientos de grandeza y prepotencia. Sus logros y talentos son reales, puesto que es una persona de gran capacidad, sin embargo se esfuerza en darlos a conocer y en dejar sentada su superioridad.  Está absorta en fantasías de éxito, poder, brillantez, belleza.  Cree que es “especial” y única, y que sólo pueden comprenderla o sólo puede relacionarse con otras personas (o instituciones) especiales o de alto estatus. En su delirio espera ser atendida por el director de la institución de manera distintiva, como si tuviera esa prerrogativa, y se desconcierta cuando no sucede, sin embargo la sensación de ser especial está presente en la historia de vida de Alice antes del trastorno delirante.  Tiene una necesidad excesiva de admiración. 

Muestra un sentimiento de privilegio, tiene expectativas no razonables de tratamiento especialmente favorable o de cumplimiento automático de sus expectativas.  Explota las relaciones interpersonales, aprovechándose de los demás para sus propios fines consciente o inconscientemente, por ejemplo, cuando utiliza sus amistades para lograr el cambio del director, entrar y/o salir de diversas áreas de la institución o fuera de ella, conseguir información, etc.  Carece de empatía: en ocasiones no está dispuesta a reconocer o a identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás, por ejemplo, en su relación con Conrada.  Muestra comportamientos o actitudes arrogantes, de superioridad. Hace comentarios que la colocan por encima de los demás. Este diagnóstico se ve apoyado por la extrema vulnerabilidad de la autoestima de Alice Gould, que la hace muy sensible al daño de la derrota. El ejemplo más relevante es la reacción de Alice al comportamiento irrespetuoso de su cónyuge tanto en lo relativo a la expoliación que hace de ella, cuando a las libertades sexuales que se permite. Cuando Almenara instala en su casa prostitutas, ofende a su esposa y ella no tiene la capacidad de poner límites a lo que percibe como una humillación, sintiéndose degradada y vacía.

Trastorno de personalidad narcisista

Frente al factor precipitante la paciente presenta una respuesta distímica, pierde el apetito y presenta desorientación temporal, manifestando desdén pasivo-agresivo como si la situación no la afectase. 

Trastorno disruptivo de la conducta:

A la postre produce una respuesta disruptiva, e intenta envenenar a su cónyuge tres veces. En este episodio de corta duración, Alice Gould controla deficientemente sus impulsos; su conducta viola los derechos de su esposo y normas sociales fundamentales.