Implicación Social
La Web 2.0 influye en toda la sociedad española, una de las más participativas del ámbito europeo, de una forma directa y clara, con importantes implicaciones en la educación, los negocios y, como consecuencia inmediata, en el marketing y la publicidad.
Los puntos fuertes que la Web 2.0 aporta al desarrollo social son innegables, sin embargo es necesario también tener en cuenta las nuevas problemáticas que surgen en su entorno y que es necesario abordar:
La Red ofrece la posibilidad de que el talento y la creatividad afloren en cualquier parte de la geografía, en cualquier grupo social y a cualquier edad, eliminando en gran medida las barreras geográficas tan presentes en nuestro país. Aunque no conviene olvidar que este factor trae consigo otro también preocupante, al que se denomina la brecha digital. Es decir la cada vez mayor diferencia respecto a los analfabetos tecnológicos, que por su condición geográfica, económica, generacional o cultural no participan, e incluso desconocen, la Red.
La comunidad es la editora conjunta de los contenidos. Esta característica permite la evolución natural de la participación basada en el empuje de los propios integrantes de la red. Los ejemplos más claros son los astronómicos incrementos de participantes en comunidades como YouTube, Flickr, Panoramio, MySpace o Facebook. En contrapartida, aparecen portales de comunidades tan rápido como desaparecen, ya que en muchos casos falla la calidad de los contenidos, la cantidad o nivel de actualización y la escasez o dificultad de uso de las herramientas colaborativas.
La educación es un factor crítico en el desarrollo de la web 2.0. La realidad nos confirma que aún son escasos los usos que se hacen de las nuevas tecnologías en la formación reglada, sin embargo la generación bit es una usuaria natural de sus servicios y la forma en que aprenden es a través de entornos colectivo/colaborativos y empleando formatos multimedia. Esta diferencia entre alumno/profesor limita en gran medida el desarrollo de las capacidades de estas generaciones, que podría mitigarse aplicando una combinación de nuevas tecnologías y técnicas tradicionales de aprendizaje.
A pesar del aún escaso peso económico de la publicidad en Internet, no existe en este momento campaña nacional que no emplee la Red como un canal de apoyo o de referencia. El objetivo de los anunciantes es conseguir el equilibrio entre las campañas orientadas a las masas, utilizadas en TV, radio y prensa tradicional, y las campañas microsegmentadas que permiten el empleo de las redes sociales, la publicidad contextual junto a otros muchos formatos propios de Internet.
Los anunciantes aún invierten poco en publicidad en Internet, centrando sus gastos mayoritariamente en TV. Sin embargo, las desventajas de ésta última es su poca capacidad para segmentar a diferencia de la Web 2.0 que ofrece entornos fragmentados posibilitando dirigir mensajes específicos a públicos objetivos muy específicos.
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