Hace miles de años, los antiguos olmecas, crearon un sistema calendárico el cual adoptaron los distintos pueblos originarios de México, perfeccionándolo, y adaptándolo a sus lenguas. Los calendarios maya, mixteco, purépecha, ngiwa... entre otros, son versiones lingüísticas y culturales de un mismo sistema. Los antecesores de los pueblos originarios de México crearon un calendario con sorprendente exactitud que incluso hoy día sorprende a los investigadores y estudiosos al afirmar que es el sistema de cómputo del tiempo más preciso hasta ahora creado.
La versión náhuatl del sistema calendárico tiene cuatro cargadores de los años, llamados: Tochtli (conejo), Acatl (carrizo), Tecpatl (cuchillo de pedernal) y Calli (casa). Tanto los años como los días se combinan con los números del 1 al 13 para formar combinaciones irrepetibles durante 52 años, que es el tiempo que dura esta cuenta, es decir, un ciclo de 52 años.
En el calendario mexicano los años se cuenta de marzo a marzo y no de enero a diciembre, porque en marzo comienza el tiempo de verdor, es cuando de manera natural inicia un ciclo, es cuando se activan las energías de la naturaleza.
Los años Tochtli comienzan el 12 de marzo, sus días comienzan al amanecer. Los años Acatl empiezan el 12 de marzo, sus días comienzan a las doce del día. Los años Tecpatl comienzan el 11 de marzo, sus días dan inicio a la puesta del Sol. Los años Calli inician el 11 de marzo, sus días comienzan a la media noche, tal como ahora contamos los días en el calendario gregoriano.