HTML1 es un lenguaje universal, que funciona en cualquier plataforma (Windows, Macintosh, Unix, OS/2, etc.) y con cualquier navegador o browser (Netscape, Internet Explorer, Mozilla Firefox, etc.). El precio que paga por su universalidad es su poca sofisticación, puesto que no es otra cosa que el viejo formato ASCII2 (y con 7 bits en lugar de ocho, por lo que ni tan siquiera tiene acentos ni otros caracteres especiales).
Por tanto, para que un documento HTML sea algo más que simples caracteres básicos, debe contener, además de dicho texto, una serie de instrucciones para el browser que lo va a reproducir: estas intrucciones se denominan etiquetas o tags y se distinguen del texto porque van entre guiones (< >)3. Estas etiquetas contienen todo el resto de la información de la página web.
Por tanto, si un documento HTML no es más que texto ASCII (parte sin guiones y parte entre guiones: las etiquetas), cualquier documento web, hasta el más sofisticado, puede escribirse directamente desde un sencillo programa básico de texto, como el Cuaderno de Notas (Notepad) de Windows, por ejemplo.
Sin embargo, escribir un documento complejo de esta manera exige un conocimiento exhaustivo de las numerosísimas etiquetas existentes y sus normas de utilización; para evitar esta dificultad, hay una serie de programas denominados comúnmente editores de HTML (desde el Composer al Dreamweaver, pasando por tantos otros), que permiten al usuario componer una página (es decir, generar etiquetas HTML) desde un interfaz más o menos parecido al de un procesador de textos.
A la hora de crear una página web, y aunque utilicemos un editor de HTML, es casi imprescindible entender la disposición del etiquetado de un documento y manejar siquiera las etiquetas más elementales. Son varias las razones que pueden aducirse para ello:
Los editores de HTML no son siempre herramientas perfectas, sobre todo cuando ha habido muchas modificaciones durante el proceso de creación. Con bastante frecuencia se hará necesario consultar el código completo, con las etiquetas HTML (lo que se suele denominar código fuente o código madre) para corregir las disfunciones.
Tal vez la mejor manera de aprender a diseñar páginas web es observar las páginas de los demás, cuyos códigos fuente están siempre disponibles para ser imitados (o incluso copiados, técnicamente, al menos). Pero, para ello, es necesario entenderlos.
Los mismos editores HTML manejan términos propios del lenguaje HTML (heading, cellspacing, etc.), que es preciso comprender.
Es necesario un buen conocimiento de HTML para insertar otros códigos más potentes, como los de Javascript, por ejemplo.