Los ataques de pánico son períodos en los que el individuo sufre de una manera súbita un intenso miedo o temor con una duración variable: de minutos a horas.Los ataques o crisis de pánico generalmente aparecen de repente y pueden alcanzar su máxima intensidad en unos 10 minutos. No obstante, pueden continuar durante más tiempo si el paciente ha tenido el ataque desencadenado por una situación de la que no es o no se siente capaz de escapar.En los ataques de pánico sin disminución de intensidad desencadenados por una situación de la que el sujeto desea escapar, algunos individuos pueden hacer esfuerzos desesperados por intentar escapar de la situación.
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La persona que sufre episodios de pánico se siente súbitamente aterrorizada sin una razón evidente para sí misma o para los demás. Durante el ataque de pánico se producen síntomas físicos muy intensos: taquicardia, dificultad para respirar,hiperventilación pulmonar, temblores o mareos. Los ataques de pánico pueden ocurrir en cualquier momento o lugar sin previo aviso. Durante un ataque de pánico o crisis de angustia se presenta al individuo una súbita aparición de un nivel elevado deansiedad y excitación fisiológica sin causa aparente. La aparición de estos episodios de miedo intenso es generalmente abrupta y suele no tener un claro desencadenante. Los ataques de pánico se manifiestan como episodios que irrumpen abrupta e inesperadamente sin causa aparente y se acompañan de síntomas asociados al miedo, tales como hipertensión arterial súbita, taquicardia, dificultad respiratoria (disnea), mareos e inestabilidad, sudoración, vómitos o náuseas, síntomas todos ellos coherentes con el miedo que los provoca. Generalmente acompaña a la crisis una extrañeza del yo junto a una percepción deirrealidad y de no reconocimiento del entorno.
Los ataques de pánico no duran mucho pero son tan intensos que la persona afectada los percibe como muy prolongados. A menudo el individuo siente que está en peligro de muerte inminente y tiene una necesidad imperativa de escapar de un lugar o de una situación temida (aspecto congruente con la emoción que el sujeto está sintiendo). El hecho de no poder escapar físicamente de la situación de miedo extremo en que se encuentra el afectado acentúa sobremanera los síntomas de pánico.
Experimentar un ataque de pánico es una terrible, incómoda e intensa experiencia que suele relacionarse con que la persona restrinja su conducta, lo que puede conducir, en casos, a adoptar conductas limitativas para evitar la repetición de las crisis. El trastorno puede desembocar en agorafobia, por miedo a presentar nuevas crisis si se presenta una fuerte conducta evitativa en el afectado.
A veces el fenómeno de crisis se reproduce durante el sueño.La edad de inicio de este tipo de trastorno es entre 12 y 25 años, la mayoría de los casos (según DSM y CIE) puede hacer pensar que el problema esté relacionado con la desvinculación y la autonomía personal. Al parecer, el ataque de pánico se desencadena tanto por factores externos -como afrontar una situación que produzca intranquilidad al sujeto- como por los significados que da, en su vida emocional, la persona que experimenta esas circunstancias externas.
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Según los Institutos Nacionales de Salud Mental de los Estados Unidos (NIMH), los ataques de pánico son sensaciones repentinas de terror sin motivo aparente que aparecen dentro del denominado trastorno de pánico (uno de los trastornos de la ansiedad). En estos ataques pueden presentarse síntomas físicos, tales como:
taquicardia
dolor en el pecho
dificultad para respirar
mareos
Por otro lado, la cuarta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la Asociación Psiquiátrica Estadounidense (American Psychiatric Association, APA) (DSM IV) contempla, dentro de los criterios diagnósticos de los trastornos mentales, varios aspectos para diagnósticar la crisis de angustia (ataque de pánico ). Concretamente, define el ataque de pánico como una aparición temporal y aislada de miedo o malestar intensos, acompañada de cuatro (o más) de los siguientes síntomas, que se inician bruscamente y alcanzan su máxima expresión en los primeros 10 min:
palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardíaca
sudoración
temblores o sacudidas
sensación de ahogo o falta de aliento
sensación de atragantarse
opresión o malestar torácico
náuseas o molestias abdominales
inestabilidad, mareo o desmayo
desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (estar separado de uno mismo)
miedo a perder el control o a perder la razón
miedo a morir
parestesias (sensación de entumecimiento u hormigueo) y
escalofríos o sofocaciones
Frente al miedo.
No obstante, el DSM IV no contempla el ataque de pánico como una enfermedad codificada ni diagnosticable. Es tan sólo un síntoma.