La Catedral Basílica de Puebla, como se conoce a la catedral de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción de acuerdo a su advocación mariana, es la sede episcopal de la arquidiócesis de Puebla. Es uno de las más importantes inmuebles del centro histórico declarado patrimonio de la humanidad. Tiene la prerrogativa de ser el primer templo suntuoso que bajo buenos diseños se hizo en América, consagrada en 1649 se adelantó a la Metropolitana de México que fue dedicada 1653.
La Catedral Basílica de Puebla, como se conoce a la catedral de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción de acuerdo a su advocación mariana, es la sede episcopal de la arquidiócesis de Puebla. Es uno de las más importantes inmuebles del centro histórico declarado patrimonio de la humanidad. Tiene la prerrogativa de ser el primer templo suntuoso que bajo buenos diseños se hizo en América, consagrada en 1649 se adelantó a la Metropolitana de México que fue dedicada 1653.
Una vez que la reina Isabel de Portugal, esposa de Carlos V, autorizó el 18 de enero de 1531, por petición de la Real Audiencia, la fundación de un pueblo de cristianos españoles en la provincia de Tlaxcala, en el lugar llamado Cuetlaxcoapan, se hizo necesario la construcción del primer templo parroquial de la ciudad para lo cual se decidió hacerlo frente a la Plaza Mayor en el que se llamaría portal de Borja y a partir de 1852 Portal Iturbide, se ubicaba en la mediania de la calle colindando en ambos lados con los solares concedidos a los primeros vecinos de la ciudad, el alcalde mayor Hernando de Elgueta y Alonso González, a quienes se les dio licencia para edificar portales
Las órdenes para realizar los proyectos y asuntos preparatorios se llevaron muchos años, ya una cédula de 1552 firmada por el príncipe Felipe en Monzón recomendaba que se pusiera manos a la obra y aún la ayuda ofrecida por el rey en el año 1560 no fue aprovechada por falta de recursos. Se tuvo que comprar al mismo Alonso Martín Partidor dueño de las casas donde se edificaría la catedral.
En 1537, una vez que la nueva ciudad tuvo las condiciones mínimas para que ahí residiera el obispo Garcés, el Cabildo pidió entre otras cosas su traslado, lo que ocurrió el 3 de octubre de 1539 con la anuencia del virrey Antonio de Mendoza, por ello la catedral del obispo ocuparía pequeños y provisionales edificios hasta no haber el definitivo. En 1543, se aprobó por cédula real del Emperador Carlos V, la edificación de un templo para la nueva sede obispal la cual recibió el nuevo obispo fray Martín Sarmiento de Ojacastro pues Garcés había fallecido el año anterior. En tanto, el espacio dedicado al templo junto a la Plaza Mayor había sido ocupado por primitivos moradores y hubo necesidad de comprar las casas recién construidas por ellos.