• Separación manual: es una técnica que se sigue aplicando en todo el mundo, incluso en plantas con alto nivel de automatización, debido a que el ser humano puede entrenarse para separar materiales específicos con una alta eficiencia. Su limitación es el volumen de materiales que pueden separarse, que estarán en función de la duración de las jornadas y el número de operarios. • Separación por densidad: los distintos plásticos presentan una diferente densidad, y esto puede utilizarse para separarlos en un tanque que tenga un líquido con una densidad específica. Las poliolefinas (PE, PP), por ejemplo, flotan en agua, mientras que el PVC y el PET no. Este método es muy eficiente y se usa para separar las botellas de PET de sus tapas de polipropileno. Su eficiencia puede aumentarse si se combina con un proceso mecánico, como ocurre en los hidrociclones. Al aplicar los procesos de separación basados en la densidad debe ponerse atención en factores como el uso de cargas, pigmentos, forma, porosidad y tamaño de los residuos, pues podrían alterar la flotabilidad de los mismos.
Métodos de separación
• Separación por medios ópticos: dado que distintos plásticos tienen estructuras químicas
diferentes, es posible distinguirlos a través de sistemas que combinan la emisión de una
señal que llega a los plásticos, un conjunto de sensores que registra la respuesta de los
mismos y emite una señal a un control computarizado, y actuadores neumáticos o disparos
de aire que se activan en respuesta a esa señal, para separar los plásticos. Las señales
que se emiten generalmente son de ondas infrarrojas, UV o rayos X. Estos métodos son
altamente eficientes, pueden manejar altos volúmenes y permiten separar plásticos que
no se pueden distinguir fácilmente por otros métodos, como el PET y el PVC, o incluso
distintos colores del mismo tipo de plástico [9]. Su mayor limitación es el costo.
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