La cabeza bien puesta. Bases para una reforma educativa

"La educación es una palabra fuerte: 'puesta en práctica de los medios necesarios para asegurar la formación y el desarrollo de un ser humano; esos mismos medios'. El término "formación" en sus connotaciones de modelado y de conformación, tiene el efecto de ignorar que la misión de la didáctica es incentivar la autodidáctica al despetar, provocar, favorecer la autonomía del pensamiento. La enseñanza, arte o acción de transmistir a un alumno conocimientos de manera que los comprenda y los asimile, tiene un sentido más restricctivo, porque es solo cognitivo". (p. 10) es necsaria "una cultura que permita comprender nuestra condición y ayudarnos a vivir [...]favorecer una manera de pensar abierta y libre" (p. 11) "Existe una falta de adeucación cada vez más amplia, entre nuestros saberes disociados, parcelados [...] los problemas esenciales nunca son fragmentarios y los problemas globales son cada vez más esenciales" (p. 11) "El desafío de la globalidad es, por lo tanto, al mismo tiempo el desafrío de la complejidad [...] la inteligencia que no sabe hacer otra cosa que seprar, rompe lo complejo del mundo en fragmentos disociados, fracciona los problemas, convierte lo multidimensional en unidimensional" (p. 14)  "En lugar de oponer correctivos a estos desenvolviimentos, nuestro sistema de enseñanza los obedece. Nos enseña desde la escuela primaria a aislar los objetos (de su entorno), a seprar las disciplinas (más que reconocer sus solidadridades), a desunir los problemas, más que a vincularlos e integrarlos." (p.15) "En estas condiciones, las mentes jóvenes pierden sus aptitudes naturales para contextualizar los saberes y para integrarlos en los conjuntos a los que pertenecen" (p. 15) "Inclusive, es posible decir que el conocimiento progresa principalmente no por sofisticación, formalización y abstracción, si no por la capacidad de contextualizar y totalizar" (Ojo, esto sirve para la cuestión tanto del docente que debe contexualizar, como del alumno que también debe hacerlo) (p. 15) Sobre la enseñanza en secundaria dice el autor: "La enseñanza secundaria debería ser el lugar del aprendizaje de lo que debe ser la verdadera cultura, la que establece el diálogo entre cultura de las humanidades y cultura científica [...] La historia tendría que tener un papel clave en la enseñanza secundaria, al permitir que el alumno incorpore la historia de su nación, se sitúe en el devenir histórico de Europa y, más ampliamente, de la humanidad, desarrolle en él un modo de conocimiento que aprehenda los caracteres muldimensionales o complejos de la realidades humanas" (p. 82,83) "Una de las misiones capitales de la enseñanza secundaria es resguardar la cultura de las humanidades" (p. 83) OJAZO CON ESTO:  "Los docentes del nivel secundario tienen como deber educarse acerca del mundo adolescente y su cultura. Siempre existió, de hecho,  bajo "la colaboración de clase", una "lucha de clases" entre los maestros que disponen del poder y el grueso de los alumnos que crean un underground clandestino, realizando pequeñas transgresiones (copia, uso de machetes, etc) Habría de comprender cómo en las condiciones trágicas del suburbio, se agravó la lucha de clases.  Habría que instruirse acerca de la autonomía que adquirió el mundo adolescente desde las décadas de los años 1960 y 1970 en relación con la cultura familiar y la cultura escolar, sobre las formas comunitarias y las reglas específicas de los grupos adolescentes que llegan, en los lugares en donde existe desintegración del tejido social o familiar (subirbios) a la formación de clases que constituyen verdaderas microsociedades con su territorio sacralizado, su ley de venganza, su código de honor" (p. 84) "el cuerpo docente no debería encerrarse sobre sí mismo, como una ciudadela asediada por la cultura mediática, exterior a la escuela, ignorada y desdeñada por el mundo intelectual" (p. 84)