Realizar actividades para entrenar y desarrollar el acto propio de la lectura es el primer paso. Una vez llegados a ese punto, será la hora de aplicar algunas claves para que la lectura resulte lo más eficaz posible.
Concentración:
La concentración, en realidad, tiene dos partes. No sólo es el acto de centrarse en lo que estamos haciendo sino en la eliminación del resto de elementos que nos puedan perturbar. En este caso, será “apagar” cualquier cosa de nuestro entorno, para concentrar toda nuestra atención en la lectura.
Habilidad visual:
Mejorar la agudeza y habilidades visuales es uno de los principios de la velocidad lectora. Hay que tratar de aumentar el campo de visión y mover los ojos con inteligencia. El objetivo es reducir el movimiento de los ojos, uno de los enemigos de una lectura rápida. Leer en alto también reduce la velocidad, nuestro cerebro es más rápido que la lengua.
Comprensión:
La comprensión es el propósito natural de una lectura eficaz. Si no comprendemos lo que leemos el resto no servirá de nada. Cada texto presentará un nivel de dificultad en función de su contenido, más técnico o especializado. Esto nos obligará a dominar un mayor vocabulario o a tener mayores capacidades para enfrentarse a estructuras de frases más complejas. En ocasiones puede ser necesario tomar apuntes o hacer esquemas paralelos a la lectura. Ante textos especialmente difíciles el mejor consejo es lograr la mayor empatía con el contenido. O, dicho de otro modo, cogerlo con ganas. Después de la comprensión, la aspiración lógica de una lectura eficaz es ser capaces de asimilar lo que hemos aprendido. Tener una buena memoria es especialmente importante para ir acumulado significados y poder evocar conocimientos previos que podemos necesitar después. La capacidad productiva mejora con la habilidad lectora. Entre otras cosas, permite:
Desarrollar mejor las tareas.
Comprender y manejar más eficientemente la documentación que se nos presenta.
Centrar mejor los objetivos y saber priorizar los proyectos en función de su contenido.
Gestionar mucho mejor el tiempo.