Instituciones que aprenden permanentemente y que mediante sus aprendizajes se adaptan de
manera constante y fluida a los siempre cambiantes entornos sociales de los que forma parte.
Orientación hacia el cliente
La Organización Inteligente como la
definimos anteriormente, adopta una
orientación hacia el cliente, puesto que él
marca la pauta para lo que es y luce aquella.
Es una más de sus características,
tal vez la principal, porque es la
idónea para fijar la dirección que a
su vez provoca un
redescubrimiento del elemento
humano posicionado como el
recurso vital de toda organización.
Precisamente, por la
relación que se produce y
debe mantenerse entre el
personal de la empresa y el
cliente y por la importancia
que éste tiene para toda
organización, ha surgido la
propuesta de invertir la
pirámide que
tradicionalmente representa
al modelo de organización
industrial.
Hacia un nuevo
modelo de
organización
Hablar organización inteligente es
hablar de estructuras integradas,
que trabajan como un todo y que se
orientan al cliente basadas en
valores, una misión, visión y
estrategias. Pero para tener éxito
estas deben dominar nueve
escenarios que exigen una
comprensión muy diferente de la
tradicional.
El aprendizaje exigible a la Organización
Inteligente debe orientarse hacia nueve polos de
atracción, que la experiencia de los últimos años
ha revelado como más determinantes: El
entorno, la gestión, la dirección, los Recursos
Humanos, los objetivos, las estrategias, la
estructura, la competitividad, y la tecnología.
Hacia una organización inteligente
Se trata de organizaciones vivas
capacitadas para crecer y seguir
creando valor en el futuro.
Implantar el aprendizaje como una práctica
continuada en la organización, impulsando
la transferencia interna de conocimiento y
promoviendo el aprendizaje de todos los
miembros, con el fin de desarrollar nuevas
competencias que permitan hacer frente a
los cambios del entorno de manera eficaz.
Más allá de la implantación
de nuevos métodos de
trabajo que permitan
gestionar el conocimiento y
los aprendizajes de manera
continuada en las
organizaciones, debemos
tener en cuenta que el
camino para llegar a ser una
organización inteligente
implica, además, afrontar
nuevos retos.
las verdaderas organizaciones que
aprenden son aquellas que desarrollan la
capacidad de transformación continua, de
adaptación al contexto y de mejora
permanente.
Propician un entorno de
trabajo colaborativo para
el intercambio constante
de conocimiento y
experiencias entre todos
los miembros y a todos los
niveles, y promueven la
identificación de factores
de éxito y de fracaso que
permiten poner en marcha
actuaciones de mejora.