Zusammenfassung der Ressource
Aparece Pepito Grillo
- La cura para la
imbecilidad moral
- Lo contrario de ser moralmente imbécil es tener
conciencia. Para tenerla se necesitan algunas
cualidades innatas (como apreciar la música o el
arte), también sería favorable tener ciertos
requisitos sociales y económicos
- La conciencia consiste, fundamentalmente,
en los siguientes rasgos:
- a) Saber que no todo da
igual porque queremos
vivir humanamente bien
- b) Estar dispuestos a fijarnos si
lo que hacemos corresponde a
lo que queremos o no
- c) Desarrollar el
gusto moral a base
de práctica , hasta
que no repugne
hacer ciertas cosas
(como mentir)
- d) Renunciar a nuestras excusas y ser
razonablemente responsables de las
consecuencias de nuestros actos
- El imbécil y sus tipos
- Imbécil (del latín baculus) es el que
necesita bastón para caminar. Pero no un
bastón real hecho de madera, sino un
bastón metafórico. Significa que aunque el
imbécil pueda dar volteretas o ser más ágil
que cualquiera, siempre necesitará
apoyarse de cosas ajenas a su libertad o
reflexión.
- Existen varios tipos de imbecilidad, por ejemplo:
- 1. El que cree que no quiere
nada y cree que todo le da igual.
- 2. El que cree que lo quiere
todo a la vez
- 3. El que no sabe lo que quiere pero no
se molesta en buscarlo, se conforma o
no con los quereres de los demás
- 4. El que sabe lo que quiere y
masomenos por qué lo quiere
pero lo quiere con miedo, sin fuerza
- 5. El que quiere con fuerza pero se
engaña a sí mismo sobre la realidad,
confunde la buena vida con su perdición
- El egoísmo, el remordimiento y la
libertad
- Debería ser llamado egoísta solo al que sabe
la verdad de lo que le conviene y se
esfuerza por conseguirlo. No es egoísta el
que roba o elimina los "obstáculos" en su
camino (como amistad, respeto, amor), es
imbécil moralmente.
- El remordimiento es el descontento que sentimos
con nosotros mismos cuando hemos empleado
mal la libertad, cuando la usamos en
contradicción de lo que realmente queremos
como humanos
- Tomarse en serio la libertad es saber que cada
acto libre que haga limita mis posibilidades a
elegir y realizar una de ellas. Como en este
ejemplo de Aristóteles:
- "Si tengo una piedra en la mano, soy libre de
conservarla o de tirarla, pero si la tiro a lo lejos, ya
no puedo ordenarle que vuelva para seguir
teniéndola en la mano."