El pensamiento filosófico en
laformación inicial de maestros
La educación representa una ayuda en el movimiento y esfuerzo del hombre por ser persona
La Filosofía en la formación inicial es indispensable en la formación de los maestros , no puede suplirse
desde la perspectiva tecno-pedagógica, por racional y sofisticada que se presente
Una educación para la persona, es decir, para la libertad.
¿A DÓNDE VA LA EDUCACIÓN?
Perseguir hombres y mujeres más críticos y creativos, o limitarse a satisfacer las demandas de una
sociedad conformista; si se busca «humanizar» a las personas, o despersonalizarlas y «cosificarlas»
(Adorno, 1970, p. 222ss.).
Un de las exigencias del pensamiento filosófico se denota en: «hacer al hombre más dueño de sí»
(Maceiras, 1985, p.73).
La educación de hoy en día pretender profundizar en la dimensión crítica y liberadora de una
educación que fortalezca en el movimiento y esfuerzo del hombre por ser persona.
EL GRAN DILEMA DE SEPARA LA EDUCACION Y LA FILOSOFIA:
a) El ejercicio de la razón crítica, esencia del pensamiento filosófico, ¿dificulta o facilita una docencia
más consciente y razonada?
; b) Prescindir de la Filosofía, ¿no será a la postre renunciar al ingrediente propiamente «formativo» en
la educación de maestros?
¿Filosofía para qué?
Filosofía deja de constituir un objeto de enseñanza y de formación; en un mundo orientado hacia lo
inmediato y lo práctico, la Filosofía sólo se juzga por su utilidad y, por consiguiente, se le atribuye
escaso valor» (1976, p.93).
Engels (quienes más insultan a la Filosofía son esclavos, precisamente, de las peores reliquias
vulgarizadas de las peores filosofías» [en Cruz, 1988, p.103])
Muchos mensajes en negativo del alcance que tiene la filosofía en la formación integral del ser
humano, no encontrando relación alguna con la vida práctica, desde un concepto equivocado. Dewey:
«La Filosofía se recobra a sí misma cuando deja de ser un invento para tratar los problemas de los
filósofos y se convierte en un método cultivado por éstos para afrontar los problemas de los hombres».
Uno de esos problemas «el más grande y difícil que puede ser propuesto al hombre» (Kant), es el
problema de la educación Si la educación no logra comprenderse como una parte de la cultura y su
interminable esfuerzo por llegar a realizaciones superiores y más universales, degenerará en una mera
técnica social utilizable tanto para el mal como para el bien.
Uno de esos problemas «el más grande y difícil que puede ser propuesto al hombre» (Kant), es el
problema de la educación Si la educación no logra comprenderse como una parte de la cultura y su
interminable esfuerzo por llegar a realizaciones superiores y más universales, degenerará en una mera
técnica social utilizable tanto para el mal como para el bien.
INSUFICIENCIA DE UN PARADIGMA
El ámbito universitario fuera de ofrecer prestigio, recursos y créditos a través de sus carreras
profesionales entran en enfrentamiento con las cualidades importantes de una sociedad humana en
donde el interés «práctico» de las tareas educadoras requieren de un mayor compromiso de
«humanización»
El debate pedagógico frente al sentido de recurrir a la Filosofía es aquel paradigma que muy evitente se
entendería que a mayor educación con libertad se requiere de ese sentido e instrumento para formar
en esa libertad desde el pensamiento filosófico.
El proceso de formación de maestros debe contemplar la filosofía como soporte visible en la formación
humana. Relacionándolas con lo científico, técnico y metodológico
FILOSOFÍA Y FORMACIÓN DE EN UN MUNDO TÉCNICO
La idea de desapego de la filosofía frente a la educación no es algo próspero, a razón de que las
generaciones actuales y modernas lo hagan parecer de ese modo. «La filosofía como arquitectura está
arruinada», concluye Lyotard (en Badiou, 1990, p.9ss.).
No se trata de restar valor a la tecno-ciencia, la educación es sobre todo una cuestión humana, de
responsabilidad moral y política, más que los aspectos teóricos.
«La sociedad moderna es también el lugar en el que el sujeto aparece, no para huir de las coacciones
de la técnica y de la organización, sino para reivindicar su derecho a ser actor» (A. Tourain, 1993, p.
335).
El pensamiento filosófico y su historia, herencia única e irrenunciable que ofrece precisamente la
ocasión de hacer y hacernos más humanos, en el sentido originario que tenían las llamadas
«humanidades» (Lledó, 1974, p.80).