1. Décadas de guerras e invasiones: Todo empezó en
1979, cuando la Unión Soviética, en plena guerra fría,
invadió Afganistán para colocar en Kabul a un gobierno
comunista afín. Para contrarrestar a su rival, Estados
Unidos ayudó y armó a los talibanes. Afganistán se
convirtió para los soviéticos en su particular Vietnam,
como retrató la Nobel de literatura Svetlana Aleksiévich
en 'Los muchachos del zinc': en 1989, con la URSS
agonizando, los soviéticos se marcharon y los talibanes
tomaron el control.
2. De los talibanes al más allá: Talibán en árabe significa
'estudiante', y el grupo nació a mediados del siglo XX en
Pakistán como un movimiento de estudiantes
islamistas ultraconservadores y rigoristas. En la
actualidad, los talibanes de Afganistán se constituyen
como un emirato asambleario en el que impera la
'sharia', la ley islámica. Es un Estado aparte, con sus
impuestos, ejército y tribunales, donde se aplican
penas como la lapidación y los latigazos por crímenes
como que un mujer hable con un hombre que no es de
su familia, dependiendo de si esta mujer está casada o
no.
Afganistán partido:Afganistán es un país fallido y un
Estado dividido. Existen ahora mismo dos gobiernos
paralelos en el país centroasiático: el nacional, en Kabul,
la capital, y el de los talibanes. Los insurgentes
controlan la mayoría del territorio del país, sobre todo
las zonas rurales, y tienen a cerca de 13 millones de
personas viviendo bajo su yugo. El Gobierno afgano, en
cambio, se concentra en las ciudades y capitales
provinciales, y controla las vidas de 11 millones de
personas -el total de la población afgana es de 35
millones-.
Un reguero de muerte y destrucción :Estos 42 años de
guerra perpetua no solo han dejado un país dividido -que
sigue en guerra- y varios millones de refugiados.
También han dejado una infinidad de muertes: en la
primera guerra, la de los soviéticos, las estimaciones
dicen que entre 500.000 personas y un millón murieron
a causa del conflicto. La guerra que empezó en 2001 con
la invasión estadounidense ha dejado cerca de 150.000
fallecidos, según Amnistía Internacional.