DESARROLLO PERSONAL Y EDUCACIÓN

4.3. Papel de la educación en el desarrollo.

Repasando el enfoque teórico de Vigotsky podemos admitir fácilmente el carácter absolutamente determinante que tiene la interacción con otras personas en el desarrollo psicológico. El desarrollo únicamente es posible por el hecho de que el niño vive en grupos y estructuras sociales que le permiten aprender de los otros y con los otros, los cuales ayudan, guían, planifican, regulan y asisten de manera activa al comportamiento del niño (participando en actividades en el que transmiten culturalmente instrumentos y recursos que amplifican las capacidades humanas --> actividades educativas), por lo que sería erróneo intentar explicar el desarrollo únicamente por factores de cariz biológico.  En cuanto a la relación educación-desarrollo, Vygotsky cuestiona la manera tradicional de entender el aprendizaje como un proceso dependiente el proceso de desarrollo para admitir la posibilidad de que, aunque no sean procesos idénticos, el aprendizaje pueda convertirse en desarrollo e inclusive, establecer el aprendizaje (y la enseñanza) como condición necesaria para el desarrollo. El rasgo principal del aprendizaje (y la enseñanza) es que engendra la ZDP, estimulando en el niño un grupo de procesos de desarrollo dentro del ámbito de las relaciones con los otros y que pueden transformarse en desarrollo real (de acuerdo con la ley de doble formación). Por lo tanto, el aprendizaje se configura indispensable para que se efectúen los procesos psicológicos superiores. Así, aprendizaje y desarrollo mantienen una relación compleja y dinámica que no es reducible a una dependencia lineal entre ambos, ya que no todos los aprendizajes inciden de la misma manera en el proceso de desarrollo. (no es lo mismo el aprendizaje de ir en bicicleta cuando se es adulto que el de la lengua escrita en edad escolar). Consecuencia de su análisis de las relaciones entre ambos procesos, Vygotsky establece la conclusión de que no puede interpretarse el desarrollo efectivo del niño como un límite insuperable y que el aprendizaje (y la enseñanza) no tiene que orientarse hacia los niveles de desarrollo ya alcanzados.