Erstellt von Marta Tacón
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Origen A lo largo del siglo VI a.C., al final de la Edad de Bronce, se va implantando en Galicia, a la vez que se introduce el hierro, una nueva cultura, la castreña, llamada así porque su característica principal es el castro, un tipo de asentamiento utilizado por los pueblos de esa época. En esta cultura, coinciden personas de diferentes lugares, como de Galicia, del norte de Portugal y del occidente de Asturias. A pesar de esta variedad local, podemos hablar de una única unidad cultural, originada por la fusión de varias culturas que vivían en Galicia en la Edad de Bronce con los pueblos centroeuropeos (entre ellos los celtas) que penetran en el territorio gallego a través de la cuenca del Sil y también de los pueblos mediterráneos. En cuanto al periodo de implantación, la cultura castreña está comprendida entre mediados del siglo VI a.C. hasta la conquista romana (S. II-I a.C.). Por último, el aporte más importante de estos fue la técnica del hierro, como se mencionó anteriormente. En el siguiente enlace podréis ver un vídeo de los bolechas contando la historia de los castreños narrada por niños/as.
El castro ¿Qué es? Los castros fueron uno de los elementos definidores de la cultura castreña, como se explicó anteriormente, se trata de asentamientos de tamaño más o menos grandes, generalmente, de planta circular u ovalada, rodeados de murallas y fosas y sin ningún tipo de planteamiento urbanístico en su interior, pero adaptados al terreno y a sus funciones que se tenían que llevar a cabo. En el siguiente enlace podemos ver un recurso interactivo de una imagen de un castro para poder ver sus partes.
https://www.thinglink.com/scene/1160975757485277187
Estos poblados de los que hablamos tendían a situarse en lugares elevados respecto al terreno circundante por motivos de desarrollo de las actividades económicas, pero este tema lo trataremos posteriormente. Si volvemos atrás en el tiempo y nos detuviéramos a observar castros de diferentes zonas podríamos apreciar que no todos son iguales, sino que existen diferentes tipos de castro.
Tipos de castros Como comentamos anteriormente existen diferentes tipos de castros, según el tiempo, su ubicación, organización, etc. En primer lugar, tenemos los castros más primitivos, los cuales muchos de ellos, ya estaban habitados por civiles pertenecientes a la Edad de Bronce. Estos, disponen de una estructura circular de pequeñas dimensiones y construidas con elementos vegetales como tierra y ramas. Un buen ejemplo de este tipo de castros es el castro de Penalba en Pontevedra o el de A Graña en Melide. También podemos tomar como ejemplo de castro primitivo el Castro de Castromao en Ourense. Ya pasada la conquista romana producida por la invasión de las tropas al mando de César y las guerras cántabras, los castros se empezaron a construir con piedra trabajada, a veces decorados o pintados con símbolos pertenecientes a la época, como son los trenzados o los círculos. Estos castros tendían a ser de planta cuadrado o en algunos casos rectangular. Con el cambio de era llega la etapa de mayor esplendor de la cultura castreña, que durará hasta finales del siglo I d.C. A partir de este momento, los castros, empiezan a ser abandonados, como es el caso del castro de Viladonga en Lugo. En cuanto a los grandes castros, en este momento, ya romanizados y conocidos como citanias, acogen un gran número de viviendas, llegando incluso a tener servicios colectivos, una cierta ordenación urbanística por barrios, calles hechas con losa y canalizados para la conducción de aguas pluviales fuera de las murallas. En general, los castros de la zona sur son mayores y ofrecen una riqueza constructiva superior a los del norte, contando también con muros más altos y anchos y con casas que presentan formas más complejas al añadirle elementos como chimeneas interiores o muros a modo de vestíbulos que se podían utilizar como hornos o como bebederos de animales. Siguiendo esta línea de castros grandes aparecieron, posteriormente, agrupamientos de construcciones rodeadas por un muro y con una única entrada que acogerían a las unidades familiares, conocidas como casas-patio. Podemos hacer referencia al castro de Santa Tecla en Pontevedra, al de San Cibrao de Las en Ourense y Borneiros, Elviña y Baroña en A Coruña. A continuación, podréis ver en el siguiente enlace una serie de fichas con las imágenes y características de los distintos castros.
Distribución En referencia a su distribución, los castros no estaban repartidos de manera uniforme en todo el territorio gallego, pues existen zonas como las de montaña en el norte o en la parte sureste de Galicia en las que la densidad de población es muy baja. Sin embargo, en comarcas como Ulloa, Deza, Tabeirós o As Mariñas, se encuentran castros cada menos km. Esta organización se ve motivada, en gran medida, por la influencia de los dólmenes megalíticos, coincidiendo la mayoría en la zona central gallega. Posteriormente, esta organización dependerá de la ubicación de las iglesias, donde se formarán nuevas aldeas y parroquias. En la siguiente imagen podréis ver gráficamente la distribución de los castros.
Actividad económica Los castreños, gracias a contar con un clima favorable, acostumbraban a desenvolver tareas agrícolas y ganaderas, siendo estas la base de su economía. Dentro de las agrícolas destacan las de cereales como el trigo, la cebada y el maíz. Esto se pudo llevar a cabo tras contar con un instrumental agrícola adecuado, como hoces, azadas y molinos; y dentro de las de ganadería, sabemos que era de tipo vacuno, porcino y ovino. Además de estas actividades, también practicaban la caza, el marisqueo, la recogida de frutas silvestres, minería, metalurgia, olería e intercambios comerciales. Cabe explicar que todo esto lo podemos saber por los restos hallados en los números asentamientos, como huesos de ciervo o de cerdo, anzuelos, redes, embarcaciones. Todas estas actividades se complementaban con la explotación de recursos mineros, destacando la extracción del oro, pues llegó a ser una de las actividades más importantes, ya que representaban piezas como toques, brazaletes, diademas, etc. Aunque también trabajaban con hierro y cobre. Las técnicas que utilizaban para este tipo de tareas fueron tan importantes e innovadoras que los romanos las llegaron a incorporar en su trabajo. Como se mencionó antes, los habitantes de los castros mantenían intercambios comerciales entre sí, pero también con otras culturas. Los productos más frecuentes en el intercambio fueron metales, cerámica y productos perecederos como el marisco. Con esta actividad se introduce el término de moneda consistentes en piezas recortadas de plata que servirían como forma de pago, así que se sospecha que los cambios fueron realmente a través del trueque.
Sociedad Antes de comenzar a tratar este tema, considero importante observar el siguiente esquema para que sea más fácil organizar la información
La sociedad castreña fue considerada como una sociedad gentilicia, esto quiere decir que es una sociedad sin Estado y organizada por familias extensas cuyos lazos de sangre son los que garantizan la cohesión social. En resumen, podemos decir, que la unidad básica de la sociedad era la familia. Sin embargo, no es la única, sino que hay dos agrupaciones más, pues existían lazos por encima de los familiares, la centuria, de la que no sabemos exactamente cuales eran sus funciones ni su graduación, pero si sabemos que era una agrupación de ser humanos unidos por lazos de carácter político-militar con cultos y dioses propios, con un jefe que transmitía su cargo a sus hijos varones. La tercera unidad de mayor rango que agrupaba tanto a las familias como a las centurias eran los populos o pueblos vinculados a un territorio delimitado, sin autoridad definida. Un gran ejemplo populos se localizaba en la zona de Bergantiños. También podemos encontrar esto en Compostela, desde O Porto hasta el norte del Duero, en la zona de Limia, Betanzos y Lugo. Por otra parte, la sociedad castreña destacaba su carácter matriarcal, pues destacaba la figura de la mujer como rol importante dentro de la misma, aunque hoy se pone en duda ya que no se puede corroborar por completo. Sin embargo, sabemos que existía un cierto equilibrio sociales entre seres humanos, denominando así a los hombres, y mujeres, dentro del ámbito económico y político. Las mujeres heredaban las tierras, pero los seres humanos conseguían otro tipo de bienes y riquezas. Por último, los castreños representaban, a su vez, una sociedad jerarquizada, posiblemente presidida por una élite militar y después por una élite sacerdotal, ya que otorgaban mucha importancia a la religión, siendo esta politeísta. En la siguiente imagen podemos apreciar el carácter matriarcal del que hablábamos.
También podemos observar en la siguiente imagen la figura del Rey que, al ser una sociedad jerarquizada, era el que estaba en la cima.
Leyendas Siguiendo las líneas religiosas, podemos establecer vinculación entre la tradición castreña y nuestra tradición actual, pues existen números cruceiros de esta época que lo demuestran. Considero importante explicar que, en Galicia tenemos una leyenda muy conocida que se llama la Santa Compaña, es por esto que era muy frecuente rendirle culto en los cruceiros de los caminos a las almas de los muertos.
¿Qué te han parecido los castreños/as? ¿son muy diferentes a nosotros/as actualmente? A continuación, podrás comprobar lo que has aprendido mediante juegos interactivos en la red. ¿Te animas? Actividades En primer lugar, podrás responder a las preguntas de un formulario sobre la cultura castrexa. https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSecRWteHir-rcH9f1SZeocCTJxhbZJ-Nh13JNlApuiRQ3ti8Q/viewform?usp=sf_link
Después, podrás seguir respondiendo preguntas pero ahora con un test.
Por último, puedes jugar a adivinar el nombre del castro con las siguientes fichas.
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